La Muerte

Cita 1

Cuando murió Aarón, uno de los hombres más ilustres que alguna vez hayan vivido, presenciaron su muerte y asistieron a su entierro solamente dos de sus deudos más cercanos. Y aquella tumba solitaria en la cumbre de Hor quedó vedada para siempre a los ojos de Israel.

No se honra a Dios en las grandes demostraciones que se hacen a veces a los muertos y en los gastos extravagantes en que se incurre para devolver sus cuerpos al polvo. (Patriarcas y Profetas, pág. 403) Por Will Chavarría, Costa Rica.


Cita 2

Los santos deben obtener una comprensión cabal de la verdad presente, que deberán sostener por las Escrituras. Necesitan comprender lo referente a la condición de los muertos; porque aún les aparecerán espíritus de demonios que se darán por sus seres queridos y parientes, y otros enseñarán que el día de reposo ha sido cambiado, y otras doctrinas ajenas a la Biblia.—Primeros Escritos, 87 (1854).


Cita 3

Satanás es un enemigo astuto. Y para los ángeles malignos no es difícil hacerse pasar por los santos y pecadores muertos, y lograr que su encarnación sea visible para los ojos humanos. Estas manifestaciones serán más frecuentes a medida que nos aproximemos al tiempo del fin, y habrá demostraciones de carácter asombroso.—El Evangelismo, 439 (1875).


Cita 4

Es el engaño más exitoso y fascinante de Satanás, calculado para captar la simpatía de aquellos que han dejado a sus amados en la tumba. Ángeles malignos toman la forma de esos seres amados, relatan incidentes relacionados con sus vidas y realizan actos como los que ellos realizaban mientras vivían. De esta manera inducen a la gente a creer que sus amigos muertos son ángeles que flotan en torno a ellos y se comunican con ellos. Estos ángeles impíos, que pretenden ser los amigos muertos, son considerados con cierta idolatría, y para muchos su palabra tiene mayor peso que la Palabra de Dios.—The Signs of the Times, 26 de agosto de 1889.


Cita 5

Satanás puede evocar ante los hombres la apariencia de sus amigos fallecidos. La imitación es perfecta; los rasgos familiares, las palabras y el tono son reproducidos con una exactitud maravillosa […]. Muchos tendrán que vérselas con espíritus de demonios que personificarán a parientes o amigos queridos y que proclamarán las herejías más peligrosas. Estos espíritus apelarán a nuestros más tiernos sentimientos de simpatía y harán milagros con el fin de sostener sus asertos.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 608, 616 (1911).


Cita 6

“El alma que pecare, esa morirá”. Ezequiel 18:4.

“Los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben”. Eclesiastés 9:5.

“La cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y Señor de señores, el único que tiene inmortalidad”. 1 Timoteo 6:15-16.

“El cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad”. Romanos 2:6-7


Cita 7

LOS JUSTOS SON RECOGIDOS ANTES QUE SUFRAN TIEMPOS DE AFLICCIÓN

Isaías 57:1-2
1 PERECE el justo, y no hay quien piense en ello; y los píos son recogidos, y no hay quien entienda que delante de la aflicción es recogido el justo.
2 Entrará en la paz; descansarán en sus lechos todos los que andan delante de Dios.


Cita 8

He aquí te he purificado, y no como a plata; te he escogido en horno de aflicción. Isaías 48:10.

Todas las palabras de consuelo que le pueda dirigir no valdrán mucho. Usted sabe cuál es la Fuente de su fortaleza y su consuelo. No es ajeno a Jesús y a su amor. Usted es uno de aquellos para quienes la vida es un largo conflicto lleno de dolor, fatiga y desilusión. La esperanza diferida ha entristecido su corazón, pero recuerde que este mundo es el escenario de nuestras pruebas, nuestros pesares y dolores. Estamos aquí para pasar la prueba a que Dios nos somete. El fuego debe ser avivado hasta que consuma la escoria y nosotros salgamos como oro purificado en el horno de la aflicción.

