Cita 1
El que venciere será vestido de vestiduras blancas; y no borraré su nombre del libro de la vida, y confesaré su nombre delante de mi Padre, y delante de sus ángeles. Apocalipsis 3: 5
A medida que los libros de memoria se vayan abriendo en el juicio, las vidas de todos los que hayan creído en Jesús pasan ante Dios para ser examinados por él. Empezando con los primeros que vivieron en la tierra, nuestro Abogado presenta los casos de cada generación sucesiva y termina con los vivos. Cada nombre es mencionado, cada caso cuidadosamente investigado. Habrá nombres que serán aceptados, y otros rechazados.
En caso de que alguien tenga en los libros de memoria pecados de que no se haya arrepentido y que no hayan sido perdonados, su nombre será borrado del libro de la vida, y la mención de sus buenas obras será borrada de los registros de Dios…
A todos los que se hayan arrepentido verdaderamente de su pecado, y que hayan aceptado con fe la sangre de Cristo como su sacrificio expiatorio, se les ha inscrito el perdón al lado de sus nombres en los libros del cielo;… sus pecados les serán borrados, y ellos mismos serán juzgados dignos de la vida eterna… (Dios no cuida – Marzo 18).
Cita 2
Porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido. Génesis 32: 28
Si Jacob no se hubiese arrepentido antes por su pecado de tratar de conseguir la primogenitura mediante un engaño, Dios no habría podido oír su oración ni conservarle bondadosamente la vida. Así será en el tiempo de angustia.
Si el pueblo de Dios tuviera pecados inconfesos que aparecieran ante ellos cuando los torturen el temor y la angustia, serían abrumados; la desesperación anularía su fe, y no podrían tener confianza en Dios para pedirle su liberación. Pero aunque tengan un profundo sentido de su indignidad, no tendrán pecados ocultos que revelar. Sus pecados habrán sido borrados por la sangre expiatoria de Cristo, y no los podrán recordar…
Todos los que traten de ocultar o excusar sus pecados, y permitan que permanezcan en los libros del cielo inconfesos y sin perdón, serán vencidos por Satanás. Cuanto más elevada sea su profesión, y cuanto más honorable sea la posición que ocupen, tanto más grave será su conducta ante los ojos de Dios, y tanto más seguro será el triunfo del gran adversario.
Sin embargo, la historia de Jacob es una promesa de que Dios no desechará a los que fueron arrastrados al pecado, pero que se han vuelto al Señor con verdadero arrepentimiento. Por la entrega de sí mismo y por su confiada fe, Jacob alcanzó lo que no había podido alcanzar con su propia fuerza. Así el Señor enseñó a su siervo que sólo el poder y la gracia de Dios podían darle las bendiciones que anhelaba. Así ocurrirá con los que vivan en los últimos días. Cuando los peligros los rodeen, y la desesperación se apodere de su alma, deberán depender únicamente de los méritos de la expiación… Nadie perecerá jamás mientras haga esto…
Jacob prevaleció porque fue perseverante y decidido… Este es el tiempo en que debemos aprender la lección de la oración que prevalece y de la fe inquebrantable. Las mayores victorias de la iglesia de Cristo o del cristiano no son las que se ganan mediante el talento o la educación, la riqueza o el favor de los hombres. Son las victorias que se alcanzan en la cámara de audiencia con Dios, cuando la fe fervorosa y agonizante se ase del poderoso brazo de la omnipotencia. (Dios nos Cuida – 7 de Julio).
Cita 3
Jehová está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra. Habacuc 2:20.
Vi un trono, y sobre él se sentaban el Padre y el Hijo. Me fijé en el rostro de Jesús y admiré su hermosa persona. No pude contemplar la persona del Padre, pues le cubría una nube de gloriosa luz. Pregunté a Jesús si su Padre tenía forma como él. Dijo que la tenía, pero que yo no podía contemplarla, porque dijo: “Si llegases a contemplar la gloria de su persona, dejarías de existir”…
Vi al Padre levantarse del trono, y en un carro de llamas entró en el lugar santísimo, al interior del velo, y se sentó… Después de eso, un carro de nubes, cuyas ruedas eran como llamas de fuego, llegó rodeado de ángeles, adonde estaba Jesús. El entró en el carro y fue llevado al lugar santísimo, donde el Padre estaba sentado. Allí contemplé a Jesús, el gran Sumo Sacerdote, de pie delante del Padre.
Cita 4
Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. Daniel 8:14.
Mis hermanos, ubíquense en el puesto que el Señor les asigna. Apártense de los que, después de haber recibido luz reiteradamente, se colocan del lado opuesto…
Durante más de medio siglo [desde 1844], los temas principales de la verdad presente han sido cuestionados y combatidos. Se han presentado nuevas teorías como verdaderas, las cuales no constituían la verdad, y el Espíritu de Dios reveló su error. Cuando los grandes pilares de nuestra fe fueron presentados, el Espíritu Santo dio testimonio de ellos, especialmente en lo concerniente a las verdades de la cuestión del Santuario. Una y otra vez el Espíritu Santo apoyó en forma notable la predicación de esta doctrina.
