Palabras Airadas e Impacientes

Cita 1

Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Salmos 91:11, 12.

Los ángeles de Dios están velando sobre nosotros. Sobre esta tierra hay miles y decenas de miles de mensajeros celestiales enviados por el Padre para impedir que Satanás obtenga alguna ventaja sobre aquellos que se niegan a caminar en el sendero del mal. Y estos ángeles que guardan a los hijos de Dios en la tierra están en comunicación con el Padre en el cielo. “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños”, dijo Cristo, “porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos”. Mateo 18:10.—Manuscrito 8, 1905.

Difícilmente nos damos cuenta de que hay ángeles a nuestro alrededor; y esos preciosos ángeles, que ministran a aquellos que serán herederos de salvación, nos están salvando de muchas, muchas tentaciones y dificultades. Toda la familia del cielo está interesada en las familias de la tierra; y cuán agradecidos deberíamos estar por este interés manifestado hacia nosotros día y noche.Las palabras impacientes y poco bondadosas que pronunciamos en nuestros hogares son oídas por los ángeles; ¿queréis encontrar en los libros del cielo el registro de las palabras impacientes y apasionadas que habéis expresado en vuestra familia?

La impaciencia trae al enemigo de Dios y del hombre a vuestra familia y echa a los ángeles de Dios. Si estáis viviendo en Cristo, y Cristo en vosotros, no podéis hablar palabras airadas. Padres y madres, os suplico por el amor de Cristo que seáis bondadosos, tiernos y pacientes en vuestros hogares. Entonces entrará la luz y la claridad del sol en vuestras casas y sentiréis que los rayos brillantes del Sol de Justicia están realmente brillando en vuestros corazones. —The Review and Herald, 5 de agosto de 1890. (En los Lugares Celestiales – 2 de Abril).


Cita 2

Desechando, pues, toda malicia, todo engaño, hipocresía, envidias, y todas las detracciones, desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis. 1 Pedro 2:1, 2.

Deberíamos estudiar estas instrucciones. Es nuestro privilegio crecer “a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”. Efesios 4:13. No debiéramos ser irreflexivos o descuidados al hablar, hiriendo el uno al otro con palabras descorteses… Cada agente humano relacionado con la obra del Señor necesita apreciar la obra en la cual está tomando parte. La obra en las instituciones de Dios debe realizarse sin fricciones, sin palabras apresuradas, sin palabras dictatoriales. Los obreros deben ser puros, limpios y santos en pensamiento, en palabra y en acción. Deben ser testigos de Cristo, testificando que han nacido de nuevo.—Carta 179, 1902.

No debe haber palabras hirientes, reprensiones irritantes, porque los ángeles de Dios están recorriendo cada habitación. Cristo anhela alabar a cada fiel obrero y lo hará. Cada acto bueno es registrado en el libro. Pueden cometerse pequeños errores, pero las palabras de censura levantan sentimientos de venganza y Dios es deshonrado…

Cada palabra hablada irreflexiva o imprudentemente debería retirarse en el acto… Debemos recordar que como cristianos que profesamos trabajar en unidad no debemos actuar como los pecadores, cuyas palabras y acciones pecaminosas, a menos que se arrepientan de ellas, los condenarán… –(En los Lugares Celestiales – 24 de Junio).


Cita 3

Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío. Salmos 19:14.

Todos necesitamos estudiar la vida de Cristo y las lecciones que nos dio, para saber conducirnos en nuestras relaciones mutuas. Alberguemos la suave influencia del Espíritu de Dios. Recordemos que el habla es un talento de gran valor cuando se lo usa correctamente, y que de la abundancia del corazón habla la boca. Recordemos también que por nuestras palabras seremos justificados, y por nuestras palabras seremos condenados.

Las palabras imprudentes a menudo crean dificultades que de otra manera no se hubieran producido. Hemos sido puestos en este mundo para ser hijos de Dios y a fin de prepararnos para la futura vida inmortal. No pronunciemos palabras imprudentes y poco amables. En nuestra relación familiar, tengamos cuidado de decir palabras amables y tiernas que consuelen y animen. No nos olvidemos de los pequeños actos de bondad que tanto ayudan al miembro de la familia que está luchando con debilidades que sólo él puede comprender. No vale la pena insistir en que las cosas se hagan como uno quiere, y en no ceder en asuntos de menor importancia, que suscitan amargura y resentimiento en el hogar.

