Cita 1
Porque las cosas que se escribieron antes, para nuestra enseñanza se escribieron, a fin de que por la paciencia y la consolación de las Escrituras, tengamos esperanza. Romanos 15:4.
Este santo Libro ha resistido los asaltos de Satanás, quien se ha unido con hombres malignos para que todo lo que tenga carácter divino resulte rodeado de nubes y tinieblas. Pero el Señor ha preservado este santo Libro, mediante su propio poder milagroso, en la forma en que lo encontrarnos actualmente, a saber, como un mapa o guía para mostrar a la familia humana el camino que conduce al cielo… Nunca hubo una época como ahora en la que fuera tan importante que los seguidores de Cristo estudiaran la Biblia. Encontramos influencias engañosas a todos lados y es esencial que recibáis consejo de Jesús, vuestro mejor Amigo… David declara: “En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti”. Cuántos han sido traicionados y han caído en pecado debido a que no han comprendido, mediante el estudio de la Palabra de Dios, con oración, la pecaminosidad del pecado, ni han descubierto cómo podían resistirlo firmemente. Cuando la tentación los asalta, parece que no están en guardia, y que están ignorantes de las trampas del enemigo.
Estamos viviendo en tiempos peligrosos, y a medida que nos acerquemos al fin de la historia de la tierra, no habrá seguridad para los que no se familiarizan con la Palabra de Dios… Todo lo que pueda ser sacudido, lo será… Los hijos de Dios han alcanzado la parte más difícil de su peregrinación porque las redes y trampas del enemigo están a cada lado. Sin embargo, con la conducción del Señor, con aquello que ha sido claramente revelado en su Palabra, podemos caminar seguros y sin tropiezos… Una voz del cielo se dirige a nosotros desde sus páginas. La obediencia a la Palabra de Dios es nuestra única salvaguardia contra los males que están arrastrando el mundo a la destrucción. (Dios nos Cuida – 21 de Enero).
Cita 2
Siendo renacidos… por la palabra de Dios que vive y permanece para siempre. 1 Pedro 1:23.
En la Biblia se revela la voluntad de Dios. Las verdades de la Palabra de Dios son la expresión del Altísimo. El que convierte esas verdades en parte de su vida llega a ser en todo sentido una nueva criatura. No recibe nuevas facultades mentales; en cambio, desaparecen las tinieblas que debido a la ignorancia y el pecado entenebrecían su entendimiento. “Te daré un corazón nuevo” quiere decir: “Te daré una mente nueva”. El que con oración da atención estricta a las Escrituras tendrá conceptos claros y juicios sanos, como si al volverse hacia Dios hubiera alcanzado un plano superior de inteligencia. En la vida de aquellos que siguen sus enseñanzas habrá una corriente invisible de felicidad que beneficiará a todos aquellos con quienes lleguen a relacionarse. (Dios nos Cuida – 3- de Febrero)
Cita 3
Tener hambre y sed de justicia, es el deseo ferviente de conocer la verdad por medio de la Biblia a quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria. Colosenses 1:27.
Hay muchos misterios en la Palabra de Dios que no comprendemos, y muchos nos contentamos deteniendo nuestra investigación cuando tan sólo hemos comenzado a recibir algo de conocimiento concerniente a Cristo. Cuando comienzan a desplegarse un poco ante la mente los propósitos divinos y comenzamos a obtener un leve conocimiento del carácter de Dios, quedamos satisfechos y pensamos que hemos recibido prácticamente toda la luz que hay para nosotros en la palabra de Dios. Pero la verdad de Dios es infinita… Jesús fue bien claro cuando dijo a sus discípulos “escudriñad las Escrituras”. Juan 5:39. Escudriñar significa comparar texto con texto y cosas espirituales con cosas espirituales. No debiéramos satisfacernos con un conocimiento superficial. No comprendemos ni la mitad de lo que Dios está dispuesto a hacer por su pueblo… El Espíritu de Dios descansará sobre el diligente escudriñador de la verdad. El que desee la verdad en su corazón, que anhele la obra de su poder en la vida y el carácter, ciertamente la tendrá. Dice el.
Es la observancia de los mandamientos de Dios lo que lo honra y glorifica en sus elegidos. Por lo tanto, cada alma a quien Dios le ha dado la facultad de razonar está bajo la obligación de escudriñar la Palabra para averiguar todo lo que él nos ha ordenado como posesión adquirida. Deberíamos procurar comprender todo lo que la Palabra requiere de nosotros en el sentido de la obediencia y la observancia de sus preceptos. No podemos manifestar más honor a nuestro Dios, a quien pertenecemos por creación y redención, que dando evidencia ante los seres celestiales, los mundos no caídos y los hombres caídos, de que atendemos diligentemente todos sus mandamientos, que son los principios que gobiernan su reino.
Necesitamos estudiar asiduamente para conocer los preceptos de Dios. ¿Cómo podemos ser súbditos obedientes si dejamos de comprender los principios que gobiernan el reino de Dios? Abrid, entonces, vuestras Biblias, y buscad todo aquello que os ilumine respecto a los preceptos de Dios; y cuando discernáis un “así dice Jehová”, no pidáis la opinión de los hombres, sino que, cualquiera que sea el costo para vosotros, obedeced gozosamente. Entonces descansará sobre vosotros la bendición de Dios y lo glorificaréis… (Dios nos Cuida – 26 de Mayo).
Cita 4
La primera tarea de todos los cristianos consiste en escudriñar las Escrituras con ferviente oración, para que tengan esa fe que obra por amor y purifica el alma de cualquier rasgo de egoísmo. Si se recibe la verdad en el corazón, obra como buena levadura hasta que toda facultad queda sometida a la voluntad de Dios. Entonces no podréis dejar de brillar, como tampoco lo puede el sol... (Dios nos cuida – 29 Mayo).
Cita 5
Al ceder voluntariamente a la evidencia de la verdad, y al caminar en la luz que alumbra nuestra senda, recibimos aún más luz. (Dios nos Cuida – 10 de Septiembre).
Cita 6
Y el Dios de paz… os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén. Hebreos 3: 20-21
Estudiando la Palabra de Dios y practicando sus preceptos en todas sus transacciones comerciales, los hombres pueden discernir claramente el espíritu que controla las acciones. En lugar de seguir los impulsos humanos y la inclinación natural, pueden aprender, mediante un estudio diligente, los principios que debieran controlar a los hijos e hijas de Adán.
La Biblia es el Libro Guía que debe resolver los muchos problemas difíciles que aparecen en las mentes dominadas por el egoísmo. Es un reflejo de la sabiduría de Dios, y no solamente proporciona principios grandes e importantes, sino que también provee lecciones prácticas para la vida y la conducta del hombre en su relación con su prójimo. Da detalles precisos que determinan nuestra relación con Dios y del uno para con el otro. (Dios nos Cuida – 16 de Octubre).
Cita 7
En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones. Apocalipsis 22:2.
¿Debemos esperar hasta que seamos trasladados para comer de las hojas del árbol de la vida? El que recibe en su corazón las palabras de Cristo sabe qué significa comer de las hojas del árbol de vida… La sabiduría que proviene de Dios es el pan de vida. Son las hojas del árbol de la vida las que se usan para la sanidad de las naciones. La corriente de vida espiritual estremece al alma cuando las palabras de Cristo se creen y se ponen en práctica. Así es como somos hechos uno con Cristo.