Pero hoy, como en el pasado, algunos serán impulsados a elaborar nuevas teorías y a negar las verdades a las cuales el Espíritu de Dios ha dado su aprobación. Cualquier hombre que procure presentar teorías que nos apartarían de la luz que nos ha llegado acerca del ministerio en el Santuario celestial, no debería ser aceptado como maestro. La verdadera comprensión del tema del Santuario significa mucho para nosotros como pueblo. (Dios nos Cuida – 19 de Octubre)
Cita 5
Dios ha dado su Palabra para que todos la investiguen, a fin de que puedan conocer el camino de la vida. Nadie necesita errar, si tan sólo quiere someterse a las condiciones impuestas en la Palabra de Dios para la salvación. A todos se les concede el tiempo de gracia, a fin de que todos puedan formar su carácter para la vida eterna. Se da a todos oportunidad de decidirse por la vida o por la muerte. Los hombres serán juzgados de acuerdo con la medida de luz que les haya sido dada. Ninguno tendrá que dar cuenta de sus tinieblas y sus errores, si no le ha sido comunicada la luz. No pecó al no poseer lo que no le fue dado. Todos serán probados antes que Cristo abandone su puesto del lugar santísimo. El tiempo de gracia de todos termina cuando él deja de interceder por los pecadores, y se reviste de las vestiduras de venganza. . 1JT 282.1-1JT 282.2
Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre. Mateo 24:36.
Desde el cielo se oye la voz de Dios que proclama el día y la hora de la venida de Jesús, y promulga a su pueblo el pacto eterno. Sus palabras resuenan por la tierra como el estruendo de poderosos truenos. Pronunciaba una frase y se detenía mientras las palabras de la frase retumbaban por toda la tierra.
El Israel de Dios permanecía con la mirada fija en lo alto, escuchando las palabras según iban saliendo de labios de Jehová y resonaban por toda la tierra con el estruendo de retumbantes truenos. Era un espectáculo pavorosamente solemne. Al final de cada frase los santos exclamaban: “¡Gloria! ¡Aleluya!”
Los 144.000 santos vivientes reconocieron y entendieron la voz; pero los malvados se figuraron que era el fragor de los truenos y el terremoto. El Israel de Dios escucha con los ojos elevados al cielo. Sus semblantes se iluminan con la gloria divina y brillan cual brillara el rostro de Moisés cuando bajó del Sinaí. Los malos no los pueden mirar. Y cuando la bendición es pronunciada sobre los que honraron a Dios santificando su sábado, se oye un inmenso grito de victoria. Entonces comenzó el jubileo, durante el cual la tierra debía descansar. [A los santos] los iluminaba una luz refulgente. ¡Cuán hermosos parecían entonces!
Se había desvanecido toda huella de inquietud y fatiga, y cada rostro rebosaba salud y belleza. Sus enemigos, los paganos que los rodeaban, cayeron como muertos porque no les era posible resistir la luz que iluminaba a los santos redimidos. Esta luz y gloria permanecieron sobre ellos hasta que se vio a Jesús en las nubes del cielo.
Y vi una nube resplandeciente que llegaba hasta donde estaba Jesús. Entonces Jesús… se ubicó en la nube que lo llevó hacia el este, desde donde apareció primeramente a los santos que estaban sobre la tierra: La pequeña nube negra que era la señal del Hijo del hombre. Mientras la nube pasaba del lugar santísimo hacia el este, lo que requirió cierto número de días, la sinagoga de Satanás adoró a los pies de los santos. (Dios no cuida – 23 de Diciembre).
Cita 7
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Apocalipsis 20:12.
Todo pecado que una persona no haya confesado, y del que no se haya arrepentido, permanecerá en los libros de registro. No será borrado, no irá de antemano al juicio para ser cancelado por la sangre expiatoria de Jesús. Los pecados acumulados de cada persona quedarán escritos con absoluta exactitud, y la luz penetrante de la ley de Dios iluminará todo secreto de las tinieblas. La condenación de los rechazadores de la misericordia de Dios será proporcional a la luz, las oportunidades y el conocimiento de los derechos de Dios sobre él..—The Review and Herald, 27 de marzo de 1888.
Cita 8
“Los principios de bondad, misericordia y amor enseñados y puestos en práctica por nuestro Salvador, son fiel trasunto de la voluntad del carácter de Dios…. Dios ejecuta su juicio sobre los malos para el bien del universo, y hasta para el bien de aquellos sobre quienes recaen sus juicios…. Los que han escogido a Satanás por jefe, y se han puesto bajo su poder, no están preparados para comparecer ante Dios…. ¿Qué goces podría ofrecer el cielo a los que están completamente absorbidos en los intereses egoístas de la tierra? … No; años de prueba les fueron concedidos para que pudiesen formar caracteres para el cielo; pero no se acostumbraron a amar lo que es puro; nunca han aprendido el lenguaje del cielo, y ya es demasiado tarde.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 590, 591, 597.
Cita 9
“Como los ángeles, los moradores del Edén habían de ser probados. Sólo podían conservar su feliz estado si eran fieles a la ley del Creador. Podían obedecer y vivir, o desobedecer y perecer. Dios los había colmado de ricas bendiciones; pero si ellos menospreciaban su voluntad, Aquel que no perdonó a los ángeles que pecaron no los perdonaría a ellos tampoco: la transgresión los privaría de todos sus dones, y les acarrearía desgracia y ruina.”—Historia de los Patriarcas y Profetas, 34.
Cita 10
Entonces dije: ¡Ay de mí! que soy muerto; que siendo hombre inmundo de labios, y habitando en medio de pueblo que tiene labios inmundos, han visto mis ojos al Rey, Jehová de los ejércitos. Isaías 6:5.