Usted puede meditar, mi querido hermano, en la misteriosa providencia de Dios que lo ha privado ahora de la luz de sus ojos. Usted cree que si no fuera por esta gran pérdida, sería un hombre comparativamente feliz. Pero podría ser que precisamente la pérdida de su hija fuera para usted, y no sólo para usted, sino para mucha gente en Suiza, algo que ha acontecido para la salvación de sus almas. De estas tinieblas, que a veces parecen incomprensibles, surgirá la luz. “Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre Jehová bendito”. Job 1:21. Sea éste el idioma de su corazón.

La nube de misericordia se cierne sobre usted, y se derramará sobre usted incluso en la hora más sombría. Los beneficios de Dios son tan numerosos como las gotas de lluvia que caen de las nubes sobre la tierra sedienta, para regarla y refrigerarla. La misericordia de Dios está sobre usted… El Señor lo ama, mi querido hermano. Lo ama. “Los montes se moverán, y los collados temblarán, pero no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz se quebrantará”. Isaías 54:10. “Todas las cosas les ayudan a bien… a los que conforme a su propósito son llamados”. Romanos 8:28.

Si sus ojos se pudieran abrir, podría ver a su Padre celestial amorosamente inclinado sobre usted, y si pudiera escuchar su voz, descubriría que le habla en tono compasivo puesto que está postrado por su sufrimiento y su aflicción. Sosténgase en su fortaleza; hay descanso para usted, que está fatigado.

—Carta 7, del 5 de diciembre de 1878, dirigida al pastor J. N. Andrews, que acababa de perder una hija mientras trabajaba en Europa. (Cada Día con Dios – 5 de Diciembre).


Cita 9

Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. 1 Corintios 10:11.

Su pueblo, que vive en esta época, a quien los fines de los siglos han alcanzado, recibe la amonestación de estar alerta y a arrepentirse. La incertidumbre y lo breve de la vida humana deberían inducirnos a meditar solemne y seriamente. Necesitamos arrepentirnos y convertirnos, necesitamos tener en cuenta la eternidad, poner nuestros afectos en las cosas de arriba, no en las que perecen por el uso, sino buscar las riquezas que duran para siempre, la justicia imperecedera.

—Carta 109, del 6 de agosto de 1901, dirigida a un presidente de asociación. (Cada Día con Dios – 6 de Agosto).


Cita 10

Y si os dijeren: Preguntad a los encantadores y a los adivinos, que susurran hablando, responded: ¿No consultará el pueblo a su Dios? ¿Consultará a los muertos por los vivos? Isaías 8:19.

El espiritismo es la obra maestra del engaño. Es la mentira más fascinante y de más éxito de Satanás, calculada para lograr la simpatía de los que han depositado a sus amados en la tumba. Ángeles impíos vienen asumiendo la forma de esos amados, y relatan incidentes relacionados con sus vidas, y llevan a cabo actos que ellos realizaron mientras estaban vivos. De ese modo inducen a las personas a creer que sus amigos fallecidos son ángeles que están volando por encima de ellos y que se pueden comunicar con ellos. Estos ángeles impíos, que pretenden ser los amigos desaparecidos, reciben un cierto grado de idolatría, y para muchos sus palabras tienen más peso que la Palabra de Dios. De ese modo se induce a hombres y mujeres a rechazar la verdad, y a escuchar “a espíritus engañadores”.

La Palabra de Dios declara en términos positivos que “los que viven saben que han de morir; pero los muertos nada saben, ni tienen más paga; porque su memoria es puesta en olvido. También su amor y su odio y su envidia fenecieron ya; y nunca más tendrán parte en todo lo que se hace debajo del sol”. Eclesiastés 9:5. Este claro texto contradice directamente las enseñanzas del espiritismo, y si se le prestara atención, salvaría muchas almas de las trampas del enemigo. Muchos están incursionando en el espiritismo simplemente por curiosidad. No tienen verdadera fe en él, y retrocederían horrorizados ante la idea de convertirse en mediums, pero se están aventurando en terreno prohibido y peligroso. Cuando se encuentran bien entrampados en la red del enemigo, descubren que están sometidos a un poder que convierte a sus siervos en los más abyectos esclavos, y nada puede librarlos de él sino el poder de Dios.