Es fundamental que los que aseguran guardar los mandamientos de Dios posean un conocimiento inteligente de las Escrituras. De ese modo aprendemos a negar el yo y a ser estrictamente honestos con Dios al usar sus beneficios. A fin de que pudiéramos comprender la voluntad divina, Dios nos dio la Biblia.
—Manuscrito 103, del 29 de julio de 1902, “Hagamos la voluntad de Dios”. (Alza tus Ojos – 29 de Julio).
Cita 8
La santidad es el reflejo de la gloria de Dios.Pero para reflejar esta gloria debemos cooperar con Dios. El corazón y la mente deben vaciarse de todo lo que conduce al mal. Debemos leer y estudiar la Palabra de Dios con un sincero deseo de obtener fuerza espiritual. Esta Palabra es el pan del cielo. Los que la reciben y la hacen parte de su vida se fortalecerán con el poder de Dios. El objeto de todo lo que Dios hace por nosotros es nuestra santificación. El nos escogió desde la eternidad para que seamos santos. Cristo declara: “La voluntad de Dios es vuestra santificación”. 1 Tesalonicenses 4:3 (Dios nos Cuida – 2 de Noviembre).
Cita 9
“Cuando hacemos de la Palabra de Dios nuestra consejera, cuando escudriñamos las Escrituras en busca de luz, los ángeles celestiales se acercan para impresionar la mente e iluminar el entendimiento, a fin de que se pueda decir con verdad: ‘El principio de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.’” Salmos 119: 130 — (Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 339).
Cita 10
“Cuando se pierde la fe en la Palabra de Dios, el alma no tiene ninguna guía, ninguna seguridad. La juventud es arrastrada a senderos que alejan de Dios y de la vida eterna. “A esta causa debe atribuirse, en sumo grado, la iniquidad generalizada en el mundo moderno. Cuando se descarta la Palabra de Dios, se rechaza su poder de refrenar las pasiones perversas del corazón natural.”—Sketches From the Life of Paul, 32.
Cita 11
“La Palabra de Dios es un canal de comunicación con el Dios vivo. El que se alimenta de la Palabra será fructífero en toda buena obra. Descubrirá ricas minas de verdad en las cuales hallará el tesoro escondido. Cuando se halle acosado por las tentaciones, el Espíritu Santo traerá a su mente las palabras exactas con las cuales podrá hacer frente a la tentación en el momento preciso en que más las necesite y las podrá usar eficientemente.”—The Signs of the Times, 5 de septiembre de 1895.
Cita 12
“Hay que recibir las Escrituras como palabra que Dios nos dirige, palabra no meramente escrita, sino hablada. Cuando los afligidos acudían a Cristo, él veía no sólo a los que pedían ayuda, sino a todos aquellos que en el curso de los siglos acudirían a él con las mismas necesidades y la misma fe. Al decir al paralítico: ‘Confía, hijo; tus pecados te son perdonados’ (Mateo 9:2), al decir a la mujer de Capernaum: ‘Hija, tu fe te ha salvado: ve en paz’ (Lucas 8: 48), se dirigía también a otros afligidos, a otros cargados de pecados que acudirían a pedirle su ayuda.
Y así es con todas las promesas de la Palabra de Dios. En ellas él nos habla a cada uno en particular, y de un modo tan directo como si pudiéramos oír su voz. Por medio de estas promesas Cristo nos comunica su gracia y su poder. Son hojas de aquel árbol que son ‘para la sanidad de las naciones.’ Apocalipsis 22: 2 Recibidas, asimiladas, han de ser la fuerza del carácter, la inspiración y el mantenimiento de la vida.”— (El Ministerio de Curación, 113).
Cita 13
“Dios encomendó la preparación de su Palabra inspirada a hombres finitos. Esta Palabra ordenada en libros, el Nuevo y el Antiguo Testamento, es el guía para los habitantes de un mundo caído, y por el estudio y obediencia de sus enseñanzas ni una sola alma perderá su camino al cielo. La Biblia nos muestra a Dios autor de ella; y sin embargo fue escrita por manos humanas, y la diversidad de estilo de sus diferentes libros muestra la individualidad de cada uno de sus escritores. Las verdades reveladas son todas inspiradas en palabras humanas. Y es que el Ser supremo e infinito ha iluminado con su Espíritu la inteligencia y el corazón de sus siervos. Les ha dado sueños y visiones, les ha mostrado símbolos y figuras; y aquellos a quienes la verdad fuera así revelada, han revestido el pensamiento divino con palabras humanas.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 8.
Cita 14
“No hay siempre un orden perfecto o aparente unidad en las Escrituras … Las verdades de la Biblia son como perlas escondidas. Tienen que ser buscadas ahondando con esfuerzo perseverante. Los que echan un vistazo superficial sobre la Escritura, con el conocimiento superficial que ellos consideran muy profundo, hablan de las contradicciones de la Biblia y ponen en duda su autoridad. Pero aquellos cuyos corazones están en armonía con la verdad y el deber escudriñarán las Escrituras con el corazón preparado para recibir las impresiones divinas.”— (Selected Messages 1:19, 20).
Cita 15
“Este Sagrado Libro ha resistido los asaltos de Satanás, quien se unió con los hombres malvados para rodear de nubes y oscuridad todos los escritos de carácter divino. Pero el Señor ha preservado por medio de su milagroso poder este Libro Sagrado como el guía o carta para toda la familia humana, a fin de mostrarles el camino al cielo.”— (Selected Messages 1:15-17).
Cita 16
“Hay una prueba que está al alcance de todos, del más educado y del más ignorante, la prueba de la experiencia. Dios nos invita a probar por nosotros mismos la realidad de su Palabra, la verdad de sus promesas. Él nos dice: ‘Gustad y ved que Jehová es bueno.’ En vez de depender de las palabras de otro, tenemos que probar por nosotros mismos … Y cuando seamos atraídos a Jesús, y nos regocijemos en la plenitud de su amor, nuestras dudas y tinieblas desaparecerán ante la luz de su presencia.”— (El Camino a Cristo, 85).
Cita 17
El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna: y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. Juan 6:54, 55
“Recibir los elementos vitales de las Escrituras y hacer la voluntad de Dios, traen vida eterna. Esto es lo que significa comer la carne y beber la sangre del Hijo de Dios. Todos tienen el privilegio de participar del pan del cielo al estudiar la Palabra, y de este modo obtener nervios y músculos espirituales.”— (The Review and Herald, 1 de octubre de 1901).
Cita 18
Varias veces por día debieran consagrarse momentos preciosos, áureos, a la oración y al estudio de las Escrituras, aunque solo fuese para memorizar un texto, a fin de que la vida espiritual pueda existir en el alma.—Testimonies for the Church 4:459 (1880).
Cita 19
La preciosa Palabra de Dios es la norma para los jóvenes que desean ser fieles al Rey del cielo. Ellos deben estudiar las Escrituras; deben aprender de memoria un texto tras otro y adquirir un conocimiento de lo que el Señor ha dicho.—Meditaciones matinales, 325 (1887).
