Cita 1
Dios está airado con los que siguen una conducta que nos hace odiar por el mundo. Si a un creyente se le odia por sus buenas obras y por seguir a Cristo, tendrá recompensa. Pero si se le odia porque no se conduce en forma que inspire amor, o por sus modales incultos, porque hace de la verdad un motivo de disputa con sus vecinos y hace del sábado una molestia para ellos, es una piedra de tropiezo para los pecadores, un oprobio para la verdad sagrada, y a menos que se arrepienta, sería mejor que se atase una piedra de molino al cuello y se arrojase al mar. 1JT 169.3
Cita 2
Hay personas de imaginación enfermiza para quienes la religión es un tirano, que las gobierna con vara de hierro. Las tales lamentan constantemente su propia depravación, y gimen por males supuestos. No existe amor en su corazón; su rostro es siempre ceñudo. Las deja heladas la risa inocente de la juventud o de cualquiera. Consideran como pecado toda recreación o diversión, y creen que la mente debe estar constantemente dominada por pensamientos austeros. Este es un extremo. Otros piensan que la mente debe dedicarse constantemente a inventar nuevas diversiones a fin de tener salud. Aprenden a depender de la excitación, y se sienten intranquilos sin ella. Los tales no son verdaderos cristianos. Van a otro extremo. 1JT 178.1
*Las citas de este libro se actualizan constantemente