“Isaías había denunciado el pecado de otros; pero ahora se veía a sí mismo expuesto a la misma condenación que había denunciado en ellos. Se había sentido satisfecho con una fría y hueca ceremonia en su culto a Dios. No se había dado cuenta de esto hasta que tuvo la visión del Señor. ¡Cuán insignificante aparecía ahora su sabiduría y sus talentos al ver la santidad y majestad del santuario! … Cómo se vio a sí mismo está expresado en el lenguaje del apóstol Pablo: ‘¡Miserable hombre de mí! ¿quién me librará del cuerpo de esta muerte?’ Romanos 7:24.
“‘Y voló hacia mí uno de los serafines, teniendo en su mano un carbón encendido, tomado del altar con unas tenazas: Y tocando con él sobre mi boca, dijo: He aquí que esto tocó tus labios, y es quitada tu culpa, y limpio tu pecado.’ Isaías 6:6, 7.
“La visión que recibió Isaías representa la condición del pueblo de Dios en los últimos días…. Cuando, por medio de la fe, miran dentro del lugar santísimo y ven la obra de Cristo en el santuario celestial, comprenden que son un pueblo de labios inmundos: un pueblo cuyos labios a menudo hablan vanidad y cuyos talentos no han sido santificados y empleados enteramente para la gloria de Dios. Bien pueden desesperarse al ver el contraste entre su propia debilidad e indignidad y la pureza y hermosura del glorioso carácter de Cristo. Pero si, como Isaías … humillan sus almas delante de Dios, habrá esperanza para ellos.”— The S.D.A. Bible Commentary 4:1138, 1139.
Cita 11
“Una unión con Cristo por medio de una fe viva es duradera; toda otra unión ha de perecer…. Pero esta unión nos costará algo…. Debe haber una penosa obra de separación tanto como una obra de adhesión. Deben ser vencidos el orgullo, el egoísmo, la vanidad, la mundanalidad, es decir el pecado en todas sus formas, si queremos obtener esta comunión con Cristo. La razón por la cual muchos hallan que la vida cristiana es tan lamentablemente difícil, la razón por qué son tan volubles e inconstantes es porque tratan de allegarse a Cristo sin separarse de todos esos ídolos acariciados.”—The S.D.A. Bible Commentary 5:1143, 1144.
Cita 12
Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el mismo cielo para presentarse ahora por nosotros en la presencia de Dios. Hebreos 9:24.
“El asunto del santuario debería ser claramente comprendido por el pueblo de Dios. Todos necesitan conocer por sí mismos el ministerio y obra de su gran Sumo Sacerdote.
“La intercesión de Cristo por el hombre en el santuario celestial es tan esencial al plan de la salvación como lo fue su muerte en la cruz. Con su muerte dio principio a aquella obra para cuya conclusión ascendió al cielo después de su resurrección. Por la fe debemos entrar velo adentro, ‘adonde, como Precursor nuestro, Jesús ha entrado por nosotros.’ Allí es donde se refleja la luz de la cruz del Calvario.
“Allí es donde podemos obtener una inteligencia más clara de los misterios de la redención…. Jesús ha abierto el camino que lleva al trono del Padre, y por su mediación pueden ser presentados ante Dios los deseos sinceros de todos los que vienen a él con fe. “
‘El que encubre sus transgresiones, no prosperará; más el que las confiesa y las abandona, alcanzará misericordia. Proverbios 28:13 (VM)
Si los que esconden y disculpan sus faltas pudiesen ver cómo Satanás se alegra de ello, y los usa para desafiar a Cristo y sus santos ángeles, se apresurarían a confesar sus pecados y a renunciar a ellos. De los defectos de carácter se vale Satanás para intentar dominar toda la mente, y sabe muy bien que si se conservan estos defectos, lo logrará. De ahí que trate constantemente de engañar a los discípulos de Cristo con su fatal sofisma de que les es imposible vencer. Pero Jesús aboga en su favor.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 542, 543.
Cita 13
“Cristo se entregó a sí mismo para ser nuestro sustituto y nuestra seguridad, y no descuida a nadie…. El que mediante su propia expiación proveyó para el hombre un caudal infinito de poder moral, no dejará de emplear ese poder en nuestro favor. Podemos llevar nuestros pecados y tristezas a sus pies, pues él nos ama…. El conformará y modelará nuestro carácter de acuerdo con su propia voluntad. “Todas las fuerzas satánicas no tienen poder para vencer a un alma que con fe sencilla se apoya en Cristo. ‘El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas.’”—Sketches From the Life of Paul, 144, 145.
Cita 14
“El intercede por vosotros. Es el gran Sumo Sacerdote que aboga en vuestro favor; y podéis presentar vuestro caso al Padre por medio de Jesucristo. De este modo tenéis acceso a Dios; y a pesar de vuestro pecado, vuestro caso no es desesperado. ‘Hijitos míos, estas cosas os escribo, para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo.’” 1 Juan 2:1.—Testimonies for the Church 2:591.
Cita 15
“Nos presenta a su Padre vestidos en la blanca ropa de su justicia. Aboga por nosotros ante el Padre, diciendo, ‘Me he puesto en el lugar del pecador. No mires a este hijo desobediente, sino a mí.’ Cuando Satanás contiende fuertemente contra nuestras almas, acusándonos de pecado, y alegando que somos su presa, la sangre de Cristo aboga con mayor poder.”—El Discurso Maestro de Jesucristo, 15.