Cita 20
Levantad un muro de pasajes de las Escrituras a vuestro alrededor, y veréis que el mundo no puede derribarlo. Memorizad las Escrituras y luego lanzad sobre Satanás un “Escrito está” cuando venga con sus tentaciones. Fue así como nuestro Señor enfrentó y resistió las tentaciones de Satanás.—The Review and Herald, 10 de abril de 1888.
Cita 21
Colgad en la antecámara de la memoria las preciosas palabras de Cristo. Deben ser valoradas mucho más que la plata o el oro.—Testimonies for the Church 6:81 (1900).
Cita 22
Guardad con vosotros una Biblia de bolsillo mientras trabajáis, y aprovechad cada oportunidad para memorizar sus preciosas promesas.—The Review and Herald, 27 de abril de 1905.
Cita 23
Llegará el tiempo cuando muchos serán privados de la Palabra escrita. Pero si esta Palabra está grabada en la memoria, nadie puede quitarla de vosotros.—Manuscript Releases 760:24 (1906).
Cita 24
Estudiad la Palabra de Dios. Memorizad sus preciosas promesas, de tal manera que cuando seamos privados de nuestras Biblias, aún podamos estar en posesión de la Palabra de Dios.—Manuscript Releases 10:298 (1909). . EUD 60.2-EUD 60.8
Cita 25
A medida que hemos seguido la cadena de la profecía, se ha visto claramente y explicado la verdad revelada para nuestro tiempo. Somos responsables de los privilegios que disfrutamos y de la luz que resplandece sobre nuestra senda. Los que vivieron en generaciones pasadas fueron responsables de la luz que se dejó brillar sobre ellos. Su mente se preocupó con respecto a diferentes puntos de la Escritura que los probaban. Pero no comprendían las verdades que nosotros comprendemos. No fueron responsables de la luz que no recibieron. Tuvieron la Biblia como nosotros; pero el tiempo en que debía revelarse la verdad especial relacionada con las escenas finales de la historia de esta tierra había de coincidir con las últimas generaciones que iban a vivir en la tierra.
Las verdades especiales han sido adaptadas a las condiciones de las generaciones a medida que existían. La verdad presente, que prueba a los de esta generación, no era una prueba para los de las generaciones anteriores. Si la luz que ahora resplandece sobre nosotros acerca del sábado del cuarto mandamiento hubiese sido dada a las generaciones pasadas, Dios habría tenido a éstas por responsables de ella. . 1JT 283.2-1JT 284.1 {Joyas de los Testimonios, 283.2-284.1}
Cita 26
Que cada uno, por amor de Cristo y por el bien de su propia alma, deseche la conformidad con el mundo, con sus costumbres, vanidades y modas. ¡Cuidado con los mandamientos humanos que oscurecen los santos mandamientos de Dios! El amador de los placeres siempre está insatisfecho, y desea continuamente volver a la excitación del salón de baile, el teatro y las fiestas. El tiempo que Dios nos ha dado para prepararnos para la eternidad es empleado por miles de personas en leer novelas. Así se pervierte el intelecto dado por Dios, se descuida la Palabra de Dios, se privan a la mente y al alma del poder moral necesario para luchar contra las faltas y los errores, los hábitos y las prácticas, que descalifican al alma para disfrutar de la presencia de Cristo aquí o en la vida inmortal futura. —Carta 82, 1895.
Cita 27
“Nos estamos acercando al fin del tiempo y queremos ahora conformarnos no a los gustos y prácticas del mundo sino a la mente de Dios; nos toca ver lo que dicen las Escrituras y caminar de acuerdo con la luz que Dios nos ha dado. Nuestras inclinaciones, nuestros hábitos y prácticas no deben tener la preferencia. La Palabra de Dios es nuestra norma.”—Testimonies for the Church 5:506.
Cita 28
“Ningún hombre, mujer o joven, podrá lograr la perfección cristiana si descuida el estudio de la Palabra de Dios. Al estudiar cuidadosa y atentamente su Palabra, obedeceremos la orden de Cristo: ‘Escudriñad las Escrituras.’ … El estudio capacita al que lo efectúa a observar atentamente el Modelo divino, pues ellas testifican de Cristo. El Modelo debe ser examinado a menudo y con toda atención a fin de imitarlo. A medida que uno llega a dominar la historia del Redentor, descubre en sí mismo defectos de carácter; su falta de semejanza a Cristo es tan grande que ve que no puede ser un seguidor de él sin efectuar un gran cambio en su vida. Continúa estudiando, con un deseo de ser igual a su gran Ejemplo; … observando se transforma.”—Consejos sobre la Obra de la Escuela Sabática, 17.
Cita 29
Necesitamos desarrollar una firme confianza en el “Así dice el Señor”. Cuando la tengamos no confiaremos en los sentimientos ni seremos gobernados por ellos. Dios nos pide que descansemos en su amor. Es nuestro privilegio conocer la Palabra de Dios como guía confiable y probada, una seguridad infalible. En este asunto pongámonos del lado de la fe. Creamos, confiemos y expresémonos en términos de fe, de esperanza y valor. Que la alabanza de Dios esté en nuestros corazones y en nuestros labios más a menudo. “El que sacrifica alabanza me honrará”. Salmos 50:23.
Carta 12, del 23 de enero de 1897, dirigida al “Hermano y la hermana Nicola”. (Alza tus Ojos – 23 de Enero).
Cita 30
La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples. Salmos 119:130.
Cuanto más a menudo se lee el Nuevo Testamento, más instructivo es. Ninguno se cansa de sus palabras hermosas, porque son semejantes a piedras preciosas. Cuanto más profunda sea la investigación que se haga en ellas, tanto más nueva y más espléndida será la luz reflejada por las mismas.
Cuanto más estudiemos la Palabra con corazón sencillo y confiado, más comprenderemos la senda por la que debemos andar a fin de alcanzar el Paraíso de Dios. Recibimos vida de Cristo mediante el estudio de su Palabra. “En él estaba la vida”; vida original, no prestada. Es la fuente de vida. Recibimos vida del Salvador, quien la vuelve a tomar. La vida que nos ha sido dada por Dios debiera ser utilizada de la mejor manera, porque como instrumentos humanos estamos formando nuestro propio destino. Necesitamos escoger sabiamente para asociarnos con quienes nos capacitarán mejor, en cuerpo, alma y espíritu, para alcanzar el país futuro, el celestial. Al elegir compañeros no debiéramos colocamos bajo influencias que pudieran ser de algún modo desfavorables en la formación de los principios puros y correctos, porque necesitamos toda la ayuda que podamos obtener a fin de que en nuestras asociaciones podamos desarrollar caracteres de acuerdo con la semejanza de Cristo.
Cristo dice: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. Apocalipsis 3:21. Hay tentaciones que debemos enfrentar. Si cedemos a ellas estaremos del lado perdedor, y al experimentar la derrota vez tras vez, llega a ser un hábito hacer lo erróneo en lugar de hacer lo correcto. De esta manera revelamos que hemos escogido desarrollar los principios y atributos de Satanás más bien que los principios y atributos de Jesucristo… Un cristiano no escogerá como objeto de sus afectos a quien, con su conducta, menosprecie a Jesucristo crucificando diariamente al Hijo de Dios y exponiéndolo al vituperio. Con sus acciones y conversación los tales revelan que no tienen respeto por quien dio su vida por la vida de la humanidad y soportó la pobreza y la tentación, fue abnegado y se sacrificó por ellos.
