Ángeles de Dios

Cita 1

¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación? Hebreos 1:14.

Dios tiene ángeles cuya única obra consiste en atraer a los que serán herederos de la salvación… La obra de los ángeles consiste en retener los poderes de Satanás. La obra de estos seres celestiales consiste en preparar a los habitantes de este mundo para que lleguen a ser hijos de Dios, puros, santos e incontaminados. Pero los hombres, a pesar de que profesan ser seguidores de Cristo, no se ponen en tal situación que puedan comprender este ministerio, y de esta manera dificultan la labor de estos mensajeros celestiales. Los ángeles, que siempre contemplan el rostro del Padre en el cielo, preferirían permanecer junto a Dios, en la atmósfera pura y santa del cielo; pero debe hacerse una obra que consiste en traer la atmósfera celestial a las almas que están tentadas y probadas, para que Satanás no las descalifique para el lugar que Dios quiere que llenen en las cortes celestiales. (Dios nos Cuida – 7 de Enero).


Cita 2

Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios. Romanos 8:14.

Mediante el ministerio de los ángeles, el Espíritu Santo puede obrar en la mente y el corazón del ser humano y atraerlo a Cristo… (Dios nos Cuida – 4 de Mayo).


Cita 3

Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Salmos 91:11-12.

Los ángeles de Dios están velando sobre nosotros. En esta tierra hay miles y decenas de miles de mensajeros celestiales enviados por el Padre para impedir que Satanás obtenga alguna ventaja sobre aquellos que se niegan a caminar en el sendero del mal. Y estos ángeles que guardan a los hijos de Dios en la tierra están en comunicación con el Padre en el cielo. “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños—dijo Cristo—; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos”. Mateo 18:10.

Difícilmente nos damos cuenta de que hay ángeles a nuestro alrededor; y esos preciosos ángeles, que ministran a aquellos que serán herederos de salvación, nos están salvando de muchísimas tentaciones y dificultades. Toda la familia del cielo está interesada en las familias de la tierra; y cuán agradecidos deberíamos ser por este interés manifestado hacia nosotros día y noche.

Las palabras impacientes y poco bondadosas que pronunciamos en nuestros hogares son oídas por los ángeles; ¿queréis encontrar en los libros del cielo el registro de las palabras impacientes y apasionadas que habéis expresado en vuestra familia? La impaciencia trae al enemigo de Dios y del hombre a vuestra familia y echa a los ángeles de Dios. Si estáis viviendo en Cristo, y Cristo en vosotros, no podéis hablar palabras airadas. Padres y madres, os suplico por el amor de Cristo que seáis bondadosos, tiernos y pacientes en vuestros hogares.

Entonces entrará la luz y la claridad del sol en vuestras casas y sentiréis que los rayos brillantes del Sol de justicia están realmente brillando en vuestros corazones. La ausencia de las gracias del Espíritu de Dios deja al hogar lleno de tinieblas e infelicidad. Vuestro hogar debería ser un santuario bendito donde Dios pueda acudir y donde sus ángeles santos puedan ministraros. Si manifestáis impaciencia y aspereza el uno hacia el otro, los ángeles no podrán ser atraídos hacia vuestro hogar; pero donde moran el amor y la paz, estos seres celestiales se deleitan en venir y traer aun más de la santa influencia del hogar de arriba. (Dios nos Cuida – 9 de Junio).


Cita 4

Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios.  Hebreos 11:5.

Teniendo la Palabra de Dios en la mano, todo ser humano, cualquiera sea su suerte en la vida, puede gozar del compañerismo que escoja. Por medio de sus páginas puede tener comunión con lo mejor y más noble de la especie humana, y escuchar la voz del Eterno que habla con los hombres… Puede morar en esta tierra en la atmósfera del cielo, e impartir a los afligidos y tentados de la tierra pensamientos de esperanza y anhelos de santidad… como aquel que antaño anduvo con Dios, acercándose cada vez más al umbral del mundo eterno, hasta que los portales se abran y pueda entrar.

No se sentirá como un extraño. Lo saludarán las voces de los santos que, invisibles, eran sus compañeros en la tierra, voces que él aprendió a distinguir y amar aquí. El que por medio de la Palabra de Dios ha vivido en compañerismo con el cielo, se sentirá como en su casa en medio de la compañía celestial. (Dios nos Cuida – 3 de Julio).