Cita 16
“Pensad en Jesús. Está en aquel sitio santo, no en la soledad, sino rodeado de millares y millares de ángeles santos que esperan su mandato. Y él les ordena ir y trabajar en favor del más débil creyente que pone su confianza en Dios. La misma ayuda está a disposición de humildes y encumbrados, ricos y pobres.”— The Review and Herald, 29 de mayo de 1900.
Cita 17
“¿Qué es la purificación del santuario? En el Antiguo Testamento se hace mención de un servicio tal con referencia al santuario terrenal. ¿Pero puede haber algo que purificar en el cielo? En el noveno capítulo de la Epístola a los Hebreos, se enseña a las claras la existencia de la purificación de ambos santuarios, el terrenal y el celestial…. “La purificación en ambos servicios, el simbólico y el real, debe efectuarse con sangre; en aquél con sangre de animales; en éste, con la sangre de Cristo.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 469, 470.
Cita 18
Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí en las nubes del cielo como un hijo de hombre que venía, y llegó hasta el Anciano de grande edad, e hiciéronle llegar delante de él. Daniel 7:13.
“Al ascender al cielo … Jesús ha entrado por nosotros, constituido Sumo Sacerdote para siempre…. “Este ministerio siguió efectuándose durante dieciocho siglos en el primer departamento del santuario. La sangre de Cristo, ofrecida en beneficio de los creyentes arrepentidos, aseguró su perdón y aceptación cerca del Padre, pero no obstante sus pecados permanecieron aún inscritos en los libros de registro. Como en el servicio simbólico había una obra de expiación al fin del año, así también, antes de que la obra de Cristo para la redención de los hombres se complete, queda por hacer una obra de expiación para quitar el pecado del santuario. Este es el servicio que empezó cuando terminaron los 2.300 días. Entonces, así como lo había anunciado Daniel el profeta, nuestro Sumo Sacerdote entró en el lugar santísimo, para cumplir la última parte de su solemne obra: la purificación del santuario.”— Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 473.
Cita 19
“La venida de Cristo como nuestro Sumo Sacerdote al lugar santísimo para la purificación del santuario, de la que se habla en Daniel 8:14; la venida del Hijo del hombre adonde está el Anciano de días, tal como está presentada en Daniel 7:13; y la venida del Señor a su templo, predicha por Malaquías, son descripciones del mismo acontecimiento representado también por la venida del Esposo a las bodas, descrita por Cristo en la parábola de las diez vírgenes, según.” Mateo 25.—Ibid, 479
Cita 20
Y él me dijo: Hasta dos mil y trescientos días de tarde y de mañana; y el santuario será purificado. Daniel 8:14.
“Como pueblo, debemos ser estudiantes fervorosos de la profecía; no debemos descansar hasta que entendamos claramente el tema del santuario, que ha sido presentado en las visiones de Daniel y de Juan. Este asunto arroja gran luz sobre nuestra posición y nuestra obra actual, y nos da una prueba irrefutable de que Dios nos ha dirigido en nuestra experiencia pasada. Explica nuestro chasco de 1844, mostrándonos que el santuario que había de ser purificado, no era la tierra, como habíamos supuesto, sino que Cristo entró entonces en el lugar santísimo del santuario celestial, y allí está realizando la obra final de su misión sacerdotal.”—Evangelismo, 166.
Cita 21
“Se había llegado al resultado de que los 2.300 días empezaban desde el momento de haber entrado en vigor el decreto de Artajerjes ordenando la restauración y edificación de Jerusalén, en el otoño del año 457 A.C. Tomando esto como punto de partida, había perfecta armonía en la aplicación de todos los acontecimientos predichos en la explicación de ese período hallada en Daniel 9:25-27.
Cita 22
‘Y he aquí que sobre las nubes del cielo venía Uno parecido a un hijo de hombre; y vino al Anciano de días, y le trajeron delante de él.’ … La venida de Cristo descrita aquí no es su segunda venida a la tierra. El viene hacia el Anciano de días en el cielo para recibir el dominio y la gloria, y un reino, que le será dado a la conclusión de su obra de mediador. Es esta venida y no su segundo advenimiento a la tierra, la que la profecía predijo que había de realizarse al fin de los 2.300 días, en 1844. Acompañado por ángeles celestiales, nuestro gran Sumo Sacerdote entra en el lugar santísimo, y allí le vemos ante la presencia de Dios … para realizar el juicio y para hacer expiación por todos aquellos que resulten tener derecho a ella.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 533.
Cita 23
Porque Dios traerá toda obra a juicio, el cual se hará sobre toda cosa oculta, buena o mala. Eclesiastés 12:14. (La Fe por la cual Vivo 212.1)
“En el gran día de la expiación final y del juicio, los únicos casos que serán tomados en cuenta serán los de quienes hayan profesado ser hijos de Dios. El juicio de los impíos es obra distinta y se verificará en fecha posterior…. (La Fe por la cual Vivo 212.2)
“Los libros del cielo, en los cuales están consignados los nombres y los actos de los hombres, determinarán los fallos del juicio…. (La Fe por la cual Vivo 212.3)
“El libro de la vida contiene los nombres de todos los que han entrado en el servicio de Dios… Pablo habla de sus fieles compañeros de trabajo, ‘cuyos nombres están en el libro de la vida.’ … “ (La Fe por la cual Vivo 212.4)
‘Un libro de memoria’ está escrito ante Dios, en el cual quedan consignadas las buenas obras de ‘los que temen a Jehová, y de los que piensan en su nombre.’ Sus palabras de fe, sus actos de fe, sus actos de amor, están registrados en el cielo…. (La Fe por la cual Vivo 212.5)
“Hay además un registro en que figuran los pecados de los hombres. ‘Pues que Dios traerá toda obra a juicio…. Los propósitos y motivos secretos aparecen en el registro infalible…. (La Fe por la cual Vivo 212.6)
Cita 24
“La obra de cada uno pasa bajo la mirada de Dios, y es registrada e imputada ya como señal de fidelidad, ya de infidelidad. Frente a cada nombre en los libros del cielo, aparecen, con terrible exactitud, cada mala palabra, cada acto egoísta, cada deber descuidado, y cada pecado secreto con todas las tretas arteras.”— Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 534, 535.