Durante toda su vida terrenal fue menospreciado y se lo comprendió mal, aun entre los miembros de su propia familia. Satanás estaba constantemente sugiriendo a sus hermanos, los hijos de José, críticas acerca de quien parecía tan distinto a ellos. Rehusó cada invitación al mal, porque no se lo podía persuadir a que aceptara hacer lo malo o a desviarse en lo más mínimo del “escrito está”. Parecía tener la Escritura atesorada en el corazón y la mente. Rara vez reprendió la conducta de sus hermanos, pero siempre tuvo una palabra de Dios para decirles: “Escrito está”.—Manuscrito 2 del 9 de febrero de 1896, sin título. (Alza tus Ojos – 9 de Febrero).
Cita 31
Solamente a El pertenece la alabanza… Toda alma que está en el camino de la salvación debe ser partícipe con Cristo en sus sufrimientos, a fin de que pueda ser participante con El de su gloria. Cuán pocos comprenden por qué Dios los somete a pruebas. Es mediante la prueba de nuestra fe como obtenemos fortaleza espiritual. El Señor trata de educar a su pueblo para que dependa enteramente de El. Desea que, mediante las lecciones que les enseña, lleguen a ser más y más espirituales. Si no se obedece su Palabra con toda humildad y mansedumbre, les enviará experiencias que, si son correctamente recibidas, les ayudarán a prepararse para la obra que debe ser hecha en su nombre. Dios desea revelar su poder en una manera notable a través de las vidas de los componentes de su pueblo.
—Manuscrito 76, del 20 de febrero de 1902, “El incendio del sanatorio”. (Alza tus Ojos – 20 de Febrero).
Cita 32
La Biblia debe ser la regla de conducta de la vida. Resulta pasmoso a los ojos del universo que los hombres que enseñan la Palabra no siempre practiquen la verdad. Pocos comprenden qué significa ser completos en Cristo Jesús, la voluntad revelada de Dios. Su Palabra no resulta deshonrada cuando se la introduce en la vida práctica para formar hábitos que desarrollarán el carácter… La mansedumbre cristiana abrirá caminos por todas partes y se salvarán almas preciosas para vida eterna. No tenemos ahora tiempo que perder consultando con la carne; debemos aferramos del poder espiritual de Dios y realizar las reformas antes que sea para siempre demasiado tarde.
—Carta 85, del 16 de marzo de 1896, dirigida a O. A. Olsen, presidente de la Asociación General. (Alza tus Ojos – 16 de Marzo).
Cita 33
Guardarán, pues, el día de reposo los hijos de Israel… Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel. Éxodo 31:16, 17.
No estudiamos las Escrituras como debiéramos hacerlo. En vez de invertir nuestro tiempo en el estudio de otros temas durante el día, necesitamos dedicar tiempo al estudio de las Escrituras. Necesitamos acercarnos a Dios sobre nuestras rodillas, con nuestras Biblias, y pedir la sabiduría de Dios para comprender los tesoros de verdad. No tendremos fundamento a menos que hagamos esto, porque todo lo que pueda ser sacudido lo será…Satanás está vigilando a fin de encontrar la mente desprevenida y poder así posesionarse de ella. No deseamos ignorar sus artimañas, ni queremos ser dominados por sus estratagemas.
—Manuscrito 11, del 28 de marzo de 1893, “Escudriñad las Escrituras”. (Alza tus Ojos – 28 de Marzo).
Cita 34
Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. Efesios 2:7.
La desobediencia ha cerrado la puerta a una enorme cantidad de conocimientos que podrían haberse obtenido de la Palabra de Dios. En la eternidad comprenderemos lo que se habría abierto a nuestro entendimiento si hubiéramos recibido la iluminación que nos era posible obtener aquí. Y significa obediencia a todos los mandamientos de Dios. Se habría comprendido el plan del gobierno de Dios. El mundo celestial habría abierto sus cámaras de gracia y de gloria para la exploración. Los seres humanos habrían llegado a ser totalmente diferentes de lo que son ahora en la forma, en el habla y en el canto, porque se habrían ennoblecido al explorar las minas de la verdad.
El misterio de la redención, el conocimiento de Dios y de Jesucristo en su carácter de mediador, la encarnación de Cristo nuestro Redentor, su sacrificio expiatorio, no habrían sido, como lo son ahora, asuntos imprecisos en nuestra mente. Habrían sido no solamente mejor comprendidos, sino también muchísimo más apreciados. Estos temas ocuparán los corazones, las mentes, y la lengua de los redimidos a través de las edades eternas, y delante de ellos se desplegarán nuevas comprensiones de los temas que Cristo anheló abrir ante sus discípulos pero que ellos no tuvieron la fe necesaria para buscar y captar. Durante toda la eternidad irán apareciendo nuevas perspectivas de la perfección y gloria de Cristo.
—Manuscrito 45, del 30 de marzo de 1898, “El Tesoro escondido”. (Alza tus Ojos – 30 de Marzo).
Cita 35
En la iglesia cristiana primitiva hubo hombres que fueron verdaderos discípulos de Cristo. Se reunían a menudo en los lugares donde habrían de ofrecerse oraciones. Trabajaban solamente para hacer avanzar los principios que llevaban la impronta del Cielo. Primeramente hablaban con Dios a fin de asegurarse qué espíritu era el que los impulsaba, y luego examinaban estrecha y críticamente cada punto, cada método, cada principio, a la luz que reflejaba el Sol de Justicia. No aceptaban fuego extraño. Tomaban su fuego del altar divino.
Para ellos los principios santos y justos eran sagrados, y cultivándolos se mantenían sin mancha en el mundo. Contemplando siempre a Jesús, notaban el espíritu con el cual había trabajado, y seguían su ejemplo. Compartían con otros los principios puros de la Palabra de Dios. Esta Palabra era su consejera, su guía, su estrecha compañía. Para ellos las Escrituras eran la autoridad suprema. Para cada pregunta que los inquietaba tenían una norma para consultar. No se trataba de preguntarse: “¿Qué dicen los hombres?”, sino: “¿Qué dice el Señor?”
Los que sean constreñidos por el amor de Cristo serán fieles a la obra y a la Palabra de Dios… El verdadero cristiano debe sentir siempre que depende de su Hacedor. Y no se avergonzará de reconocer esta dependencia. Como Daniel, no se atribuirá méritos a sí mismo. Dará todo el honor a Dios, haciendo conocer tanto a los mundanos como a sus hermanos que depende del Señor, y quitará de su vida todo aquello que contriste al Espíritu Santo. Como Daniel, aprovechará cada oportunidad para aumentar sus conocimientos. Comerciará con los talentos que el Señor le ha dado de acuerdo a los principios santos especificados en la Palabra y esto multiplicará su habilidad…
Si Dios da sabiduría a un hombre, su conducta estará en armonía con la voluntad de Dios, y los que se conecten con El tendrán confianza en su criterio para idear y planear para el progreso y el avance de la obra de Dios en la salvación de las almas que están a punto de perecer. El apóstol Pedro dice: “Gracia y paz os sean multiplicadas, en el conocimiento de Dios y de nuestro Señor Jesús. Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder”. 2 Pedro 1:2, 3.