Cita 5

Entre tanto que tenéis la luz, creed en la luz, para que seáis hijos de luz. Juan 12:36.

Un hogar cristiano bien ordenado es un argumento que el incrédulo no puede resistir, porque no encuentra lugar para la búsqueda de faltas triviales. Y los hijos de un hogar así están preparados para enfrentar los sofismas de la incredulidad. Han aceptado la Biblia como base de su fe, y tienen un firme fundamento que no puede ser removido por el embate del escepticismo.

Aférrense a los brazos del poder infinito; entonces encontrarán que él es precioso para su alma, y todo el cielo estará a su servicio. “Si andamos en luz, como él está en luz”, tendremos la compañía de los ángeles santos.

A Josué le fue dicho: “Así dice Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si guardares mi ordenanza… entre éstos que aquí están te daré lugar”. Zacarias 3:7. ¿Y quiénes son “éstos que aquí están”? Son ángeles de Dios. Josué debía tener una confianza viviente en Dios cada día; y entonces los ángeles caminarían con él, y el poder de Dios descansaría sobre él en todas sus labores. Entonces, amigos cristianos, padres y madres, ¿dejarán que su luz pierda fuerza? ¡No, nunca! Y pronto los portales de la ciudad celestial se abrirán a ustedes; y podrán presentarse a sí mismos y presentar a sus hijos ante el trono diciendo: “He aquí, yo y los hijos que me dio Jehová”. Isaías 8:18.  ¡Y qué recompensa a la fidelidad será aquélla, ver a sus hijos coronados con la vida inmortal en la maravillosa ciudad de Dios!  (Dios nos Cuida – 13 de Noviembre).


Cita 6

Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación. Isaías 26:20.

En el día de la dura prueba [Cristo] dirá: “Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; encóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación”. ¿Cuáles son las cámaras en las cuales habrán de esconderse? Son la protección de Cristo y sus ángeles. El pueblo de Dios no estará en ese tiempo en un solo lugar. Formará grupos esparcidos por toda la tierra. Vi a los santos abandonar las ciudades y los pueblos, y juntarse en grupos para vivir en los lugares más apartados. Los ángeles les proveían comida y agua, mientras que los impíos sufrían hambre y sed.

Durante la noche pasó ante mí una escena sumamente impresionante. Parecía haber gran confusión y lucha de ejércitos. Un mensajero del Señor se paró ante mí y dijo: “Llama a tu familia. Yo os conduciré; seguidme”. Me llevó por un oscuro pasaje a través de un bosque; luego por un desfiladero de las montañas, y dijo: “Aquí estarás segura”. Había otros que habían sido llevados a aquel retiro. El mensajero celestial dijo: “El tiempo de prueba vendrá como ladrón en la noche, como el Señor anunció que vendría«.

En el período final de la historia de esta tierra, el Señor obrará poderosamente en favor de los que se mantengan firmemente por lo recto… En medio del tiempo de angustia cual nunca hubo desde que existiese nación, sus escogidos permanecerán inconmovibles. Satanás con toda la hueste del mal, no puede destruir al más débil de los santos de Dios. Los protegerán ángeles excelsos en fortaleza, y Jehová se revelará en su favor como “Dios de dioses”, que puede salvar hasta lo sumo a los que ponen su confianza en él.

En el tiempo de angustia que vendrá inmediatamente antes de la venida de Cristo, los justos serán resguardados por el ministerio de los santos ángeles; pero no habrá seguridad para el transgresor de la ley de Dios. Los ángeles no podrán entonces proteger a los que estén menospreciando uno de los preceptos divinos. (Dios no cuida – 21 de Diciembre).


Cita 7

“Los ángeles están siempre presentes donde más se los necesita, junto a aquellos que libran las más arduas batallas consigo mismos y están rodeados del ambiente más desalentador. Se les ha encomendado especialmente las almas débiles y temblorosas que tienen muchos rasgos objetables de carácter. Aquello que los corazones egoístas considerarían un servicio humillante, ayudar a los que en todo sentido tienen un carácter inferior y hasta despreciable, es la obra de los seres puros e inmaculados de las cortes celestiales.”—The Signs of the Times, 30 de mayo de 1916.