Cita 25
“Fue en el tiempo señalado para el juicio—al fin de los 2.300 días, en 1844—cuando empezó la obra de investigación y el acto de borrar los pecados. Todos los que han tomado el nombre de Cristo deben pasar por tan riguroso examen. Tanto los vivos como los muertos deben ser juzgados ‘de acuerdo con las cosas escritas en los libros, según sus obras.’
“Los pecados que no hayan inspirado arrepentimiento y que no hayan sido abandonados, no serán perdonados ni borrados de los libros de memoria, sino que permanecerán como testimonio contra el pecador en el día de Dios.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 540.
Cita 26
“Empeñada lucha espera a todos aquellos que quieren dominar las malas inclinaciones que tratan de imponerse. La obra de preparación es obra individual…. La pureza y la devoción de uno no suplirá la falta de estas cualidades en otro…. Cada cual tiene que ser probado y encontrado sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante…. El juicio se lleva ahora adelante en el santuario celestial. Desde hace muchos años esta obra ha seguido su curso. Pronto—nadie sabe cuándo—les tocará ser juzgados a los vivos. En la augusta presencia de Dios nuestras vidas deben ser pasadas en revista.”—Ibid.544.
Cita 27
“A medida que los libros de memoria se vayan abriendo en el juicio, las vidas de todos los que hayan creído en Jesús pasan ante Dios para ser examinados por él. Empezando con los primeros que vivieron en la tierra, nuestro Abogado presenta los casos de cada generación sucesiva y termina con los vivos. Cada nombre es mencionado, cada caso cuidadosamente investigado. Habrá nombres que serán aceptados, y otros rechazados. En caso de que alguien tenga en los libros de memoria pecados de que no se haya arrepentido y que no hayan sido perdonados, su nombre será borrado del libro de la vida, y la mención de sus buenas obras será borrada de los registros de Dios…. (La Fe por la cual Vivo 214.2)
Cita 28
“A todos los que se hayan arrepentido verdaderamente de su pecado, y que hayan aceptado con fe la sangre de Cristo como su sacrificio expiatorio, se les ha inscrito el perdón al lado de sus nombres en los libros del cielo; … sus pecados les serán borrados, y ellos mismos serán juzgados dignos de la vida eterna….El divino Intercesor aboga por que a todos los que han vencido por la fe en su sangre se les perdonen sus transgresiones…. (La Fe por la cual Vivo 214.3)
Cita 29
“Mientras Jesús intercede por los que participan de su gracia, Satanás los acusa ante Dios como transgresores…. “Jesús no disculpa sus pecados, pero muestra su arrepentimiento y su fe, y, reclamando el perdón para ellos, levanta sus manos heridas ante el Padre y los santos ángeles, diciendo: ‘Los conozco por sus nombres. Los he grabado en las palmas de mis manos.’”— Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 537, 538.
Cita 30
Los pecados de algunos hombres, antes que vengan ellos a juicio, son manifiestos; mas a otros les vienen después. 1 Timoteo 5:24.
“La obra del juicio y el acto de borrar los pecados deben realizarse antes del segundo advenimiento del Señor. Toda vez que los muertos han de ser juzgados según las cosas escritas en los libros, es imposible que los pecados de los hombres sean borrados antes del fin del juicio en que sus vidas deben ser examinadas…. Cuando el juicio investigador haya concluido, Cristo vendrá, y su recompensa está con él para dar a cada cual según sus obras. (La Fe por la cual Vivo 215.2)
Cita 31
Así que no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual también aclarará lo oculto de las tinieblas, y manifestará los intentos de los corazones; y entonces cada uno tendrá de Dios la alabanza. 1 Corintios 4:5.
“Durante los mil años que transcurrirán entre la primera y segunda resurrección, se verificará el juicio de los impíos…. Daniel declara que cuando vino el Anciano de días, ‘el juicio fue dado a favor de los santos del Altísimo.’ En ese entonces reinarán los justos como reyes y sacerdotes de Dios. San Juan dice en el Apocalipsis: ‘Serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.’ Será en ese entonces, como está predicho por Pablo, cuando ‘los santos han de juzgar al mundo.’ Junto con Cristo juzgan a los impíos, comparando sus actos con el libro de la ley, la Biblia, y fallando cada caso en conformidad con los hechos realizados cuando estaban en su cuerpo. Entonces la parte que los malos tienen que sufrir es medida según sus obras, y queda marcada frente a sus nombres en el libro de la muerte.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 718.
Cita 32
“No se nos culpará por pecados graves u ostensibles que hayamos cometido sino por haber descuidado el cumplimiento de los nobles deberes que el Dios de amor nos encomendó. Se revelarán nuestras deficiencias de carácter. Se verá entonces que todos los condenados tenían luz y conocimiento, habían sido depositarios de los bienes de su Señor y fueron hallados infieles.”—The Youth’s Instructor, 8 de junio de 1893.
