Cita 1
Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Salmos 91:11-12.
Los ángeles de Dios están velando sobre nosotros. En esta tierra hay miles y decenas de miles de mensajeros celestiales enviados por el Padre para impedir que Satanás obtenga alguna ventaja sobre aquellos que se niegan a caminar en el sendero del mal. Y estos ángeles que guardan a los hijos de Dios en la tierra están en comunicación con el Padre en el cielo. “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños—dijo Cristo—; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos”. Mateo 18:10.
Difícilmente nos damos cuenta de que hay ángeles a nuestro alrededor; y esos preciosos ángeles, que ministran a aquellos que serán herederos de salvación, nos están salvando de muchísimas tentaciones y dificultades. Toda la familia del cielo está interesada en las familias de la tierra; y cuán agradecidos deberíamos ser por este interés manifestado hacia nosotros día y noche.
Las palabras impacientes y poco bondadosas que pronunciamos en nuestros hogares son oídas por los ángeles; ¿queréis encontrar en los libros del cielo el registro de las palabras impacientes y apasionadas que habéis expresado en vuestra familia? La impaciencia trae al enemigo de Dios y del hombre a vuestra familia y echa a los ángeles de Dios. Si estáis viviendo en Cristo, y Cristo en vosotros, no podéis hablar palabras airadas. Padres y madres, os suplico por el amor de Cristo que seáis bondadosos, tiernos y pacientes en vuestros hogares. Entonces entrará la luz y la claridad del sol en vuestras casas y sentiréis que los rayos brillantes del Sol de justicia están realmente brillando en vuestros corazones. La ausencia de las gracias del Espíritu de Dios deja al hogar lleno de tinieblas e infelicidad. Vuestro hogar debería ser un santuario bendito donde Dios pueda acudir y donde sus ángeles santos puedan ministraros. Si manifestáis impaciencia y aspereza el uno hacia el otro, los ángeles no podrán ser atraídos hacia vuestro hogar; pero donde moran el amor y la paz, estos seres celestiales se deleitan en venir y traer aun más de la santa influencia del hogar de arriba. (Dios nos Cuida – 9 de Junio).
Cita 2
Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio. Génesis 18:19.
Un hombre es a la vista de Dios lo que es en su familia.
La vida de Abraham, el amigo de Dios, estuvo señalada por el estricto cumplimiento de la palabra de Jehová. Cultivaba la religión del hogar. El temor de Dios llenaba su casa. El era el sacerdote de su hogar. Consideraba su familia como un depósito sagrado. Su casa constaba de más de mil miembros, y los dirigía a todos, padres e hijos, hacia el Soberano divino. No soportaba que hubiese opresión paterna por un lado, ni desobediencia filial por el otro. Mediante la influencia combinada del amor y la justicia, gobernó su casa en el temor de Dios y el Señor dio testimonio de su lealtad.
Cuán pocos hay en nuestros días que siguen este ejemplo. De parte de demasiados padres hay un sentimentalismo ciego y egoísta, que se manifiesta dejando a los hijos con sus juicios deformados y pasiones indisciplinadas, bajo el dominio de su propia voluntad. Esta es la peor crueldad que se le puede hacer a la juventud y un gran mal para el mundo. La indulgencia de los padres causa desorden en las familias y en la sociedad. Reafirma en la juventud el deseo de seguir las inclinaciones, en vez de someterse a los requerimientos divinos.
La pregunta que debemos hacer no es: ¿Qué han hecho otros? ¿Qué pensarán mis familiares? o, ¿Qué dirán si sigo este camino? sino, ¿Qué ha dicho Dios? Ni padres ni hijos pueden verdaderamente prosperar en camino alguno que no sea el camino del Señor. (Dios nos Cuida – 5 de Julio).
Cita 3
Cuán bendecido, cuán doblemente bendecido, es el hogar en el cual el padre, la madre y los hijos están consagrados al servicio de Cristo. (Dios nos Cuida – 21 de Octubre).
Cita 4
Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz. Juan 12:36.
Un hogar cristiano bien ordenado es un argumento que el incrédulo no puede resistir, porque no encuentra lugar para la búsqueda de faltas triviales. Y los hijos de un hogar así están preparados para enfrentar los sofismas de la incredulidad. Han aceptado la Biblia como base de su fe, y tienen un firme fundamento que no puede ser removido por el embate del escepticismo.
Aférrense a los brazos del poder infinito; entonces encontrarán que él es precioso para su alma, y todo el cielo estará a su servicio. “Si andamos en luz, como él está en luz”, tendremos la compañía de los ángeles santos.