—Manuscrito 66, del 24 de mayo de 1898, dirigido a la Asociación General y a nuestras casas editoras. (Alza tus Ojos – 24 de Mayo).
Cita 36
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 1 Juan 3:1.
“Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él”. 1 Juan 3:1. El mundo no comprende los principios que fundamentan nuestra conducta. Debemos estar delante de Dios con una conciencia libre de ofensa. Hay maravillosos privilegios para cada uno de nosotros.
Dios nunca coloca delante de nosotros una exigencia sin darnos el poder para cumplirla. Nunca nos pide que demos un paso delante de El. El abre el camino y nosotros debemos marchar detrás. Siguiéndole, no corremos peligro de extraviarnos. Esta es la única forma como podemos perfeccionar un carácter cristiano como mayordomos de la gracia de Dios.
Los que tienen acceso a las palabras registradas en las Escrituras quedarán sin excusa si no las aplican a sí mismos, si no purifican sus corazones de pecado. En el último gran día habremos de ser juzgados por la luz que brilló desde el trono de Dios sobre nuestro sendero… Tener el camino iluminado por la claridad del Evangelio de Cristo, tal como brilla la luz sobre nuestro sendero, implica una imponente responsabilidad. Debemos avanzar paso a paso, con los ojos puestos en nuestro Conductor. El no nos llevará ni un sólo paso fuera del camino correcto.
—Manuscrito 66, del 25 de mayo de 1905, “La necesidad de la religión en el hogar”. (Alza tus Ojos – 25 de Mayo).
Cita 37
— Carta 159, del 11 de junio de 1905, dirigida a una desalentada hermana de iglesia. (Alza tus Ojos – 11 de Junio).
Cita 38
—Carta 22, del 22 de junio de 1896, dirigida a un administrador de la iglesia de Australia. (Alza tus Ojos – 22 de Junio).
Cita 39
A medida que estudian las Escrituras son habilitados para comprender lo que leen. Trabajan en unión unos con otros. No habrá opiniones discordantes entre los que son instruidos por Dios. Los santos verdaderos son uno en espíritu y en acción. El Espíritu Santo los une, y ni aun todo el poder de los agentes satánicos puede destruir esa unión.
—Manuscrito 176, del 4 de noviembre de 1899, “Diario”, escrito en Rockhampton, Queensland, Australia. (Alza tus Ojos – 4 de Noviembre).
Cita 40
“Todas las filosofías de la naturaleza humana han venido a parar en confusión y vergüenza, siempre que Dios ha dejado de ser reconocido como todo en todo. Pero la preciosa fe inspirada de Dios comunica fuerza y nobleza de carácter. Al espaciarse en su bondad, su misericordia y su amor, la percepción de la verdad se hará cada vez más clara; el deseo de la pureza de corazón y de la claridad de pensamiento se hará también más elevado y más santo. Moviéndose el alma en la pura atmósfera de santos pensamientos, se transforma por su comunión con Dios mediante el estudio de su palabra. La verdad es tan amplia, de tanto alcance, tan profunda, tan ancha, que se pierde uno a sí mismo de vista. El corazón se ablanda y se rinde en la humildad, la bondad y el amor.”—El Ministerio de Curación, 448.
Cita 41
Si practicamos las enseñanzas que nos dejó en su Palabra, estos principios se hacen carne en nuestra vida. Esto es lo que significa comer la carne de Cristo y beber su sangre. Diariamente hemos de prepararnos para la vida gloriosa, y cuando nos unamos con la familia de lo alto, no se nos darán lecciones nuevas, sino la continuación de las que Cristo dio a sus discípulos cuando estuvo aquí…
La Palabra de Dios, estudiada y obedecida, capacita a los hombres y las mujeres para su admisión al cielo. Los que están luchando para ser verdaderos cristianos poseen la constante protección de los ángeles, puesto que son obreros juntamente con Dios, y trabajan para glorificarlo en el mundo.
—Manuscrito 83, del 20 de agosto de 1904, “Revelemos a Cristo ante el mundo”. (Alza tus Ojos – 20 de Agosto).
Cita 42
Podemos enseñar la Biblia aún muy celosamente, pero si no honramos la verdad haciendo esfuerzos proporcionales a su grandeza, nuestros conceptos acerca de Cristo no glorificarán al abnegado y sacrificado Redentor. Necesitamos a Cristo a cada momento. Es menester que contemplemos y estudiemos su carácter. ¿Qué haría Cristo si estuviera en mi lugar?, ha de ser la medida de nuestro deber.
Es posible predicar la Palabra y actuar directamente en el sentido opuesto a sus enseñanzas, mostrando en la vida familiar y laboral una forma de piedad carente de poder. En lo que concierne a Cristo no es suficiente tener vagas suposiciones. Necesitamos un Cristo permanente. Necesitamos comer su Palabra. El es el Pan de Vida. La Palabra revelada es nuestra fotografía de Jesús. El mundo sólo puede ser expulsado del alma llenando a ésta de Cristo.
Así como la vida del cuerpo se produce por los alimentos temporales que se ingieren, la vida del alma, por los alimentos espirituales. El que quiera tener una vigorosa vida espiritual debe comer la carne y beber la sangre del Hijo de Dios. Cristo asevera: “Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás… El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero. Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida. El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él. Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que come él también vivirá por mí”. Juan 6:35, 54-57. Oh, que los obreros en cada rama del servicio de Dios coman de las hojas del árbol de la vida, que son para la sanidad de las naciones.
—Carta 125, del 1 de septiembre de 1901, dirigida al pastor S. N. Haskell y Sra., que estaban haciendo obra evangelizadora entre la gente de color en la ciudad de Nueva York. (Alza tus Ojos – 1 de Septiembre).
Cita 43
Otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia, la gran ciudad, porque ha hecho beber a todas las naciones del vino del furor de su fornicación. Apocalipsis 14:8.
Y éstos eran más nobles que los que estaban en Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando cada día las Escrituras para ver si estas cosas eran así. Hechos 17:11.
Es de poco valor examinar superficialmente las Escrituras. Si hemos de comprender las palabras de Cristo, la reflexión debe acompañar al escudriñamiento de las Escrituras. Debiéramos abrirlas con gran reverencia y no en forma descuidada y desganada. Las palabras de Cristo son espíritu y son vida para el que las recibe.
Su amonestación a los fariseos fue: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”. Juan 5:39. Escudriñaban las Escrituras en busca de evidencias de la aparición del Cristo, reunían toda evidencia relacionada con la manera en la que suponían habría de venir, en tanto Cristo estaba entre ellos y no lo discernían mediante la fe… En nuestros días, como en los días de Cristo, se entenderá e interpretará erróneamente la Escritura. Si los judíos las hubieran estudiado con corazones piadosos, fervientes y humildes, su escudriñamiento habría sido recompensado no solamente con un verdadero conocimiento del tiempo, sino también de cómo se produciría la primera aparición de Cristo. No habrían atribuído las glorias de la segunda venida de Cristo a la primera. Tenían el testimonio de Daniel, de Isaías y de otros profetas; tenían las enseñanzas de Moisés; Cristo mismo estaba en medio de ellos, y continuaban escudriñando las Escrituras en busca de alguna evidencia de su venida. Al mismo tiempo, hacían con Cristo lo que se había profetizado que harían. Estaban tan enceguecidos que no conocieron el tiempo de su visitación ni lo que estaban haciendo. Así cumplieron la Escritura.