Cita 8

“Como los ángeles, los moradores del Edén habían de ser probados. Sólo podían conservar su feliz estado si eran fieles a la ley del Creador. Podían obedecer y vivir, o desobedecer y perecer. Dios los había colmado de ricas bendiciones; pero si ellos menospreciaban su voluntad, Aquel que no perdonó a los ángeles que pecaron no los perdonaría a ellos tampoco: la transgresión los privaría de todos sus dones, y les acarrearía desgracia y ruina.”—Historia de los Patriarcas y Profetas, 34.


Cita 9

“No se da ningún valor a una mera profesión de fe en Cristo; sólo el amor que se muestra en las obras se tiene por amor de buena ley…. El egoísmo escondido de los hombres aparece en los libros del cielo…. Harto tristes son los apuntes que los ángeles llevan al cielo. Seres inteligentes que profesan ser discípulos de Cristo están absorbidos por la adquisición de bienes mundanos, o por el goce de los placeres terrenales. El dinero, el tiempo y las energías son sacrificados a la ostentación y al egoísmo; pero pocos son los momentos dedicados a la oración, al estudio de las Sagradas Escrituras, a la humillación del alma y a la confesión de los pecados. (La Fe por la Cual Vivo 219.2)


Cita 10

Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo… Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre. Salmos 100:2,4.

Arrodíllese cada miembro de iglesia delante de Dios mientras está en su templo, y conságrense a él los suyos, los que fueron comprados con la sangre de Cristo… Dios bendecirá a todos los que de esta manera se preparen para su servicio. Comprenderán qué significa tener la seguridad del Espíritu, porque han recibido a Cristo por la fe. La bendición del Señor significa mucho más que el perdón del pecado. Significa quitar el pecado y llenar ese vacío con el Espíritu Santo. Significa iluminación divina, regocijo en Dios. Significa un corazón vaciado del yo y bendecido con la presencia permanente de Cristo.

Manuscrito 2, del 24 de enero de 1899, “La necesidad de una consagración mayor”. (Alza tus Ojos – 24 de Enero).


Cita 11

¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación? Hebreos 1:14.

Los ángeles que siempre contemplan el rostro del Padre en los cielos preferirían permanecer junto a Dios. Pero el Señor da a cada ángel su obra en favor de este mundo caído. Se provee a los hombres ayuda divina. Tienen la oportunidad de cooperar con las inteligencias celestiales, de ser colaboradores con Dios. Ante ellos están las posibilidades de obtener la idoneidad para estar en la presencia de Dios, de ser capacitados para ver su rostro.

Los ángeles celestiales están obrando para llevar a la familia humana a una hermandad más estrecha, a una unidad que Cristo describió como semejante a la que existe entre el Padre y el Hijo. ¿Cómo es posible que los hombres tan altamente honrados por Dios dejen de apreciar sus oportunidades y privilegios? ¿Cómo es posible que rehúsen aceptar el ofrecimiento de ayuda divina? ¡Qué posibilidades de logros hay para los seres humanos cuya mira está puesta en la eternidad!

Hay ángeles que están esperando que ustedes cooperen, y que harán por ustedes lo que no pueden hacer por ustedes mismos… Si tienen el deseo de resistir al diablo y oran sinceramente: “Líbrame de la tentación”, recibirán fortaleza para cada día. La obra de los ángeles celestiales consiste en aproximarse a los que pasan por pruebas, a los que sufren, a los tentados.

—Manuscrito 14, del 23 de febrero de 1899, “A cada hombre su obra”. (Alza tus Ojos – 23 de Febrero).


Cita 12

Y oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo. 2 Reyes 6:17.

¡Cuán pocos consideran la obra de los agentes invisibles! Los hombres desempeñan su parte en favor de Dios o de Satanás; del Príncipe de la luz o del príncipe de las tinieblas.