La vida es demasiado corta, y está demasiado llena de pesares. Sin pérdida de tiempo deberíamos atender toda herida y a todo corazón sometido a la tentación. Cada cual sea considerado y amable con el otro. Jamás permita que el sol se ponga sobre su enojo. Jamás cierre los ojos para dormir sin arreglar esas pequeñas e insignificantes dificultades que hieren y dañan el alma… Cada vez que se sienta tentado a hablar imprudentemente, arrodíllese donde está, y ore hasta encontrar descanso en Jesús. Estoy segura de que no lo dejará ni lo olvidará. Tal vez usted se desprecie por las palabras apasionadas que acaba de pronunciar, pero recuerde que Jesús tiene piedad de usted, y que le va a cuidar su cuerpo y su alma, si está dispuesto a hacer su voluntad.

Estas son sus palabras: “Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo”. Isaías 27:5. Jesús quiere crear una armonía celestial en su alma. Lea sus palabras, no con desánimo, sino con confianza y esperanza. Escuche las benditas palabras que Dios le dirige. Caminar con Cristo significa que, aunque invisible, Cristo camina con usted. —Carta 104, del 4 de agosto de 1901, dirigida a E. K. Beaman. (Cada Día con Dios – 4 de Agosto).


Cita 4

El que quiere amar la vida y ver días buenos, refrene su lengua del mal, y sus labios no hablen engaño. 1 Pedro 3:10.

El padre cristiano jamás debiera perder de vista que es uno de los hijos de Dios y que debe cultivar una disposición cortés y compasiva porque es un educador. Debe representar a Jesús ante sus hijos. Al tratar con ellos, no debiera haber impetuosidad, ni tampoco esa fría dignidad que congela el amor en el corazón. Debiera ser tan amable y tierno que los corazones de sus hijos se suavicen y se sometan, y se preparen para recibir el amor y la gracia de Cristo.

El cristiano no debe dirigir palabras ásperas a nadie, ya sea viejo o joven. El enemigo sugiere esas palabras… La Palabra de Dios nos enseña a ser amables, tiernos, compasivos y corteses. Cultivemos el amor cristiano. Lleve todo lo que hagamos el sello de este amor. Los que no hablan las palabras de Cristo ni hacen sus obras, tratan de entrar al cielo de otra manera y no por la puerta. No traten de conservar su fría y poco cristiana dignidad. Esto no es religión; no es cristianismo. Lo que necesitan es la luz que resplandece en el rostro de Cristo para que los rostros de ustedes resplandezcan con la luz de su amor. —Carta 203, del 14 de septiembre de 1903, dirigida a los administradores de la Casa Editora de Nashville. (Cada Día con Dios – 14 de Septiembre).


Cita 5

Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Mateo 12:34, 35.

Nunca tratemos como infieles a aquellos por quienes trabajamos, a menos que tengamos evidencias indubitables de que lo son. Y aún cuando la infidelidad de un obrero sea plenamente probada, nunca trate con él de manera que tenga excusa para decir: “Usted fue duro conmigo”. No debe hacer nada que provoque a ira a los que yerran. No trate a creyentes o incrédulos de tal manera que llegue a excitar los peores sentimientos de sus corazones. No lance acusaciones que puedan ser crueles e injustas. Mediante esta manera de proceder, puede conducir a las almas a la perdición…

Usted debe manifestar en su obra la simpatía de Cristo. Sus palabras deben ser una expresión de ella. Debe hablar el idioma de Canaán. Usted ya no forma parte del mundo. Ha salido de él y debe evitar sus métodos y procedimientos. Mediante sus palabras y actos debe manifestar los amantes propósitos de Dios. Debe tratar siempre con respeto a sus colaboradores, recordando que fueron creados a imagen de Dios. El que sirve en lugar de Cristo sólo cumple su deber cuando manifiesta las gracias del Espíritu de Dios a todos los que se relacionan con él.