Cita 33
“No se da ningún valor a una mera profesión de fe en Cristo; sólo el amor que se muestra en las obras se tiene por amor de buena ley…. El egoísmo escondido de los hombres aparece en los libros del cielo…. Harto tristes son los apuntes que los ángeles llevan al cielo. Seres inteligentes que profesan ser discípulos de Cristo están absorbidos por la adquisición de bienes mundanos, o por el goce de los placeres terrenales. El dinero, el tiempo y las energías son sacrificados a la ostentación y al egoísmo; pero pocos son los momentos dedicados a la oración, al estudio de las Sagradas Escrituras, a la humillación del alma y a la confesión de los pecados. (La Fe por la Cual Vivo 219.2)
Cita 34
“Creemos sin lugar a dudas que Cristo viene pronto…. Cuando venga no lo hará para limpiarnos de nuestros pecados, para corregir nuestros defectos de carácter, o para curarnos de las debilidades de nuestro temperamento y disposición…. Cuando el Señor venga, los que son santos seguirán siendo santos … pero los que son injustos, impuros y corrompidos permanecerán así para siempre…. El Refinador no se sentará entonces para realizar el proceso de purificación y quitar los pecados y la corrupción…. Ahora es cuando debemos realizar esta obra.”—Testimonies for the Church 2:355.
Cita 35
Levantándose de su postración, se acercó a sus discípulos y los halló durmiendo. Díjole a Pedro: “¿Así no habéis podido velar conmigo una hora? Velad y orad, para que no entréis en tentación: el espíritu a la verdad está presto, mas la carne enferma.” Vers. 40, 41. En el momento más importante, cuando les había rogado en especial que velasen con él, Jesús halló dormidos a los discípulos. El sabía que les sobrevendrían graves conflictos y tentaciones. Los había llevado consigo para que le fortaleciesen, y para que los acontecimientos que presenciasen esa noche y las lecciones de instrucción que recibiesen se quedasen grabadas indeleblemente en su memoria. Esto era necesario para que su fe no desfalleciese, sino que fuese fortalecida para la prueba que les esperaba. 1JT 221.1
Pero en vez de velar con Cristo, abrumados por el pesar, se durmieron. Aun el ardiente Pedro, que, pocas horas antes había declarado que sufriría y, si era necesario, moriría por su Señor, se había dormido. En el momento más crítico, cuando el Hijo de Dios necesitaba su simpatía y sus sentidas oraciones, los halló durmiendo. Al dormir así perdieron mucho. Nuestro Salvador quería fortalecerlos para la severa prueba a la cual muy pronto iba a ser sometida su fe. Si hubiesen pasado esos momentos tristes velando con su amado Salvador y orando a Dios, Pedro no habría sido abandonado a su propia débil fuerza, que le indujo a negar a su Señor en el momento de prueba. 1JT 221.2
El Hijo de Dios se alejó por segunda vez y oró diciendo: “Padre mío, si no puede este vaso pasar de mí sin que yo lo beba, hágase tu voluntad.” Vers. 42. Nuevamente volvió adonde estaban los discípulos y los halló durmiendo. Tenían los ojos pesados. Estos discípulos dormidos representan a una iglesia que duerme cuando se acerca el día del juicio de Dios. Es un tiempo de nubes y densas tinieblas, cuando es peligroso dormirse. 1JT 221.3
Cita 36
Se asemejaba a un desolado desierto. Las ciudades y las aldeas, sacudidas por el terremoto, yacían en ruinas. Las montañas, descuajadas de sus asientos, habían dejado grandes cavernas. Sobre toda la superficie de la tierra estaban esparcidos los desmochados peñascos que había lanzado el mar o se habían desprendido de la misma tierra. Corpulentos árboles desarraigados estaban tendidos por el suelo. La desolada tierra iba a ser la habitación de Satanás y sus malignos ángeles durante mil años. Allí quedaría Satanás recluído, vagabundo y errante por toda la tierra para ver las consecuencias de su rebelión contra la ley de Dios. Durante mil años iba a poder gozar del fruto de la maldición que había causado. Recluído en la tierra, no tendrá ocasión de ir a otros planetas para tentar y molestar a quienes no han caído. Durante todo ese tiempo Satanás sufrirá muchísimo. Sus características malignas han estado en constante ejercicio desde su caída; pero se verá entonces privado de su poder y obligado a reflexionar con terror y temblor en lo que le reserva el porvenir cuando haya de penar por todo el mal que hizo y ser castigado por todos los pecados que hizo cometer. PE 289.3
Oí, de parte de los ángeles y de los santos redimidos, exclamaciones de triunfo que resonaban como diez mil instrumentos músicos, porque ya no se verían ellos molestados ni tentados por Satanás, y porque los habitantes de otros mundos quedaban libres de él y de sus tentaciones. PE 290.1