Muchos hacen lo mismo hoy… debido a que no han experimentado el mensaje de los tres ángeles. Hay quienes escudriñan las Escrituras en busca de pruebas de que estos mensajes están todavía en el futuro. Reconocen la veracidad de los mensajes, pero fracasan en ponerlos en el lugar que les corresponde en la historia profética y confunden a la gente. No perciben ni comprenden el tiempo del fin, ni dónde colocar estos mensajes.
El día de Dios se aproxima con pasos furtivos, pero los hombres supuestamente sabios y grandes hablan de una “educación superior”, que suponen se origina en las mentes finitas. No distinguen las señales de la venida de Cristo o del fin del mundo. El centinela debe conocer en qué momento de la noche está. Todo se reviste ahora con una solemnidad que los que creen la verdad deben percibir y sentir… En este tiempo, las pequeñeces de la vida no son sino una mota. Lo que atañe a la eternidad es de la mayor importancia.
—Manuscrito 41a. del 20 de diciembre de 1896, sin título. (Alza tus Ojos – 20 de Diciembre).
Cita 45
Sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. 2 Timoteo 2:22.
Cuando Dios es el tema de todo pensamiento, el objeto del amor, de la reverencia y de la adoración; cuando el Señor Jesús ocupa el primer lugar en la mente, el corazón es purificado de toda contaminación moral. Entonces el alma se transforma en juez certero; cada actitud es sazonada con gracia. La responsabilidad ante un Dios personal y que todo lo ve, coloca a cada ser humano sobre un terreno elevado. Habrá entonces pensamientos profundos y genuina abnegación, porque Dios obra en los corazones de los hijos de su amor, que son su herencia.
El amor de Dios siempre lleva al temor de Dios, el temor de ofenderle. Los que están verdaderamente convertidos cuidarán de no estar sobre los límites de lo malo, no sea que entristezcan al Espíritu de Dios y sean abandonados a su propio camino y llenados con sus propios quehaceres. La Palabra de Dios es el Libro Guía; no se aparten de él para depender de instrumentos humanos. Contiene las advertencias, las amonestaciones, la reprensión, la definición clara del pecado como la transgresión de la ley, la gran norma de virtud y santidad. La Palabra está llena de advertencias, de invitaciones misericordiosas y de condenación del mal. Nadie que la estudie y aplique sus enseñanzas errará el camino.
—Carta 4, del 23 de diciembre de 1893, dirigida a los “Queridos hermanos y hermanas”. (Alza tus Ojos – 23 de Diciembre).
Cita 46
Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. 2 Timoteo 2:15.
Tengan cuidado al interpretar las Escrituras. Léanlas con el corazón abierto a la influencia de la Palabra de Dios, y entonces ésta traerá luz del cielo y dará entendimiento a los simples. No me refiero a los retardados mentales, sino a los que se extralimitan en su anhelo de ser originales e independientes con el fin de lograr un conocimiento que supere el verdadero conocimiento.
Todos los que enseñan la Palabra de Dios emprenden una tarea muy solemne y sagrada; porque al escudriñarla reciben luz y un conocimiento correcto que deben impartir con los que la ignoran. La enseñanza consiste en inculcar ideas llenas a la vez de luz y verdad. Todo el que investiga las Escrituras con diligencia y paciencia para poder enseñar a los demás, y emprende la tarea con integridad y honestidad, abandonando, antes de comenzar su estudio, todo preconcepto, de cualquier naturaleza que sea, y todos los prejuicios que haya podido heredar, llegará a tener un conocimiento verdadero.
Es fácil interpretar erróneamente la Escritura, poniendo énfasis en ciertos pasajes y adjudicándoles un significado que, de primera intención puede parecer verdadero, pero que una investigación ulterior demostrará que es falso. Si el que busca la verdad compara un pasaje con otro, descubrirá la clave para abrir el almacén de los tesoros, clave que le dará una verdadera comprensión de la Palabra de Dios. Entonces se dará cuenta de que sus primeras impresiones no resisten una investigación más profunda, y que al continuar creyendo en ellas tendrá una mezcla de verdad y error.
El salmista David cambió muchas veces de opinión a lo largo de su vida. A veces, al vislumbrar la voluntad y los procedimientos de Dios, se sintió sumamente entusiasmado. En otras ocasiones, al percibir el reverso de la misericordia y el amor inmutable de Dios, le pareció que todo estaba rodeado por una nube de tinieblas. Pero en medio de la oscuridad logró tener una visión de los atributos de Dios, lo que le dio confianza y fortaleció su fe… Al llorar y orar, tuvo una visión más clara del carácter y los atributos de Dios; fue educado por seres celestiales, y llegó a la conclusión de que sus ideas acerca de la justicia y la severidad de Dios eran exageradas.
—Manuscrito 4, del 4 de febrero de 1896. (Cada Día con Dios – 4 de Febrero).
Cita 47
El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros. Lucas 17:20, 21.
El reino de los cielos se puede sentir, pero no se puede ver. La obra que realiza interiormente el Espíritu de Dios se puede comparar con la de la levadura… Cristo ilustra lo que es el corazón humano por medio de esta parábola. La levadura de la verdad, al obrar interiormente, se revelará en la vida. El corazón debe ser purificado de toda inmundicia; el hombre debe estar preparado y debe tener rasgos de carácter que lo capaciten para servir al Señor en cualquier ramo de la obra.
El proceso mediante el cual la levadura transforma la masa en cuyo interior se encuentra, es invisible, pero su influencia continúa hasta que ésta se convierte en pan. De ese modo el Espíritu de Dios debe producir un cambio radical. No se proporcionan facultades nuevas al individuo, sino que se opera un cambio total en el empleo de ellas. Las inclinaciones naturales se suavizan y se someten. Se implantan nuevos pensamientos, nuevos sentimientos y nuevos motivos. Pero aunque cada facultad se regenera, el hombre no pierde su identidad…
Las Escrituras constituyen el gran instrumento que obra esta transformación. Cristo oró: “Santifícalos en tu verdad; tu Palabra es verdad”. Juan 17:17. Somos colaboradores de Dios en esta gran obra. El instrumento divino necesita la cooperación del instrumento humano… La masa en cuyo interior se ha colocado la levadura representa el corazón del que cree en Jesús y lo recibe. Cristo manifiesta en lo exterior los principios que sólo él puede implantar en el interior del ser. El mundo considera un misterio insoluble a esta clase de seres humanos.
—Manuscrito 82, del 26 de junio de 1898, “La levadura de la verdad”. (Cada Día con Dios – 26 de Junio).