A Josué le fue dicho: “Así dice Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza… entre éstos que aquí están te daré lugar”. Zacarias 3:7. ¿Y quiénes son “éstos que aquí están”? Son ángeles de Dios. Josué debía tener una confianza viviente en Dios cada día; y entonces los ángeles caminarían con él, y el poder de Dios descansaría sobre él en todas sus labores. Entonces, amigos cristianos, padres y madres, ¿dejarán que su luz pierda fuerza? ¡No, nunca! Y pronto los portales de la ciudad celestial se abrirán a ustedes; y podrán presentarse a sí mismos y presentar a sus hijos ante el trono diciendo: “He aquí, yo y los hijos que me dio Jehová”. Isaías 8:18. ¡Y qué recompensa a la fidelidad será aquélla, ver a sus hijos coronados con la vida inmortal en la maravillosa ciudad de Dios! (Dios nos Cuida – 13 de Noviembre).
Cita 5
Pongan la esperanza… en el Dios vivo, que nos da todas las cosas en abundancia para que las disfrutemos. 1 Timoteo 6:17.
Que los visitantes vean que tratamos de hacer felices a los que nos rodean con nuestra alegría, simpatía y amor. Mientras procuramos asegurar el bienestar y la felicidad de nuestros invitados, no pasemos por alto nuestras obligaciones para con Dios. La hora de la oración no debiera ser descuidada por ninguna razón…
A temprana hora de la noche, cuando se puede orar sin prisa y con entendimiento, presenten sus súplicas y eleven sus voces en alabanza feliz y agradecida. Que todos los que visiten a los cristianos vean que la hora de la oración es la más sagrada, la más preciosa y la más feliz del día. Un ejemplo tal no quedará sin efecto.
Estos momentos de devoción ejercen una influencia refinadora y elevadora sobre todos los que participan en ellos. Se despertarán pensamientos correctos y deseos nuevos y mejores en los corazones de los más descuidados. La hora de adoración trae paz y descanso agradecidos al espíritu cansado; porque la misma atmósfera del hogar cristiano es de paz y reposo… Nueve de cada diez pruebas y perplejidades que preocupan a tantos son imaginarias o traídas sobre sí mismos por su propio camino equivocado. Deberían dejar de hablar de estas pruebas y de magnificarlas. El cristiano puede confiar a Dios cada preocupación, cada cosa que lo perturba. Nada es demasiado pequeño como para que nuestro compasivo Salvador no lo note; nada es demasiado grande como para que el no pueda llevarlo. (Dios nos Cuida – 14 de Noviembre).
Cita 6
Por esta causa doblo mis rodillas ante el Padre de nuestro Señor Jesucristo, de quien toma nombre toda familia en los cielos y en la tierra. Efesios 3:14, 15.
Una familia en cuyo seno se manifiesta amor a Dios y de los unos por los otros, cuyos miembros no se irritan, sino que son pacientes, tolerantes y amables, es un símbolo de la familia celestial.
Los hombres y mujeres que sirven decididamente a Dios conducirán a sus familias de tal manera que representen correctamente la religión de Cristo. Enseñarán a sus hijos a ser aseados y útiles, a compartir las cargas del hogar y a no permitir que los padres hagan alguna tarea que ellos pueden realizar. De esta manera el padre y la madre quedan más aliviados. La familia toda comparte la bendición de la disposición de ayudarse mutuamente.–(Manuscrito 1, del 19 de enero de 1899, “Unidad, cortesía y amor”).