Después vi tronos en los cuales estaban sentados Jesús y los redimidos. Los santos reinaban como reyes y sacerdotes de Dios. En unión con los suyos juzgaba Cristo a los impíos muertos, comparando sus acciones con el libro del estatuto, la Palabra de Dios, y fallando cada caso según lo hecho con el cuerpo. Después sentenciaban a los impíos a la pena que debían sufrir de acuerdo con sus obras, y quedaba escrita frente a sus nombres en el libro de la muerte. También Satanás y sus ángeles fueron juzgados por Jesús y los santos. El castigo de Satanás había de ser mucho más terrible que el de aquellos a quienes engañó. Su sufrimiento había de ser incomparablemente mayor. Después de perecer todos los que fueron engañados por él, Satanás iba a continuar viviendo para sufrir mucho más tiempo. PE 290.2
Terminado al cabo de los mil años el juicio de los impíos muertos, salió Jesús de la ciudad, seguido de los santos y de una comitiva de la hueste angélica. Descendió sobre una gran montaña, que, tan pronto como él posó en ella los pies, se partió en dos mitades convirtiéndose en dilatada llanura. Entonces alzamos los ojos y vimos la grande y hermosa ciudad con doce cimientos y doce puertas, tres en cada lado y un ángel en cada una. Exclamamos: “¡La ciudad! ¡la gran ciudad! desciende del cielo, de Dios.” Y descendió en todo su esplendor y gloria, asentándose en la vasta llanura que Jesús había preparado para ella. PE 291.1
Cita 37
“No todos los pecados son delante de Dios de igual magnitud; hay diferencia de pecados a su juicio, como la hay a juicio de los hombres; sin embargo, aunque este o aquel acto malo puede parecer frívolo a los ojos de los hombres, ningún pecado es pequeño a la vista de Dios. El juicio de los hombres es parcial e imperfecto; mas Dios ve todas las cosas como son realmente. El borracho es detestado y se dice que su pecado lo excluirá del cielo, mientras que el orgullo, el egoísmo y la codicia muchísimas veces pasan sin condenarse. Sin embargo, estos son pecados que ofenden especialmente a Dios; porque son contrarios a la benevolencia de su carácter, a ese amor desinteresado que es la misma atmósfera del universo que no ha caído.”—El Camino a Cristo, 21.FV 62.2
Cita 38
Satanás probaba cada una de sus artes para sujetarlos donde estaban hasta que hubiese pasado el sellamiento, hasta que la cubierta se hubiese corrido sobre el pueblo de Dios, y ellos hubiesen quedado sin refugio que los protegiera de la ira ardiente de Dios en las siete últimas plagas. Dios ha comenzado a correr esta cubierta sobre su pueblo, y ella será extendida sobre todos los que han de tener refugio en el día de la matanza. Dios obrará con poder en favor de su pueblo; y a Satanás también se le permitirá obrar. PE 44.2
Cita 39
Vi un trono, y sobre él se sentaban el Padre y el Hijo. Me fijé en el rostro de Jesús y admiré su hermosa persona. No pude contemplar la persona del Padre, pues le cubría una nube de gloriosa luz. Pregunté a Jesús si su Padre tenía forma como él. Dijo que la tenía, pero que yo no podía contemplarla, porque, dijo: “Si llegases a contemplar la gloria de su persona, dejarías de existir.” Delante del trono vi al pueblo adventista—la iglesia y el mundo. Vi dos compañías, la una postrada ante el trono, profundamente interesada, mientras que la otra no manifestaba interés y permanecía de pie, indiferente. Los que estaban postrados delante del trono elevaban sus oraciones a Dios y miraban a Jesús; miraba él entonces a su Padre, y parecía interceder para con él. Una luz se transmitía del Padre al Hijo y de éste a la compañía que oraba. Entonces vi que una luz excesivamente brillante procedía del Padre hacia el Hijo, y desde el Hijo ondeaba sobre el pueblo que estaba delante del trono. Pero pocos recibían esta gran luz. Muchos salían de debajo de ella y la resistían inmediatamente; otros eran descuidados y no apreciaban la luz, y ésta se alejaba de ellos. Algunos la apreciaban, y se acercaban para postrarse con la pequeña compañía que oraba. Esta recibía la luz y se regocijaba en ella, y sus rostros brillaban con su gloria. PE 54.1
Después de eso, un carro de nubes, cuyas ruedas eran como llamas de fuego, llegó rodeado de ángeles, adonde estaba Jesús. El entró en el carro y fué llevado al lugar santísimo, donde el Padre estaba sentado. Allí contemplé a Jesús, el gran Sumo sacerdote, de pie delante del Padre. En la orla de su vestidura había una campana y una granada; luego otra campana y otra granada. Los que se levantaron con Jesús elevaban su fe hacia él en el lugar santísimo, y rogaban: “Padre mío, danos tu Espíritu.” Entonces Jesús soplaba sobre ellos el Espíritu Santo. En ese aliento había luz, poder y mucho amor, gozo y paz. PE 55.2
Cita 40
Vi luego el tercer ángel. Dijo mi ángel acompañante: “Su obra es terrible. Su misión es tremenda. Es el ángel que ha de separar el trigo de la cizaña, y sellar o atar el trigo para el granero celestial. Estas cosas debieran absorber completamente la mente y la atención.” PE 118.
