La Voluntad Humana

Cita 1

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:2.

La voluntad es el poder que domina en la naturaleza humana. Si se afirma la voluntad debidamente, todo el resto del ser quedará bajo su dominio. La voluntad no es el gusto o la inclinación, sino la capacidad de elegir y decidir, la capacidad suprema, que obra en los hijos de los hombres para obedecer o desobedecer a Dios. Estaréis en constante peligro hasta que comprendáis cuál es el verdadero poder de la voluntad. Podréis creer y prometer todo, pero vuestras promesas y fe no tendrán valor a menos que uséis la voluntad como se debe. Si lucháis la batalla de la fe con vuestra fuerza de voluntad, sin duda venceréis. Lo que os corresponde es volcar vuestra voluntad en el bando de Cristo. Cuando le entregáis vuestra voluntad, él inmediatamente toma posesión de vosotros, y obra en vosotros el querer y el hacer por su buena voluntad. Entonces vuestra naturaleza queda sometida a su Espíritu. Hasta vuestros pensamientos quedan sujetos al Señor. Si no podéis dominar vuestros impulsos y emociones como deseáis, a lo menos podéis dominar la voluntad, de modo que se efectúe un gran cambio en vuestra vida. Cuando entregáis vuestra voluntad a Cristo, vuestra vida queda escondida con Cristo en Dios. (Dios nos Cuida – 26 de Febrero).


Cita 2

Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. Mateo 6:34.

El fiel cumplimiento de los deberes de hoy será la mejor preparación para las tribulaciones del mañana. No debemos añadir a las cargas de hoy los cuidados y perplejidades del mañana. Basta al día su afán. Dios nos da fortaleza para cada día.—Carta 141, del 30 de enero de 1896, dirigida a Edson y Emma White.


Cita 3

“La religión pura tiene que ver con la voluntad. La voluntad es el poder que gobierna en la naturaleza del hombre poniendo todas las otras facultades bajo su dominio. La voluntad no es el gusto o la inclinación, sino el poder decisivo que obra en los hijos de los hombres la obediencia a Dios o la desobediencia.”—Testimonies for the Church 5:513.


Cita 4

¿Quién podrá dañarlo si es seguidor de lo que es correcto? Dios puede requerir que un hombre realice una tarea y ocupe una posición que es particularmente penosa y agotadora. El Señor tiene una obra para esa persona, y al ocupar ese lugar él arriesga su vida, su vida eterna futura. Esta fue la posición que Cristo ocupó cuando vino a nuestro mundo, al entrar en conflicto con el jefe rebelde de los ángeles caídos. Dios trazó un plan y Cristo aceptó el encargo. Consintió en encontrarse a solas con el enemigo, como cada ser humano debe hacerlo. Se le proveyeron todos los poderes celestiales que podían ayudarle en este gran conflicto. Y si el hombre camina en el sendero de la voluntad de Dios será provisto del mismo poder protector. Las mismas inteligencias celestiales servirán a los que serán herederos de la salvación a fin de que puedan resultar vencedores en cada tentación, grande o pequeña, como Cristo venció. Pero cualquiera que se coloque en una posición de peligro por algún motivo que no sea el de la obediencia a la voluntad de Dios, caerá bajo el poder de la tentación…Nadie está seguro si piensa que puede escoger por sí mismo.

—Carta 22, del 3 de febrero de 1899, dirigida a un hombre de negocios. (Alza tus Ojos – 3 de Febrero).


Cita 5

La voluntad de todo ser humano debiera estar bajo la disciplina y el control de Dios, porque es un elemento peligroso si se ejercita en proyectos egoístas… Una perversidad engañosa se discierne en las mentes de aquellos cuyos ojos no están ungidos con el colirio celestial a fin de que puedan ver todas las cosas a la luz de la Palabra de Dios.

La voluntad se esclaviza, y tiende a proseguir en una conducta que la Palabra de Dios no justifica. La voluntad no debe colocarse bajo el control de ningún hombre; al hacerlo, ésta se torna engañosa…

La voluntad de Dios expresada en su Palabra debe ser introducida hasta lo más recóndito del alma. Si así lo queremos, Dios identificará su voluntad con todos nuestros pensamientos y propósitos, armonizando de tal manera nuestros corazones y mentes con su Palabra, que cuando obedezcamos su voluntad estaremos tan sólo ejecutando nuestros propios impulsos. Los tales no poseerán una disposición no santificada y egoísta, lista para llevar a cabo sus propios deseos, sino que manifestarán un celo ferviente y decidido por la gloria de Dios. No querrán hacer nada con sus propias fuerzas, y se guardarán estrictamente contra el peligro de promover el yo.

—Carta 22, del 22 de junio de 1896, dirigida a un administrador de la iglesia de Australia. (Alza tus Ojos – 22 de Junio).


Cita 6

Sometiendo tu voluntad a la suya mejorarás en el habla y en las concepciones espirituales… Debes cuidar celosamente las facultades mentales de la mente. Tus pensamientos deben estar bajo el control del Espíritu Santo… Tu obra es avanzar hacia la perfección, progresando constantemente, hasta que al fin seas declarado digno de recibir la vida inmortal. Y aun entonces la obra de progreso no cesará sino que seguirá por la eternidad.

—Carta 123, 1904. (En los Lugares Celestiales – 28 de Junio).


Cita 7

Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. 2 Timoteo 2:22.

Los peligros morales a los cuales todos, viejos y jóvenes, están expuestos aumentan cada día. El desorden moral, que nosotros llamamos depravación, halla amplio campo propicio, y se ejerce una vil influencia sensual, diabólica, por hombres, mujeres y jóvenes que dicen ser cristianos…

Los que han aprendido la verdad y no tienen obras correspondientes a su profesión de fe, están sujetos a las tentaciones de Satanás. Harán frente al peligro a cada paso que den. Son puestos en contacto con el mal, ven escenas, oyen sonidos que despiertan sus pasiones incontroladas; están sujetos a influencias que los llevan a elegir el mal antes que el bien, porque no son puros de corazón. En el mismo momento en que debiera ejercerse el poder de la voluntad, cuando se requiere firmeza para resistir el primer embate de la tentación, los veréis fáciles presas de los engaños de Satanás, meros juguetes del diablo. Cada tentación está obrando ahora para llevar a aquellos que pretenden guardar los mandamientos de Dios a quebrantarlos…

Todos debemos aprender la lección de qué poder hay en un buen carácter. No hay una preparación que necesitemos tanto ahora, como la preparación de jóvenes y señoritas para que tengan rectitud moral y para que limpien su alma de cada borrón y de cada mancha de contaminación moral. La norma de moralidad y santidad está siendo arrastrada por el suelo…

Estamos cerca del fin del tiempo de gracia, cuando cada caso pasará delante de Dios. Ahora es el tiempo que Dios nos ha dado para la formación de caracteres puros y santos. Si no se aprovecha bien este tiempo, si los pensamientos son impuros, si el corazón no es santificado, si se complacen prácticas impuras, téngase la seguridad que la porción de los tales [los que así se contaminan] será con los impíos, los viles, los abominables.

—Carta 26d, 1887.  (En los Lugares Celestiales – 8 de Julio).


*Las citas de este libro se actualizan constantemente

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