Cita 48
El Espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; las palabras que yo os he hablado son Espíritu y son vida… Desde entonces muchos de sus discípulos volvieron atrás, y ya no andaban con él. Dijo entonces Jesús a los doce: ¿Queréis acaso iros también vosotros? Le respondió Simón Pedro: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Juan 6:63, 66-69.
Para los que obedecen la Palabra de Dios, ésta es el árbol de la vida. Es la Palabra de salvación, recibida para vida eterna. Los que siguen sus enseñanzas comen la carne y beben la sangre del Hijo de Dios. Del efecto que produzca esta Palabra en nosotros depende nuestro destino eterno. Posee los elementos necesarios para la formación de un carácter perfecto. Se requiere que el cristiano esté tan íntimamente relacionado con el Señor que su vida esté ligada con la de Cristo en la vida eterna de Dios.
—Carta 60, del 21 de abril de 1900, dirigida a un joven que buscaba el consejo de Elena G. de White. (Cada Día con Dios – 21 de Abril).
Cita 49
Tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos. Isaías 49:25.
Los votos de David registrados en el Salmos 101 deberían ser los de todos aquellos sobre quienes descanse la responsabilidad de cuidar la influencia del hogar. David declaró: “Entenderé el camino de la perfección … En la integridad de mi corazón andaré en medio de mi casa. No pondré delante de mis ojos cosa injusta”. Salmos 101:2, 3.—The Review and Herald, 12 de octubre de 1911.
El enemigo de las almas inventará muchas cosas para llevar las mentes de nuestros jóvenes de la firme fe en Dios a las prácticas idólatras del mundo… Los esfuerzos de Satanás para malograr el pensamiento y confundir el juicio son incesantes y debemos estar en guardia… Deberíamos tratar de mantener fuera de nuestros hogares toda influencia que no sea productora de bien. En este asunto algunos padres tienen mucho que aprender.
A los que se sienten libres para leer revistas de historietas y novelas, les digo: Estáis sembrando semillas cuya cosecha no os cuidaréis de recoger. No hay ninguna fuerza espiritual para sacar de tales lecturas. Más bien destruyen el amor por la pura verdad de la Palabra. Por medio de las novelas y de las revistas de historietas Satanás está tratando de llenar de pensamientos irreales y triviales las mentes que deberían estar estudiando con diligencia la Palabra de Dios. Así está robando a miles y miles de personas el tiempo, la energía y la autodisciplina que requieren los graves problemas de la vida.
Enséñesele a la juventud a estudiar intensamente la Palabra de Dios… Si los consejos de la Palabra de Dios son seguidos fielmente, la gracia salvadora será llevada a nuestra juventud, porque los niños que son educados a amar y obedecer a Dios y que se entregan al poder modelador de su Palabra, son los objetos del especial cuidado y bendición de Dios.
—The Review and Herald, 5 de noviembre de 1911. (En los Lugares Celestiales – 27 de Julio).
Cita 50
Dios trabajará con los que quieren escuchar su voz. La Palabra de Dios debiera ser nuestra consejera, y debiera guiarnos en nuestra experiencia. Las lecciones de la historia del Antiguo Testamento, si se las estudia con fidelidad, nos mostrarán cómo se puede lograr esto. Cristo, envuelto en una columna de nube de día y en una columna de fuego de noche, era el Guía y la Luz de los hijos de Israel mientras peregrinaban por el desierto. Tenían un Guía infalible. Mediante todas sus vicisitudes, Dios estaba enseñándoles a obedecer a su Guía celestial, y a que tuvieran fe en su poder libertador.
Su liberación de las aflicciones de Egipto, y su paso a través del Mar Rojo, les manifestaron su poder para salvar. Cuando se revelaban contra él y desobedecían su voluntad, Dios los castigaba. Cuando persistían en su rebelión y se decidían a seguir su propio camino, Dios les daba lo que pedían, y de esa manera les mostraba que cuando los privaba de algo era para su propio bien. Todo juicio que les sobrevino como resultado de sus murmuraciones era una lección para esa vasta multitud que el pesar y el sufrimiento son siempre el resultado de la transgresión de las leyes de Dios.
La historia del Antiguo Testamento se registró en beneficio de las generaciones venideras. También son muy necesarias las lecciones del Nuevo Testamento. Aquí de nuevo Cristo es el Instructor, que conduce a su pueblo para que busque esa sabiduría que viene de lo alto, y para que obtenga esa instrucción acerca de la justicia que modelará el carácter de acuerdo con la semejanza divina.
Las Escrituras, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo, nos enseñan los principios en que se basan tanto la obediencia a los mandamientos como los requisitos para obtener esa vida que se equipara con la de Dios, porque por medio de la obediencia llegamos a participar de la naturaleza divina, y aprendemos a huir de la corrupción que encontramos en el mundo debido a la concupiscencia. Por lo tanto, debemos estudiar sus máximas y obedecer sus mandamientos y principios, que son más preciosos que el oro, para incorporarlos a nuestro diario vivir.
—Carta 342, del 2 de septiembre de 1907, a los obreros del sur de California. (Cada Día con Dios – 2 de Septiembre).
Cita 51
La Palabra de Dios debe ser cada día nuestro Maestro. Es la única verdadera fuente de consuelo en todas nuestras tribulaciones, la única fuente de ánimo e instrucción en nuestro trabajo. El cristiano debe ser un representante de los principios del cielo. Está comprometido por sagradas obligaciones a presentar la verdad con su virtud y su bondad. La gentileza, la amabilidad y la estricta veracidad debieran caracterizar sus palabras y actos. Consagrado a Dios, apartado para su servicio, siempre honrará su fe religiosa. Ni una sola hebra de egoísmo debe estar entrelazada con su carácter. Debemos educarnos para revelar el Espíritu de Dios en toda la obra de nuestra vida.
Al tratar de llegar a la perfección que Dios desea que logremos, se irá manifestando para nosotros insensiblemente la imagen de Dios mediante nuestras palabras, nuestros actos y nuestro espíritu. El ser humano recibirá el molde del Ser divino.
—Carta 300, del 29 de septiembre de 1907, dirigida al pastor O. A. Olsen, presidente de la Unión Australasiana. (Cada Día con Dios – 29 de Septiembre).
Cita 52
Y Pedro le siguió de lejos hasta dentro del patio del sumo sacerdote; y estaba sentado con los alguaciles, calentándose al fuego. Marcos 14:54.
Nadie se aventure a suponer que la misericordia de Dios lo abarca todo, para sentirse libre de pecar tanto como pueda, sin abandonar la esperanza de que finalmente Dios lo perdonará y lo salvará. Es sin duda una triste resolución seguir a Cristo tan lejos como sea posible, aventurándose a llegar tan cerca de los límites de la perdición como sea posible hacerlo, sin caer en ella. Fue ciertamente un gran sacrificio el que hizo Cristo en favor del hombre al morir por él en la cruz. ¿Qué estamos dispuestos nosotros a sacrificar por su amor? Cristo dice: “Si me amáis, guardad mis mandamientos” (Juan 14:15); no se trata de seleccionar uno, dos o nueve, sino los diez; debemos guardar todos sus mandamientos.