Cita 7
Nuestros esfuerzos para resistir los ataques de Satanás deben ser fervientes y perseverantes. El dedica su fuerza y habilidad a tratar de apartarnos del camino recto. El vigila nuestras salidas y entradas, a fin de hallar oportunidad de perjudicarnos o destruirnos. El obra con muchísimo éxito en las tinieblas, perjudicando a aquellos que ignoran sus designios. No podría conseguir ventajas si su método de ataque fuese comprendido. Los instrumentos que emplea para lograr sus propósitos y arrojar sus dardos encendidos, son a menudo los miembros de nuestras propias familias. 1JT 107.1
Aquellos a quienes amamos pueden hablar y obrar con descuido y herirnos profundamente. Tal no era su intención, pero Satanás magnifica sus palabras y actos ante la mente y así arroja un dardo de su aljaba para atravesarnos. Nos erguimos para resistir a la persona que pensamos nos hirió, y al hacerlo estimulamos las tentaciones de Satanás. En vez de pedir a Dios fuerza para resistir a Satanás, permitimos que nuestra felicidad quede empañada tratando de defender lo que llamamos “nuestras derechos.” Así concedemos una doble ventaja a Satanás. Obramos de acuerdo a nuestros sentimientos agraviados, y Satanás nos emplea como agentes suyos para herir y angustiar a aquellos que no se proponían perjudicarnos. Puede ser que a veces las exigencias del esposo parezcan irrazonables a la esposa; pero si ella echara serena y sinceramente una segunda mirada al asunto, y lo considerara en una luz tan favorable como fuese posible para el esposo, vería que, renunciando a su propia idea y sometiendo su juicio al del esposo, aun cuando ello contrariase sus sentimientos, salvaría a ambos de la desdicha y les daría una gran victoria sobre las tentaciones de Satanás. 1JT 107.2 (Joyas de los Testimonios)
Cita 8
Esto es lo que necesitamos en nuestros hogares. No hay críticas ni asperezas, sino paz y gozo, y descanso en el Señor… Dios demanda un servicio amante. Demanda que los padres hablen amorosa y tiernamente a sus hijos. Vean ellos que pensáis que os ayudan. Dadles responsabilidades, pequeñas al principio, y mayores a medida que crezcan. Nunca, nunca, permitáis que os oigan decir: “Me estorban más de lo que me ayudan”… AFC 149.6
Cuántos hay que olvidan que el hogar es una escuela, en la cual se preparan los hijos para trabajar, ya sea para Cristo o para Satanás. Padres y madres, recordad que cada palabra que habláis al alcance del oído de vuestros hijos tiene una influencia sobre ellos, una influencia ya sea para bien o para mal. Recordad que si halláis faltas en otros, estáis educando a vuestros hijos para que sean criticones. AFC 150.1
Rodeados de vuestros hijos, inclinaos delante del Padre celestial. Pedidle ayuda para preservar el depósito que os ha confiado. Sean vuestras peticiones cortas y fervientes. Decid: “Padre celestial, quiero que mis hijos sean salvados. Concédeme la ayuda de tu Espíritu, para que pueda prepararlos a fin de que sean hallados dignos de heredar la vida eterna”. Enseñad a vuestros hijos a ofrecer sus sencillas oraciones. Decidles que Dios se deleita en sus peticiones. AFC 150.2 (A Fin de Conocerle)
Cita 9
Podemos someter a nuestros hijos tan solo si nos sometemos a nosotros mismos. Pero hay muchos padres que inculcan en la vida de su hogar sus malas tendencias hereditarias y cultivadas. No han abandonado su puerilidad. Regañan a sus hijos por cosas que nunca debieran notar. Padres, no regañéis nunca a vuestros hijos. Tratadlos con firmeza pero con bondad. Mantenedlos ocupados… Sea vuestro hogar un lugar donde Dios es amado y honrado.—Manuscrito 39, 1901.
Cita 10
Si Jehová no edificare la casa, en vano trabajan los que la edifican; si Jehová no guardare la ciudad, en vano vela la guardia. Salmos 127:1.
En el cielo no se hablan palabras desagradables. No se cultivan allí pensamientos hirientes. No hay lugar allí para la envidia, las malas sospechas, el odio y la contienda. Una perfecta armonía impregna las cortes celestiales. Satanás sabe bien cómo es el cielo y cuál es la influencia de los ángeles. Su obra consiste en introducir en cada familia los crueles elementos de la obstinación, la rudeza y el egoísmo. De esta manera trata de destruir la felicidad de la familia. El sabe que el espíritu que gobierne el hogar será introducido en la iglesia.
Cuiden siempre el padre y la madre sus palabras y acciones. El esposo debe tratar a su esposa, la madre de sus hijos, con el debido respeto, y la esposa debe amar y reverenciar a su marido. ¿Cómo podría ella hacerlo si él la trata como a una sirvienta, en forma dictatorial, dándole órdenes, burlándose y encontrando faltas en ella delante de sus hijos? De esa manera la conduce a tenerle aversión y aun a odiarlo.
Quiera Dios ayudar a los padres y a las madres a abrir las ventanas del alma hacia el cielo y permitir que el brillo de la luz de Cristo se introduzca en la vida del hogar. A menos que lo hagan, se verán rodeados por una bruma y una neblina de las más dañinas para la espiritualidad. Padres y madres, introduzcan dulzura, brillo y esperanza en la vida de sus hijos. La amabilidad y el amor obrará maravillas. Nunca castiguen a un hijo en forma airada.