Nuestra única seguridad consiste en confiar en Dios sin duda alguna y en seguir fielmente las instrucciones de su Palabra. La Biblia es la única carta que señala la senda estrecha que evita los abismos de la destrucción… ¡Qué amor, qué amor maravilloso que Dios soporte la perversidad de su pueblo y envíe ayuda a cada alma que desea hacer su voluntad y abandonar el pecado! … Si el hombre quisiera colaborar con los representantes del cielo, saldría más que vencedor. Seres caídos como somos, capaces de cometer los crímenes más horribles, podernos llegar a ser, sin embargo, vencedores.

—The Signs of the Times, 26 de agosto de 1889. (Cada Día con Dios – 26 de Agosto).


Cita 11

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Filipenses 4:6.

Tengo presente tu caso y me preocupa que estés afligida. Me gustaría consolarte si pudiera. ¿No ha sido Jesús, el precioso Salvador, un pronto auxilio para ti en tus tribulaciones? No contristes al Espíritu Santo; deja de quejarte. De esto has hablado mucho y muchas veces con otras personas. Consuélente las palabras de los que no están tan enfermos como tú, y que Dios te ayude, es mi oración. Si fuera la voluntad del Señor que murieras, deberías creer que tienes el privilegio de entregar todo tu ser, es decir, tu cuerpo, tu alma y tu espíritu, en las manos de un Dios justo y misericordioso. El no te quiere condenar, como tú crees. Quiero que dejes de pensar que el Señor no te ama. Acepta sin reservas las misericordiosas provisiones que ha hecho…

No necesitas pensar que has hecho algo que haya inducido a Dios a tratarte con severidad. Yo sé bien como son las cosas. Cree sólo en su amor y confía en su promesa… El quiere que tú creas y que pongas en práctica lo que crees. Cristo nos dio en su vida una ilustración del carácter amable que todos debiéramos poseer… Ni la sospecha ni la desconfianza debieran posesionarse de nuestra mente. Ningún temor, causado por la grandeza de Dios, debiera confundir nuestra fe. Quiera Dios ayudarnos a ser humildes y mansos. Cristo depuso su atuendo real y su corona para relacionarse con la humanidad y demostrar que los seres humanos pueden llegar a ser perfectos.

Ataviado con el manto de la misericordia vivió en este mundo una vida perfecta para darnos evidencias de su amor. Por causa de lo que ha hecho, la desconfianza en él debiera ser imposible. Desde su elevado puesto de comando en las cortes celestiales, descendió para asumir la naturaleza humana. Su vida es un ejemplo de lo que pueden ser nuestras vidas. Para que ningún temor causado por la grandeza de Dios borrara nuestra confianza en el amor del Señor, Cristo se convirtió en varón de dolores, experimentado en quebranto. El corazón humano, cuando se lo entregamos, se transforma en un arpa sagrada que difunde música santa.

—Carta 365, del 16 de septiembre de 1904, dirigida a Marian Davis, una de las correctoras de originales de Elena G. de White, que se encontraba muy enferma. (Cada Día con Dios – 16 de Septiembre).


Cita 12

“El Señor … conoce el fin desde el principio. Muchos bajarán al reposo antes de que la rigurosa prueba de fuego de los últimos días caiga sobre el mundo….» FV 173.3  {La Fe por la cual Vivo}


Cita 13

“Si Jesús, el Redentor del mundo, oró diciendo: ‘Padre mío, si es posible pase de mí este vaso; empero no como yo quiero, sino como tú,’ cuán conveniente es que los mortales finitos se sometan de la misma manera a la sabiduría y la voluntad de Dios.”—Counsels on Health, 375, 376.


Cita 14

“No podemos contar sino con una vida harto breve, y no sabemos cuándo la saeta de la muerte nos atravesará el corazón. Tampoco sabemos cuándo tendremos que desprendernos del mundo y de todos sus intereses. La eternidad se extiende ante nosotros. El velo está a punto de descorrerse. Unos pocos años más, y para cada uno de nosotros, contado en el número de los vivos, ha de consumarse el mandato: ‘El que es injusto, sea injusto todavía: … y el que es justo sea todavía justificado: y el santo sea santificado todavía.’ Apocalipsis 22:11.

FV 173.5  {La Fe por la cual Vivo}


*Las citas de este libro se actualizan constantemente

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