Juan, al referirse a los que pretenden amar a Dios sin obedecer sus requerimientos, dice lo siguiente: “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él”. 1 Juan 2:4… Jesús se encontraba entre los humildes de la tierra. No se ubicó junto a los eruditos rabinos o a los dirigentes. No se lo encontró entre los potentados de la tierra, sino entre los de baja condición… Los ángeles del cielo no descendieron a la escuela de los profetas ni cantaron sus himnos en el templo o las sinagogas, sino que salieron al encuentro de seres humanos que eran lo suficientemente humildes como para recibir el mensaje.
Cantaron las alegres nuevas del Salvador en las llanuras de Belén, mientras los grandes hombres, los dirigentes y los honorables quedaban en tinieblas, porque estaban perfectamente satisfechos con su situación y no sentían necesidad de una piedad mayor a la que tenían… Los grandes hombres, y los que profesan ser sumamente buenos, pueden llevar a cabo obras terribles impulsados por su fanatismo y por lo exaltado del cargo que ocupan, y vanagloriarse al mismo tiempo de que están sirviendo a Dios.
No conviene confiar en ellos. Usted y yo necesitamos a toda costa la verdad bíblica. Como los nobles bereanos, tenemos que escudriñar cada día las Escrituras con ferviente oración, para conocer la verdad, y entonces obedecerla a toda costa sin hacer caso de la opinión de los hombres grandes o buenos.
—Carta 35, del 6 de noviembre de 1877, dirigida a Carolina Clough, una pariente no adventista. (Cada Día con Dios – 6 de Noviembre).
Cita 53
Debemos escudriñar las Escrituras por nosotros mismos. Al escrutarlas como tesoro escondido, las verdades que encontremos nos darán fortaleza para resistir en el día de Dios. El Señor nos considera responsables por aquellos que nos rodean. Hay pecadores que salvar; almas que ganar. ¿Permitiremos que la iniquidad nos separe de Cristo y de la obra que nos ha encargado hacer? Cada uno de nosotros diga: “No le fallaré al Salvador. No debe morir en vano por mí. Quiero alabarlo por toda la eternidad. Quiero llegar al cielo a cualquier costo”. ¿Quieren ver ustedes al Rey en su hermosura? ¿Quieren estar de pie frente al trono blanco? Entonces tienen que obedecer los mandamientos de Dios…
—Manuscrito 31, del 7 de noviembre de 1886, “Sometamos nuestra voluntad a la de Dios”. Sermón pronunciado en Torre Pellice, Italia. (Cada Día con Dios – 7 de Noviembre).
Cita 54“Todos necesitamos un guía a través de las muchas estrecheces de la vida, tanto como el marino necesita un piloto entre los bajíos o las rocas del río. ¿Dónde puede encontrarse ese guía? Os indicamos la Biblia.»—Testimonios Selectos 4:61.
Cita 55
“Muchos de los que pretenden creer y enseñar el Evangelio caen en un error similar. Ponen a un lado las escrituras del Antiguo Testamento, de las cuales Cristo declaró: ‘Ellas son las que dan testimonio de mí.’ Al rechazar el Antiguo Testamento, prácticamente rechazan el Nuevo; pues ambos son partes de un todo inseparable. Ningún hombre puede presentar correctamente la ley de Dios sin el Evangelio, ni el Evangelio sin la ley. La ley es el Evangelio sintetizado, y el Evangelio es la ley desarrollada. La ley es la raíz, el Evangelio su fragante flor y fruto.”—Sketches From the Life Paul, 119.
Cita 56
“La Palabra de Dios es luz y verdad: una lámpara para los pies y una antorcha para el sendero. Puede guiar cada paso del camino hasta la ciudad de Dios.”
—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 354.
Cita 57
… La Biblia, perfecta como es en su sencillez, no corresponde a las grandes ideas de Dios; porque las ideas infinitas no pueden ser expresadas perfectamente por medio del instrumento finito del pensamiento …” “Dios se había propuesto hacer de la Biblia un libro de instrucción para toda la humanidad, en la niñez, en la juventud y en la edad adulta y que fuese estudiada en todo tiempo. El dio su palabra a los hombres como una revelación de él mismo … Es el medio de comunicación entre Dios y el hombre.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 78.
Cita 58
“En su Palabra, Dios ha dado a los hombres el conocimiento necesario para la salvación. Las Santas Escrituras deben ser aceptadas como dotadas de autoridad absoluta y como revelación infalible de su voluntad. Constituyen la regla del carácter, nos revelan doctrinas, y son la piedra de toque de la experiencia religiosa.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 9.
Cita 59
“La Palabra de Dios, como el carácter de su divino Autor, presenta misterios que nunca podrán ser plenamente comprendidos por seres finitos.« FV 16.2 {La Fe por la cual Vivo 16.2}
Cita 60
‘El incrédulo Voltaire dijo con arrogancia en cierta ocasión: ‘Estoy cansado de oír de continuo que doce hombres establecieron la religión cristiana. Yo he de probar que un solo hombre basta para destruirla.’ Han transcurrido varias generaciones desde que Voltaire murió y millones de hombres han secundado su obra de propaganda contra la Biblia. Pero lejos de agotarse la circulación del precioso libro, allí donde había cien ejemplares en tiempo de Voltaire hay diez mil hoy día, por no decir cien mil. Como dijo uno de los primitivos reformadores hablando de la iglesia cristiana: ‘La Biblia es un yunque sobre el cual se han gastado muchos martillos.’ Ya había dicho el Señor: ‘Ninguna arma forjada contra ti tendrá éxito; y a toda lengua que en juicio se levantare contra ti, condenarás.’” Isaías 54:17 (VM).—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 332.
Cita 61
“La vida de Cristo, que da vida al mundo, está en su palabra. Fue por su palabra como Jesús sanó la enfermedad y echó los demonios; por su palabra calmó el mar y resucitó los muertos…. Así como nuestra vida física es sostenida por el alimento, nuestra vida espiritual es sostenida por la Palabra de Dios. Y cada alma ha de recibir la vida de la Palabra de Dios para sí. Como debemos comer por nosotros mismos a fin de recibir alimento, así hemos de recibir la palabra por nosotros mismos…. En sus promesas y amonestaciones, Jesús se dirige a mí…. Lo experimentado según se relata en la Palabra de Dios, ha de ser lo que yo experimente. La oración y la promesa, el precepto y la amonestación, son para mí.”—{El Deseado de Todas las Gentes, 340, 341}
Cita 62
“Al comer su Palabra, aumenta nuestra fuerza espiritual, crecemos en la gracia y el conocimiento de la verdad. Se forman y fortalecen hábitos de dominio propio. Las flaquezas de la infancia—inquietud, caprichos, egoísmos, palabras apresuradas, actos apasionados—desaparecen y en su lugar, se desarrollan las gracias de la virilidad y la femineidad cristianas.”—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educacion Cristiana, 160.
Cita 63
“El Evangelio del Nuevo Testamento, no es la norma del Antiguo Testamento rebajada para ponerla a la altura del pecador y salvarlo en sus pecados. Dios requiere la obediencia de todos sus súbditos, la completa obediencia a todos sus mandamientos.”—The S.D.A. Bible Commentary 6:1072.
(GS – 11/24/2022)
*Las citas de este libro se actualizan constantemente