Antes de corregir a sus hijos, asegúrense de conversar con su Padre celestial. Cuando sus corazones se hayan suavizado por la simpatía, conversen con el que cometió el error. Si el asunto puede solucionarse sin el uso de la vara, tanto mejor.—Manuscrito 71, del 29 de mayo de 1902, “Palabras a los padres”. (Alza tus Ojos – 29 de Mayo).
Cita 11
Pero acerca del amor fraternal no tenéis necesidad de que os escriba, porque vosotros mismos habéis aprendido de Dios que os améis unos a otros. 1 Tesalonicenses 4:9.
La verdad, la preciosa verdad debe santificarnos, subyugarnos, refinarnos, elevarnos, y finalmente exaltarnos hasta un trono a la diestra de la Majestad del cielo. ¿Nos debilitaremos en poder espiritual por falta de ejercicio? ¿Pasaremos día tras día sin una experiencia clara y definida en la vida religiosa por permitir que nuestras mentes sean absorbidas por los negocios del mundo?
Aquí, mi querido hijo [Edson] está tu peligro. Aquí están los ardides de Satanás, enredándote. Las mismas facultades u órganos que cultivas se fortalecen e imperceptiblemente te estás colocando en una posición que te incapacitará para realizar la obra de Dios. El tiempo que deberías dedicar fervientemente a ella, en realidad lo estás usando para hacerte incompetente para la obra que Dios te concedería el honor de realizar en su causa. Pretexto tras pretexto has concebido en tu mente para excusarte de asumir la tarea que podrías hacer inmediatamente, pero estás esperando que este objeto se consiga o aquel proyecto se cumpla. No es para hacer una gran obra que estás capacitado ahora, sino son las pequeñas obligaciones relacionadas con la obra de Dios, las responsabilidades menores sobrellevadas con humildad y fidelidad, las que te calificarán para las responsabilidades mayores, para los cargos más importantes. Debes cultivar la pureza de motivos, los intereses generosos.
Manténte cerca de Willie, tu hermano menor. Que ninguna emulación o contienda separe tu corazón y afectos de él. Qué ningún sentimiento egoísta o celo encuentre cabida en ti. Desaloja de tu corazón todas estas cosas. Cultiva el amor, la confianza, la responsabilidad. Vive a la altura de las normas bíblicas. Practica la luz que Dios te ha concedido. Demuestra, con actitudes y palabras amables y con hechos generosos, tu verdadero interés y afecto por Willie. Todos los progresos que realices se reflejarán nuevamente en ti. Nunca estaré satisfecha hasta que los vea a ambos sólida, fuerte y amorosamente unidos en los lazos más estrechos de amor fraternal. Dios los ayudará a trabajar en este sentido. Tú eres mayor que Willie y debes procurar en toda forma ayudarlo y ligarlo a tu corazón. Amense como hermanos, sean compasivos, sean corteses.
La religión, hijo mío, no es como algunos la consideran, una tarea intelectual, una teoría. Debe llevarse a cabo en la práctica en todos los caminos y senderos de nuestra vida. Debe regir la vida como así también convencer la mente. Sólo ella debe purificar el corazón. Dios requiere de cada uno de los que profesamos su nombre que seamos buenos ciudadanos y que la vida de integridad estricta y devoción pura deje una brillante luz en el mundo.—Carta 35, del 30 de julio de 1876, dirigida a sus “Queridos hijos”; Edson acababa de cumplir 27 años; Willie tenía 21. (Alza tus Ojos – 30 de Julio).
Cita 12
Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor. Efesios 6:4.
Dios invita a los creyentes a que dejen de buscar faltas y de pronunciar discursos apresurados y poco amables. Padres, sean bondadosas y agradables las palabras que dirijan a sus hijos, para ayudar a los ángeles a traerlos a Cristo. Se necesita una reforma completa en la iglesia del hogar. Debe empezar en seguida. Debe cesar todo rezongo y todo reto. Los que rezongan y retan le cierran la puerta a los ángeles del cielo y se la abren a los ángeles malos.