Todo el Cielo está intensamente interesado en los seres humanos que parecen estar llenos de actividad, pero que no dedican pensamiento alguno a las cosas invisibles. Sus pensamientos no se centran en la Palabra de Dios y en sus instrucciones. Si se compenetraran de las Sagradas Escrituras, se asombrarían al comprender que hay agentes invisibles, tanto buenos como malos, que observan cada palabra y acción. Están presentes en toda reunión donde se realizan transacciones comerciales, en concilios y en reuniones dedicadas a la adoración a Dios. Hay más oyentes en esas asambleas públicas que los que pueden ser vistos con los ojos, y todo hombre tiene una obra para hacer.

Estos instrumentos invisibles colaboran con Dios o con Satanás, y actúan más poderosa y constantemente de lo que lo hace el hombre. A veces los seres celestiales descorren el velo que oculta lo invisible, a fin de que apartemos nuestras mentes del apresuramiento y comprendamos que hay testigos que observan todo lo que hacemos y decimos cuando estamos ocupados en los negocios o cuando pensamos que estamos solos. El Señor aguzará nuestras percepciones a fin de que comprendamos que estos seres poderosos que visitan nuestro mundo desempeñan una parte activa en toda tarea que nosotros consideramos como nuestra.

Esos seres son ángeles ministradores que frecuentemente se presentan bajo la forma de seres humanos. Como si fueran extraños, conversan con quienes están ocupados en la obra de Dios. En lugares solitarios han sido los compañeros de un viajero en peligro. En barcos sacudidos por la tempestad, ángeles bajo la forma humana han dirigido palabras de ánimo para disipar el temor e inspirar esperanza en la hora de peligro, y los pasajeros pensaron que se trataba de alguno de ellos con quien no habían hablado antes.

Muchos, bajo diferentes circunstancias, han escuchado las voces de los habitantes de otros mundos que vinieron a desempeñar una parte en esta vida. Estos seres han hablado en asambleas; han realizado obras que hubiera sido imposible que las hicieran instrumentos humanos. Vez tras vez se desempeñaron como generales de ejércitos. Fueron enviados para eliminar pestilencias. Comieron en las mesas de familias humildes. A menudo se presentaron como viajeros cansados que necesitaban abrigo para pasar la noche. Necesitamos comprender mejor de lo que lo hemos hecho la obra de estos visitantes angelicales. Sería muy bueno que aquellos que pretenden ser hijos de Dios recordaran que las palabras que hablan están al alcance del oído de seres celestiales, quienes también contemplan las obras que hacen.

—Manuscrito 39, del 11 de marzo de 1898, “El día del ajuste de cuentas”. (Alza tus Ojos – 11 de Marzo).


Cita 13

Para los ángeles, el camino que siguen los seres humanos parece extrañamente inconsecuente. Ven claramente cómo la degradación se revela por la incredulidad y la indulgencia en el apetito. Ven cuán incansablemente trabaja Satanás para destruir la imagen de Dios en el hombre. Se preguntan por qué seres que dependen de su Creador para cada inspiración, actúan en forma tan irrazonable e inconsistente; por qué eligen el bando de aquel que crucificó a Cristo y llenó el mundo de luchas, envidias y celos…

En la vida futura comprenderemos cosas que aquí nos confunden grandemente. Nos daremos cuenta de la gran fuerza de nuestro adversario, y de cómo los ángeles de Dios fueron comisionados para guardarnos mientras seguíamos el consejo de la Palabra de Dios. Cristo nos dice que nuestro mar no siempre será tranquilo. Tendremos tribulación. Esto es parte de nuestra educación, necesaria para la formación de un carácter fuerte y equilibrado.

—Manuscrito 130, del 3 de noviembre de 1903, “Cristo calma la tempestad”. (Alza tus Ojos – 3 de Noviembre).


Cita 14

Si practicamos las enseñanzas que nos dejó en su Palabra, estos principios se hacen carne en nuestra vida. Esto es lo que significa comer la carne de Cristo y beber su sangre. Diariamente hemos de prepararnos para la vida gloriosa, y cuando nos unamos con la familia de lo alto, no se nos darán lecciones nuevas, sino la continuación de las que Cristo dio a sus discípulos cuando estuvo aquí…

La Palabra de Dios, estudiada y obedecida, capacita a los hombres y las mujeres para su admisión al cielo. Los que están luchando para ser verdaderos cristianos poseen la constante protección de los ángeles, puesto que son obreros juntamente con Dios, y trabajan para glorificarlo en el mundo.