No deben escucharse ni reprimendas ni expresiones airadas, porque esas palabras deshonran a Cristo y son un baldón para el nombre de cristiano. Parte del deber del que sirve como director consiste en aprender a ejercer dominio propio. El Señor Jesús ha elegido a seres humanos para que sean su instrumento. Deben cumplir su propósito. Su muerte en la cruz del Calvario fue la culminación de su humillación. Su obra redentora trasciende el entendimiento finito…  —Carta 196, del 18 de septiembre de 1901, dirigida a un administrador del Sanatorio de Santa Elena. (Cada Día con Dios – 18 de Septiembre).


Cita 6

Una fuente pura no puede dar origen a una corriente impura; tampoco el verdadero cristiano pronunciará palabras ofensivas, ni entrará en discusión con los que lo rodean.  Cuando le entregamos el corazón a Dios, tenemos que luchar constantemente, porque debemos hacer frente al enemigo de toda justicia. Empleará todos los medios posibles para desanimarnos y derribarnos. El mundo se opone a Cristo y a su obra. Pero los que tratan de cumplir la voluntad de Dios tienen este consuelo: Están unidos con las más altas autoridades del cielo.Manuscrito  31, del 7 de noviembre de 1886, “Sometamos nuestra voluntad a la de Dios”. Sermón pronunciado en Torre Pellice, Italia. (Cada Día con Dios – 7 de Noviembre).


Cita 7

Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Colosenses 3:17.

Doquiera haya un corazón del cual no irradie la luz del cielo, habrá una soledad en la cual Cristo no puede morar. Al lado de cada alma se encuentra la presencia de un ángel. Se me ha instruido en el sentido de que, con el don de Cristo, se le dieron a este mundo todos los tesoros del cielo. Nada quedó en reserva. Si el hombre no abre la puerta de su corazón a Cristo Jesús para entrar en comunión con él, los agentes satánicos lo harán.

Debe haber abundancia de alegría para gloria de Dios. Si está presente la influencia suavizante y subyugadora de la gracia de Cristo, siempre se pronunciarán palabras agradables. Si alguien se equivoca, converse con esa persona a solas. No se exprese con vehemencia; por el contrario, modere su voz. Quien ocupa un cargo de importancia como mayordomo de Dios, debiera ejercer especial cuidado para no irritar a nadie mediante sus palabras y actos. Debiera dirigirse en forma agradable a cada obrero, y no debiera manifestar ni irritabilidad ni amargura.

Sean mucho más cuidadosos en sus palabras y actos los que ocupan cargos de confianza, y ello más aún mientras mayor sea la responsabilidad de su cargo en relación con sus colaboradores, porque los que están relacionados con la obra de Dios sólo pueden complacerlo si hablan con amabilidad. Toda palabra pronunciada sin la debida meditación e inadvertidamente, debiera ser retirada de inmediato. Si quien habla se olvida de hacerlo, o no le causa pesar su falta de cuidado, alguien imbuido del espíritu de Cristo debiera recordarle que debe pedir disculpas, porque debemos tener presente que, como cristianos que pretendemos trabajar unidos, no debemos actuar como los pecadores, cuyas palabras y obras pecaminosas los condenarán finalmente, a menos que se arrepientan… Carta 179, del 19 de noviembre de 1902, dirigida a C. P. Bollman, director del Southern Watchman, publicado en Nashville, Tennessee. (Cada Día con Dios – 19 de Noviembre).


Cita 7

“La censura, el enojo y la falta de bondad desalojan a Jesús de nuestra morada. Vi que los ángeles de Dios huirán de una casa donde se pronuncian palabras ásperas y donde hay mal humor y disputas.”Testimonies for the Church 1:307.


Cita 8

“Los actos de bondad… ligarán los corazones y les acercarán mucho más al corazón de Aquel de quien mana todo impulso generoso. Las atenciones insignificantes y los actos pequeños de amor y de sacrificio que manan de la vida tan dulcemente como la fragancia de una flor—éstos constituyen una gran parte de las bendiciones y felicidades de la vida.”El Discurso Maestro de Jesucristo, 71.


Cita 9

“Los modales amables, la conversación alegre y los actos de amor ligarán los corazones de los hijos con los de sus padres con sedosas cuerdas de afecto y serán más eficaces para hacer atractivo el hogar que todos los más preciosos adornos que el oro puede adquirir.”The Adventist Home, 426, 427.


 

 

GS – 12/03/2022

 

*Las citas de este libro se actualizan constantemente

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