Recuerden los esposos que tienen ya bastantes preocupaciones como para hacerse infeliz la vida al permitir que se produzcan diferencias entre ellos. Los que dan lugar a pequeñas diferencias invitan a Satanás al seno de sus hogares. Los hijos perciben ese espíritu de contienda que se manifiesta por cosas sin importancia…
Mis hermanos y hermanas: ¿No quisieran ser colaboradores de Dios para trabajar por la paz y la armonía? Oren por la dulce y modeladora influencia del Espíritu Santo. Sean gobernados los labios de ustedes por la ley de la bondad. No sean agrios, descorteses ni duros. Sean fieles a su profesión de fe… Cuando estén dispuestos a llevar el yugo de Cristo, cuando escuchen la invitación: “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas” (Mateo 11:29), dejarán de atar yugos sobre el cuello de los demás. Dejarán de buscar faltas. Ya no considerarán que es una virtud discrepar con los demás…
Estamos preparándonos para encontrarnos con nuestro Señor cuando venga en las nubes de los cielos con gran poder y gloria. En esta obra grande y noble debemos ayudarnos mutuamente. Los padres deben traer a sus hogares todos los rayos de sol y toda la alegría que puedan. Deben llenar sus hogares de rayos de sol mediante palabras y acciones bondadosas… No sirvan al enemigo de Dios al manifestar un espíritu áspero y poco amable. Entrarán al cielo solamente los que hayan vencido la tentación de hablar y actuar en forma dura y áspera. Tengan la actitud de Cristo, pronuncien sus palabras, y el Señor Jesús, por medio de su Espíritu Santo, será un huésped en el hogar de ustedes. —Carta 133, del 12 de abril de 1904, dirigida a Edson y Ema White. (Cada Día con Dios – 12 de Abril).
Cita 13
Ustedes necesitan admirar las preciosas cualidades que existían en el carácter de Jesús. Al relacionarnos los unos con los otros, recordemos siempre que hay capítulos en la experiencia de los demás que están sellados para los ojos mortales. Hay tristes historias escritas en los libros del cielo que están celosamente guardadas de los ojos indiscretos. Allí se registran largas y arduas batallas en medio de circunstancias difíciles en el seno de los mismos hogares, que día tras día minan el valor, la fe, la confianza, hasta que la misma virilidad parece que se va a desmoronar. Pero Jesús lo sabe todo y nunca lo olvida. Para los tales, las palabras amables y afectuosas son como la sonrisa de los ángeles. El apretón de manos de un amigo, fuerte y bondadoso, vale más que el oro y la plata. Le ayuda a recuperar su hombría. —Carta 16, del 15 de mayo de 1886, a dos médicos del Sanatorio de Santa Elena. (Cada Día con Dios – 15 de Mayo).
Cita 14
Y edificó allí altar a Jehová, e invocó el nombre de Jehová. Génesis 12:8.
Abrahám, el amigo de Dios, nos dio un ejemplo digno. La suya fue una vida de oración y humilde obediencia y era como una luz en el mundo. Dondequiera plantara su tienda, bien cerca alzaba su altar, reuniendo a cada miembro de su familia para el sacrificio de la mañana y de la tarde… Un luz similar debería brillar de los hogares cristianos.
El amor debiera revelarse en la acción. Debería brotar en toda manifestación hogareña, mostrándose en considerada bondad, en gentil y desprendida cortesía. Hay hogares en los cuales se practican estos principios, hogares en los cuales se adora a Dios y reina el amor más puro. De estos hogares, mañana y tarde ascienden oraciones a Dios como dulce incienso, y sus mercedes y bendiciones descienden sobre los suplicantes como el rocío matutino…
Necesitamos la fuerza y la gracia que produce la oración ferviente. Debería usarse diligentemente este medio de gracia para tener fuerza espiritual. La oración no baja a Dios hasta nosotros, antes nos eleva a él. Nos hace ver más y más nuestras grandes necesidades, y de ahí nuestra obligación a Dios y nuestra dependencia de él… Dios ha hecho de la oración ferviente la condición para conceder sus más ricas bendiciones…
Este es un asunto diario. Cada mañana conságrate a ti mismo y a tu familia por ese día. No hagas cálculos para meses o años, porque no son tuyos. Se te entrega un breve día, y en ese único día trabaja para ti y para tu familia como si fuera el último. Entrega todos tus planes a Dios para llevarlos adelante o abandonarlos, según te lo indique su providencia. De esta manera estarás colocando tu vida día tras día con sus planes y propósitos en las manos de Dios, aceptando sus planes en lugar de los tuyos, no importa cuánto interfieran con tus arreglos ni cuántos proyectos agradables haya que abandonar. —The Signs of the Times, 7 de agosto de 1884. (En los Lugares Celestiales – 25 de Julio).