—Manuscrito 83, del 20 de agosto de 1904, “Revelemos a Cristo ante el mundo”. (Alza tus Ojos – 20 de Agosto).


Cita 15

Constantemente se está evaluando el carácter. Los ángeles de Dios [amado lector], calculan su valor moral, evalúan sus necesidades y llevan su caso ante Dios. ¡Cuán fervientemente debiéramos luchar para saber qué quiere el Espíritu de Dios! Y cuán agradecidos deberíamos estar de que podamos encontrar ayuda en Alguien que es poderoso para salvar!…

—The Review and Herald, 2 de abril de 1889. (Cada Día con Dios – 2 de Abril).


Cita 16

Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. Salmos 91:9-11.

Los ángeles tienen el encargo de proteger cada familia. Cada cual está al cuidado de un ángel santo. Estos ángeles son invisibles, pero a veces permiten que su luz resplandezca tan nítidamente que se los puede reconocer.

Todos nosotros debiéramos estar siempre agradecidos por la verdad de que los ángeles celestiales nos están cuidando constantemente.

Los ángeles del cielo acuden de una manera muy especial para asistir a los que responden a la evidencia de la verdad y tratan de obedecerla. Y si no siempre se los ve, usted debe recordar que siempre están presentes; sólo que su vista natural no es lo suficientemente fuerte como para percibir esa luz… El gran problema de todos nosotros es que no dedicamos tiempo a pensar que seres celestiales están cerca de nosotros para ayudarnos cada vez que queremos hacer lo recto.

—Carta 82, del 31 de mayo de 1900, dirigida a Elsie Atkim, una joven miembro de iglesia de Australia. (Cada Día con Dios – 31 de Mayo).


Cita 17

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen y los defiende. Salmos 34:7.

Si pudiera descorrerse el velo y cada uno pudiera ver la incesante actividad de la familia celestial para preservar a los habitantes de la tierra de los engaños seductores de Satanás, para que no sean desviados en su actitud descuidada por la estrategia satánica, perderían una buena medida de su confianza propia y seguridad en sí mismos. Verían que los ejércitos del cielo están en continua lucha con los agentes satánicos para lograr la victoria en favor de los que no sienten el peligro en que están y que siguen en inconsciente indiferencia.—The S.D.A. Bible Commentary 6:1120.

Ángeles están rodeando el mundo, negándole a Satanás las pretensiones de supremacía hechas debido a la vasta multitud de sus adherentes. No oímos sus voces, no vemos con la vista natural la labor de esos ángeles, pero sus manos están unidas alrededor del mundo, y con vigilancia incesante están manteniendo a raya a las huestes de Satanás hasta que sea cumplido el sellamiento del pueblo de Dios.

Como ministros de Jehová, los ángeles tienen poder y gran fuerza, y tienen la misión de salir del cielo a la tierra para ministrar a su pueblo. Se les ha encomendado la tarea de contener el poder furioso de aquel que ha salido como león rugiente, buscando a quien devore. El Señor es un refugio para todos los que ponen su confianza en él.—The S.D.A. Bible Commentary 7:967.

Cuando entregamos todo lo que tenemos y somos a Dios y somos puestos en posiciones peligrosas de prueba y en contacto con Satanás, debemos recordar que tendremos la victoria si enfrentamos al enemigo en el nombre y el poder del Vencedor. Todos los ángeles serían enviados en nuestro auxilio cuando dependemos así de Cristo, antes de permitirse que seamos vencidos.

—The Review and Herald, 5 de febrero de 1895. (En los Lugares Celestiales – 1 de Abril).


Cita 18

 

Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos. En las manos te llevarán, para que tu pie no tropiece en piedra. Salmos 91:11, 12.

Los ángeles de Dios están velando sobre nosotros. Sobre esta tierra hay miles y decenas de miles de mensajeros celestiales enviados por el Padre para impedir que Satanás obtenga alguna ventaja sobre aquellos que se niegan a caminar en el sendero del mal. Y estos ángeles que guardan a los hijos de Dios en la tierra están en comunicación con el Padre en el cielo. “Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños”, dijo Cristo, “porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos”. Mateo 18:10.—Manuscrito 8, 1905.