Cita 41
Todos los que han recibido la luz sobre estos asuntos deben dar testimonio de las grandes verdades que Dios les ha confiado. El santuario en el cielo es el centro mismo de la obra de Cristo en favor de los hombres. Concierne a toda alma que vive en la tierra. Nos revela el plan de la redención, nos conduce hasta el fin mismo del tiempo y anuncia el triunfo final de la lucha entre la justicia y el pecado. Es de la mayor importancia que todos investiguen a fondo estos asuntos, y que estén siempre prontos a dar respuesta a todo aquel que les pidiere razón de la esperanza que hay en ellos. CS 479.2
La intercesión de Cristo por el hombre en el santuario celestial es tan esencial para el plan de la salvación como lo fue su muerte en la cruz. Con su muerte dio principio a aquella obra para cuya conclusión ascendió al cielo después de su resurrección. Por la fe debemos entrar velo adentro, “donde entró por nosotros como precursor Jesús”. Hebreos 6:20. Allí se refleja la luz de la cruz del Calvario; y allí podemos obtener una comprensión más clara de los misterios de la redención, La salvación del hombre se cumple a un precio infinito para el cielo; el sacrificio hecho corresponde a las más amplias exigencias de la ley de Dios quebrantada. Jesús abrió el camino que lleva al trono del Padre, y por su mediación pueden ser presentados ante Dios los deseos sinceros de todos los que a él se allegan con fe. CS 479.3
“El que encubre sus transgresiones, no prosperará; mas el que las confiesa y las abandona, alcanzará misericordia” Proverbios 28:13 (VM). Si los que esconden y disculpan sus faltas pudiesen ver cómo Satanás se alegra de ello, y los usa para desafiar a Cristo y sus santos ángeles, se apresurarían a confesar sus pecados, y a renunciar a ellos. De los defectos de carácter se vale Satanás para intentar dominar toda la mente, y sabe muy bien que si se conservan estos defectos, lo logrará. De ahí que trate constantemente de engañar a los discípulos de Cristo con su fatal sofisma de que les es imposible vencer. Pero Jesús aboga en su favor con sus manos heridas, su cuerpo quebrantado, y declara a todos los que quieran seguirle: “Bástate mi gracia”. 2 Corintios 12:9. “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Mateo 11:29, 30. Nadie considere, pues, sus defectos como incurables. Dios concederá fe y gracia para vencerlos. CS 479.4
Estamos viviendo ahora en el gran día de la expiación. Cuando en el servicio simbólico el sumo sacerdote hacia la propiciación por Israel, todos debían afligir sus almas arrepintiéndose de sus pecados y humillándose ante el Señor, si no querían verse separados del pueblo. De la misma manera, todos los que desean que sus nombres sean conservados en el libro de la vida, deben ahora, en los pocos días que les quedan de este tiempo de gracia, afligir sus almas ante Dios con verdadero arrepentimiento y dolor por sus pecados. Hay que escudriñar honda y sinceramente el corazón. Hay que deponer el espíritu liviano y frívolo al que se entregan tantos cristianos de profesión. Empeñada lucha espera a todos aquellos que quieran subyugar las malas inclinaciones que tratan de dominarlos. La obra de preparación es obra individual. No somos salvados en grupos. La pureza y la devoción de uno no suplirá la falta de estas cualidades en otro. Si bien todas las naciones deben pasar en juicio ante Dios, sin embargo él examinará el caso de cada individuo de un modo tan rígido y minucioso como si no hubiese otro ser en la tierra. Cada cual tiene que ser probado y encontrado sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante. CS 480.1
Solemnes son las escenas relacionadas con la obra final de la expiación. Incalculables son los intereses que esta envuelve. El juicio se lleva ahora adelante en el santuario celestial. Esta obra se viene realizando desde hace muchos años. Pronto—nadie sabe cuándo—les tocará ser juzgados a los vivos. En la augusta presencia de Dios nuestras vidas deben ser pasadas en revista. En este más que en cualquier otro tiempo conviene que toda alma preste atención a la amonestación del Señor: “Velad y orad: porque no sabéis cuándo será el tiempo”. “Y si no velares, vendré a ti como ladrón, y no sabrás en qué hora vendré a ti”. Marcos 13:33; Apocalipsis 3:3. CS 480.2
Cuando quede concluida la obra del juicio investigador, quedará también decidida la suerte de todos para vida o para muerte. El tiempo de gracia terminará poco antes de que el Señor aparezca en las nubes del cielo. Al mirar hacia ese tiempo, Cristo declara en el Apocalipsis: “¡El que es injusto, sea injusto aún; y el que es sucio, sea sucio aún; y el que es justo, sea justo aún; y el que es santo, sea aún santo! He aquí, yo vengo presto, y, mi galardón está conmigo, para dar la recompensa a cada uno según sea su obra”. Apocalipsis 22:11, 12 (VM). CS 481.1
Los justos y los impíos continuarán viviendo en la tierra en su estado mortal, los hombres seguirán plantando y edificando, comiendo y bebiendo, inconscientes todos ellos de que la decisión final e irrevocable ha sido pronunciada en el santuario celestial. Antes del diluvio, después que Noé, hubo entrado en el arca, Dios le encerró en ella, dejando fuera a los impíos; pero por espacio de siete días el pueblo, no sabiendo que su suerte estaba decidida continuó en su indiferente búsqueda de placeres y se mofó de las advertencias del juicio que le amenazaba. “Así—dice el Salvador—será también la venida del Hijo del hombre”. Mateo 24:39. Inadvertida como ladrón a medianoche, llegará la hora decisiva que fija el destino de cada uno, cuando será retirado definitivamente el ofrecimiento de la gracia que se dirigiera a los culpables. CS 481.2
Cita 42
En la ejecución final del juicio se verá que no existe causa para el pecado. Cuando el Juez de toda la tierra pregunte a Satanás: “¿Por qué te rebelaste contra mí y arrebataste súbditos de mi reino?”, el autor del mal no podrá ofrecer excusa alguna. Toda boca permanecerá cerrada, todas las huestes rebeldes quedarán mudas. CS 493.2
*Las citas de este libro se actualizan constantemente
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