Cita 15
Estudien los padres el primer capítulo de la segunda epístola de Pedro. Allí está presentada la exaltada excelencia de la verdad bíblica. Enseña que la experiencia cristiana debe ser de continuo crecimiento, de constante aumento en gracias y virtudes que darán fuerza al carácter y prepararán al alma para la vida eterna…
Es el privilegio de padres e hijos crecer juntos en la gracia de Cristo. Los que cumplen con las condiciones expuestas en la Palabra hallarán plena provisión para sus necesidades espirituales, y poder para vencer… El Señor espera que los padres hagan esfuerzos ingentes y unidos en la educación de sus hijos para él. En el hogar deben cultivar las gracias del Espíritu, dando testimonio en todos sus caminos a Aquel que mediante la santificación del Espíritu ha prometido hacernos perfectos en toda buena obra.
Cuando los padres despiertan a una verdadera comprensión de sus deberes descuidados se maravillarán de la ceguera espiritual que caracterizó su experiencia pasada… Los que tienen que llevar un mensaje solemne para la iluminación y salvación del mundo, ¿harán poco o ningún esfuerzo por los miembros de su propia familia que no están convertidos a la verdad?
¿Permitirán los padres que sus mentes estén entretenidas con asuntos de poca monta descuidando la pregunta más importante de todas: “¿Está mi familia preparada para encontrarse con el Señor?” Cristo está esperando la cooperación de los agentes humanos para poder impresionar los corazones de nuestros niños y jóvenes. Con intenso deseo los seres celestiales anhelan ver a los padres hacer la preparación esencial para que ellos y sus hijos sean leales a Dios en el conflicto venidero y entren por las puertas en la ciudad de Dios. —The Review and Herald, 12 de octubre de 1911. (En los Lugares Celestiales – 31 de Julio).
Cita 16
Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío. Salmos 19:14.
Todos necesitamos estudiar la vida de Cristo y las lecciones que nos dio, para saber conducirnos en nuestras relaciones mutuas. Alberguemos la suave influencia del Espíritu de Dios. Recordemos que el habla es un talento de gran valor cuando se lo usa correctamente, y que de la abundancia del corazón habla la boca. Recordemos también que por nuestras palabras seremos justificados, y por nuestras palabras seremos condenados.
Las palabras imprudentes a menudo crean dificultades que de otra manera no se hubieran producido. Hemos sido puestos en este mundo para ser hijos de Dios y a fin de prepararnos para la futura vida inmortal. No pronunciemos palabras imprudentes y poco amables. En nuestra relación familiar, tengamos cuidado de decir palabras amables y tiernas que consuelen y animen. No nos olvidemos de los pequeños actos de bondad que tanto ayudan al miembro de la familia que está luchando con debilidades que sólo él puede comprender. No vale la pena insistir en que las cosas se hagan como uno quiere, y en no ceder en asuntos de menor importancia, que suscitan amargura y resentimiento en el hogar.
La vida es demasiado corta, y está demasiado llena de pesares. Sin pérdida de tiempo deberíamos atender toda herida y a todo corazón sometido a la tentación. Cada cual sea considerado y amable con el otro. Jamás permita que el sol se ponga sobre su enojo. Jamás cierre los ojos para dormir sin arreglar esas pequeñas e insignificantes dificultades que hieren y dañan el alma… Cada vez que se sienta tentado a hablar imprudentemente, arrodíllese donde está, y ore hasta encontrar descanso en Jesús. Estoy segura de que no lo dejará ni lo olvidará. Tal vez usted se desprecie por las palabras apasionadas que acaba de pronunciar, pero recuerde que Jesús tiene piedad de usted, y que le va a cuidar su cuerpo y su alma, si está dispuesto a hacer su voluntad.
Estas son sus palabras: “Haga conmigo paz; sí, haga paz conmigo”. Isaías 27:5. Jesús quiere crear una armonía celestial en su alma. Lea sus palabras, no con desánimo, sino con confianza y esperanza. Escuche las benditas palabras que Dios le dirige. Caminar con Cristo significa que, aunque invisible, Cristo camina con usted. —Carta 104, del 4 de agosto de 1901, dirigida a E. K. Beaman. (Cada Día con Dios – 4 de Agosto).
Cita 17
Aprendan éstos primero a ser piadosos para con su propia familia. 1 Timoteo 5:4.