Difícilmente nos damos cuenta de que hay ángeles a nuestro alrededor; y esos preciosos ángeles, que ministran a aquellos que serán herederos de salvación, nos están salvando de muchas, muchas tentaciones y dificultades. Toda la familia del cielo está interesada en las familias de la tierra; y cuán agradecidos deberíamos estar por este interés manifestado hacia nosotros día y noche.Las palabras impacientes y poco bondadosas que pronunciamos en nuestros hogares son oídas por los ángeles; ¿queréis encontrar en los libros del cielo el registro de las palabras impacientes y apasionadas que habéis expresado en vuestra familia?

La impaciencia trae al enemigo de Dios y del hombre a vuestra familia y echa a los ángeles de Dios. Si estáis viviendo en Cristo, y Cristo en vosotros, no podéis hablar palabras airadas. Padres y madres, os suplico por el amor de Cristo que seáis bondadosos, tiernos y pacientes en vuestros hogares. Entonces entrará la luz y la claridad del sol en vuestras casas y sentiréis que los rayos brillantes del Sol de Justicia están realmente brillando en vuestros corazones.

—The Review and Herald, 5 de agosto de 1890. (En los Lugares Celestiales – 2 de Abril).


Cita 19

Bendecid a Jehová, vosotros sus ángeles, poderosos en fortaleza, que ejecutáis su palabra, obedeciendo a la voz de su precepto. Salmos 103:20.

Hoy, como en lo pasado, todo el cielo está velando para ver a la iglesia avanzar en la verdadera ciencia de la salvación. El Señor Jesús está entre los hombres. Sus ángeles caminan entre nosotros sin que los reconozcamos ni nos demos cuenta de ello. Somos salvados de muchas trampas y peligros que no vemos que se nos ponen en el camino para destruirnos mediante las maquinaciones y la hostilidad de nuestro enemigo. ¡Ojalá nuestros ojos se abrieran para discernir la vigilante solicitud y el tierno cuidado de los mensajeros de luz!

Si los que cortésmente agradecen los favores que reciben de sus amigos terrenales se dieran cuenta de cuánto le deben a Dios, sus corazones corresponderían con agradecido reconocimiento por los preciosos favores que ahora no son notados ni agradecidos.—Manuscrito 38, 1895.

Por dejar de expresar nuestra gratitud estamos deshonrando a nuestro Hacedor. No relatamos las misericordias de Dios con la frecuencia debida… Sus ángeles, miles y miles y miríadas de miríadas, son enviados para ministrar a los que serán herederos de salvación. Ellos nos guardan contra males temporales y detienen los poderes de las tinieblas, sin lo cual seríamos destruidos.¿Por qué no estimaremos la vigilancia de Dios? Si Satanás pudiera realizar sus planes, se vería destrucción por todas partes. ¿Por qué no nos acordamos que somos misericordiosamente escudados del peligro? ¿No tenemos razón para estar agradecidos a cada instante, agradecidos aun cuando hay dificultades aparentes en nuestro sendero? ¿No podemos confiar en nuestro Padre celestial?—Manuscrito 152, 1898.

Cada creyente que constantemente se da cuenta de su dependencia de Dios tiene un ángel designado y enviado por el cielo para ministrarle. El ministerio de estos ángeles es especialmente esencial hoy porque Satanás está haciendo su último y desesperado esfuerzo para ganar al mundo.

—Carta 257, 1904. (En los Lugares Celestiales – 4 de Abril).


Cita 20

¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación? Hebreos 1:14.

Una parte del ministerio de los ángeles es visitar nuestro mundo y supervisar la obra del Señor que está en las manos de sus administradores. En todo tiempo de necesidad ellos ministran a aquellos que, como colaboradores de Dios, están luchando para llevar adelante su obra en la tierra… Las huestes angélicas se regocijan siempre que cualquier rama de la obra de Dios prospera. Los ángeles están interesados en el bienestar espiritual de todos los que están tratando de restaurar la imagen moral de Dios en el hombre; y la familia humana debe conectarse con la familia celestial para curar las heridas y llagas que ha hecho el pecado.