Es la costumbre de muchos miembros de la familia, tanto padres como hijos, asumir una actitud más agradable cuando están en compañía de otras personas que cuando se encuentran en su propio hogar. Este no es el plan trazado por Dios para padres e hijos. Conserven algunas de sus sonrisas, cumplidos y actos de cortesía para el círculo del hogar. Deben tratar de ser tiernos, considerados y amables para manifestar cortesía cristiana en la casa. Hay que cultivar el espíritu lleno de gracia de la religión del hogar…
Padres e hijos: Recordad que los verdaderos seguidores de Cristo harán de su hogar, tanto como resulte posible, una representación del hogar celestial, porque al hacerlo serán colaboradores de Cristo en la aplicación de las leyes de su reino.
No podemos ser amables, veraces, corteses y abnegados sin el auxilio del Espíritu Santo… Estudiemos la vida de Cristo y practiquemos en el hogar lo que sabemos nos será necesario en la vida celestial, cuando gocemos del compañerismo de la familia celestial. En el círculo del hogar aquí podemos practicar los modales que vamos a poner en práctica en el seno de la familia celestial. —Manuscrito 125, del 6 de octubre de 1898, “La educación en el hogar”. (Cada Día con Dios – 6 de Octubre).
Cita 18
“Debiera siempre cultivarse el más tierno afecto entre esposo y esposa, padres e hijos, hermanos y hermanas. Debiera evitarse toda palabra impetuosa y ni siquiera se debiera notar la apariencia de falta de amor entre unos y otros…. Los hijos han de respetar y reverenciar a sus padres, y los padres han de manifestar paciencia, bondad y cariño hacia sus hijos. Cada uno debiera hacer todo lo que está de su parte para complacer y hacer dichosos a los miembros del círculo familiar.” —The Signs of the Times, 14 de noviembre de 1892.
Cita 19
“Una firmeza uniforme y un dominio desapasionado son necesarios para la disciplina de toda familia. Decid serenamente lo que debéis decir, actuad con consideración y cumplid lo que habéis dicho sin fluctuaciones.”—Testimonies for the Church 3:532.
Cita 20
“El vínculo de la familia es el más estrecho, el más tierno y sagrado de cuantos existen en la tierra. fue designado para ser una bendición a la humanidad. Y así lo es siempre que el matrimonio sea un pacto sellado con inteligencia, en el temor de Dios, y con el sentimiento de sus responsabilidades.”—El Ministerio de Curación, 334.
Cita 21
“Alrededor de cada familia se extiende un círculo sagrado que no debe romperse. Dentro de este círculo nadie tiene derecho de entrada. Que el marido o la mujer no dejen que un extraño esté al corriente de las confidencias que a ellos solos les importan. Que cada uno de ellos ame al otro antes de exigir que el otro le ame. Cultivad en vosotros mismos las más nobles cualidades, y estad prontos a reconocer las buenas cualidades uno de otro…. FV 254.3 {La Fe por la cual Vivo}
Cita 22
“Un hogar donde reina el espíritu del Señor es la más dulce representación del cielo.”—The Adventist Home, 120, 15.
Cita 23
“Si Cristo es realmente admitido en el hogar como la esperanza de gloria, reinarán allí el amor y la unión…. FV 254.5 {La Fe por la cual Vivo}
Cita 24
“Sólo donde reina Cristo puede haber cariño profundo, fiel y abnegado.”—El Ministerio de Curación, 336.
Cita 25
“Los ángeles de Dios serán huéspedes en tal hogar y su santa vigilancia será un refugio para el matrimonio.”—Testimonies for the Church 5:362.
Cita 26
“Dios … deseaba que la tierra se llenara de gozo y paz. Creó al hombre para la felicidad, y anhela llenar el corazón humano con la paz del cielo. Desea que las familias terrenales sean un símbolo de la gran familia celestial.”—Sketches From the Life of Paul, 266.
Cita 27
“El hogar debiera ser todo lo que la palabra implica. Debiera ser un pequeño cielo en la tierra, un lugar donde los afectos se cultiven en vez de reprimirse diligentemente. Cultívense el amor, la simpatía y la verdadera cortesía mutua. De ello depende nuestra felicidad.”—Testimonies for the Church 3:639.
Cita 28
“Que vuestro hogar sea tal que Cristo pueda entrar en él como huésped permanente…. El hogar donde los miembros son cristianos bondadosos y corteses ejerce una influencia de gran alcance para el bien…. Los ángeles del cielo visitan a menudo el hogar donde la voluntad de Dios impera. Bajo el poder de la gracia divina tal hogar llega a ser un sitio de refrigerio para el cansado peregrino. El yo no hace valer allí sus derechos. En él se forman los hábitos correctos. Hay allí un cuidadoso reconocimiento de los derechos de los demás. La fe que obra por el amor y purifica el alma mantiene el timón y gobierna la familia entera.”—The Signs of the Times, 17 de febrero de 1904.