Los agentes angélicos, aunque invisibles, están cooperando con los agentes humanos visibles formando una sociedad de socorro con los hombres. Los mismos ángeles que, cuando Satanás buscaba la supremacía, lucharon la batalla en los atrios celestiales y triunfaron al lado de Dios, los mismos ángeles que exultaron de gozo por la creación del mundo, y por la creación de nuestros primeros padres que habitarían la tierra, los ángeles que testificaron de la caída del hombre y de su expulsión del hogar edénico,—estos mismos mensajeros celestiales tienen el mayor interés en trabajar en unión con la raza caída y redimida para la salvación de los seres humanos que están pereciendo en sus pecados.

Los agentes humanos son las manos de los agentes celestiales; porque los ángeles celestiales emplean manos humanas en el ministerio visible… Al unirnos con estos poderes que son omnipotentes, somos beneficiados con su educación y experiencia superiores. Así, al llegar a ser partícipes de la naturaleza divina y al separar el egoísmo de nuestras vidas, se nos conceden talentos especiales para ayudarnos mutuamente. Esta es la manera celestial de distribuir el poder salvador.

—The Review and Herald, 19 de marzo de 1901. (En los Lugares Celestiales – 5 de Abril).


Cita 21

Si queremos vivir la vida cristiana debemos colaborar constantemente con Dios, de manera que el yo desaparezca al depender de Jesucristo. Cada día debiéramos trabajar como si fuera para la eternidad. El hombre fue hecho un poco menor que los ángeles. No obstante, cuando sea purificado y trasladado a las cortes celestiales, tendrá aún más privilegios que los ángeles. Todo lo que necesitan sus hermanos y hermanas, todo lo que cada uno de nosotros necesita es vivir una humilde vida cristiana para revelar, mediante el carácter, la fortaleza recibida de Jesucristo gracias a nuestra unión con él.

—Carta 196, del 3 de septiembre de 1903, dirigida a un hombre de negocios. (Cada Día con Dios – 3 de Septiembre).


Cita 22

“Como los ángeles, los moradores del Edén habían de ser probados. Sólo podían conservar su feliz estado si eran fieles a la ley del Creador. Podían obedecer y vivir, o desobedecer y perecer. Dios los había colmado de ricas bendiciones; pero si ellos menospreciaban su voluntad, Aquel que no perdonó a los ángeles que pecaron no los perdonaría a ellos tampoco: la transgresión los privaría de todos sus dones, y les acarrearía desgracia y ruina.”—Historia de los Patriarcas y Profetas, 34.


Cita 23

No comprendemos suficientemente el gran conflicto que pone frente a frente los ejércitos invisibles de los ángeles buenos y de los ángeles desleales. Los ángeles buenos y los malos luchan alrededor de cada hombre. No es un conflicto imaginario; no son batallas simuladas aquellas en que estamos empeñados. Tenemos que hacer frente a los adversarios más poderosos y nos incumbe decidir quiénes vencerán.—Testimonies for the Church 7:213.


Cita 24

Si los seres humanos conocieran el número de los ángeles malos, sus engaños y actividad, serían mucho menos orgullosos y frívolos. Satanás es el príncipe de los demonios… El instiga todo el mal que existe en nuestro mundo.—The S.D.A. Bible Commentary 6:1119.


Cita 25

“Al abrir vuestra puerta a los menesterosos y dolientes hijos de Cristo, estáis dando la bienvenida a ángeles invisibles. Invitáis la compañía de los seres celestiales…. Vienen con alabanzas en los labios y una nota de respuesta se oye en el cielo. Cada hecho de misericordia produce música allí.”—El Deseado de Todas las Gentes, 578.


Cita 26

“Aprendamos el canto de los ángeles ahora, para que podamos cantarlo cuando nos unamos a sus huestes resplandecientes.”—Historia de los Patriarcas y Profetas, 294.


Cita 27

“La voz de agradecimiento, alabanza y regocijo se oye en el cielo. Las voces de los ángeles en los cielos se unen con las voces de los hijos de Dios en la tierra.”—Los Hechos de los Apóstoles, 187.


 *Las citas de este libro se actualizan constantemente

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