Cita 29
“En el plan de Dios para Israel cada familia tenía su propia casa … con tierras de labranza suficientes. De este modo quedaban asegurados los medios y el incentivo para … una vida provechosa, laboriosa e independiente.”—El Ministerio de Curación, 174.
Cita 30
“Los padres que poseen un pedazo de tierra y un hogar cómodo deben considerarse reyes y reinas.”—Fundamentals of Christian Education, 326, 327.
Cita 31
“Vivienda costosa, amueblado dispendioso, boato, lujo y holgura no suministran las condiciones indispensables para una vida feliz y provechosa. Jesús … vino como embajador de Dios para enseñarnos cómo vivir para sacar los mejores resultados de la vida. ¿Cuáles fueron las condiciones escogidas por el Padre infinito para su Hijo? Un hogar apartado en los collados de Galilea; una familia mantenida por el trabajo honrado y digno; una vida sencilla; un conflicto diario con dificultades y penas; el desprendimiento, la economía y el servicio sufrido y alegre; las horas de estudio junto a su madre, con el rollo abierto de las Escrituras; la tranquilidad de la aurora o del crepúsculo en el valle verde; las santas actividades de la naturaleza; el estudio de la creación y la providencia; y la comunión del alma con Dios; tales fueron las condiciones y las facilidades de los primeros años de la vida de Jesús.”—El Ministerio de Curación, 344.
Cita 32
“Asegúrense los medios para aligerar el trabajo, promover la salud y asegurar el desahogo…. Amueblad vuestra casa sencillamente con cosas durables, que puedan limpiarse sin mucho trabajo y ser renovadas sin gran costo.”—El Ministerio de Curación, 348.
Cita 33
“La simpatía, la tolerancia y el amor que se requieren en el trato con los niños son una bendición para la familia. Suavizan y subyugan muchos rasgos de carácter de aquellos que necesitan ser más joviales y serenos. La presencia de un niño en el hogar endulza y refina. Un niño criado en el temor de Dios es una bendición.”—The Adventist Home, 160.
Cita 34
“Estamos en un mundo de pecado y tentación; en todo nuestro redor hay almas que perecen sin Cristo; y Dios quiere que trabajemos por ellas de toda manera posible. Si tenemos un hogar agradable, invitemos a los jóvenes que no tienen hogar, los que necesitan ayuda, que anhelan simpatía, palabras bondadosas, respeto y cortesía.”—Joyas de los Testimonios 2:574.
Cita 35
“Nuestros hogares deberían ser refugios para los jóvenes que sufren tentación. Muchos hay que se encuentran en la encrucijada de los caminos. Toda influencia, toda impresión, determinan la elección del rumbo de su suerte en esta vida y en la por venir. El mal los asedia…. En torno nuestro hay jóvenes sin familia o cuyos hogares no tienen para ellos poder protector ni ennoblecedor y se ven arrastrados al mal…. Estos jóvenes necesitan que se les tienda una mano simpática…. Si quisiéramos dar prueba de algún interés por la juventud, invitarla a nuestras casas, y rodearla de influencias alentadoras y provechosas, muchos habría que de buena gana dirigirían sus pasos camino arriba.”—El Ministerio de Curación, 332, 333.
Cita 36
“Al abrir vuestra puerta a los menesterosos y dolientes hijos de Cristo, estáis dando la bienvenida a ángeles invisibles. Invitáis la compañía de los seres celestiales…. Vienen con alabanzas en los labios y una nota de respuesta se oye en el cielo. Cada hecho de misericordia produce música allí.”—El Deseado de Todas las Gentes, 578.
Cita 37
“La atmósfera de un hogar verdaderamente cristiano es de paz y descanso. Un ejemplo tal no quedará sin fruto.”—The Adventist Home, 450.
Cita 38
“Una luz por pequeña que sea, si está siempre encendida, puede servir para prender otras muchas. Nuestra esfera de influencia podrá parecer limitada, … nuestras oportunidades escasas, reducidos nuestros recursos; no obstante, si sabemos aprovechar lo que nos ofrece nuestro hogar, podemos realizar maravillas…. De nuestros hogares saldrán ríos de vida y de salud, de belleza y de feracidad donde hoy por hoy todo es desolación y esterilidad.”—El Ministerio de Curación, 333.
GS – 11/26/2022
*Las citas de este libro se actualizan constantemente