Integridad

Cita 1

Pesa exacta y justa tendrás; efa cabal y justo tendrás, para que tus días sean prolongados sobre la tierra que Jehová tu Dios te da. Deuteronomio 25:15.

En todos los detalles de la vida, los cristianos han de seguir los principios de la estricta integridad. Estos no son los principios que gobiernan el mundo; pues allí Satanás es el señor, y sus principios de engaño y opresión conllevan esa inclinación. Pero los cristianos sirven a un Señor diferente, y sus acciones deben ser forjadas en Dios. Deben poner a un lado todo deseo de ganancia egoísta. Para algunos, la desviación de la perfecta honestidad en los tratos de negocios les podría parecer asunto de poca importancia, pero nuestro Salvador no lo ve así. Sus palabras en este punto son explícitas y claras: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto”. Lucas 16:10.

En cada acción de la vida el verdadero cristiano se comporta tal como desearía que quienes lo rodean pensaran que es. Es guiado por la verdad y la rectitud. No aparenta, puesto que no tiene nada que esconder. Puede ser criticado, puede ser probado; pero a través de todo ello, su inflexible integridad resplandece como oro puro.

Es amigo y benefactor de todos los que se conectan con él; y sus compañeros confían en él, porque es digno de confianza… No les retiene el dinero que tan arduamente ganaron… Alivia las necesidades de sus hermanos menos afortunados. No busca aumentar sus posesiones sacando ventaja de las circunstancias externas de su prójimo. Acepta sólo el precio justo por lo que vende. Si hay defectos en los artículos que vende, se lo dice francamente al comprador, aun cuando al hacerlo así pueda parecer que trabaja contra sus propios intereses.

Un hombre puede no tener una apariencia agradable; pero si tiene reputación de trato honesto y justo, es respetado… Un hombre que se adhiere sinceramente a la verdad gana la confianza de todos. No sólo confían en él los cristianos; los mundanos se sienten forzados a reconocer el valor de su carácter. (Dios nos Cuida – 23 de Noviembre).


Cita 2

Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no práctica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca. 1 Juan 5:18.

Cuando un alma se ha convertido cabalmente, los malos hábitos naturales desaparecen con la ayuda de Cristo, y todas las cosas son hechas nuevas. Entre los que profesan ser siervos de Cristo, debería existir un ferviente propósito, tal como el que manifestó Daniel en la corte de Babilonia. Sabía que Dios era su fortaleza y su escudo, su vanguardia y su retaguardia. Entre las corrupciones que lo rodearon en la corte de Babilonia, se mantuvo libre de las imágenes y los sonidos que podían seducirlo y hacerlo caer en la tentación. Cuando sus deberes requerían que estuviera presente en escenas de orgía, intemperancia y la más baja idolatría, cultivó el hábito de orar silenciosamente, y así lo protegió el poder de Dios. Tener la mente elevada hacia Dios será beneficioso en todo tiempo y lugar… –AFC 245.5 (A Fin de Conocerle) The Youth’s Instructor, 7 de junio de 1894.


Cita 3

El alma que ama a Dios, se complace en obtener fuerza de él mediante una constante comunión con él. Cuando la conversación con Dios se convierte en el hábito del alma, se rompe el poder del diablo, porque Satanás no puede morar cerca del alma que está junto a Dios. Si Cristo es vuestro compañero, no tendréis pensamientos vanos e impuros; no os complaceréis en pronunciar palabras frívolas que afligirán al que ha sido el santificador de vuestra alma… La religión de Cristo refinará el gusto, santificará el juicio, elevará, purificará y ennoblecerá el alma.—AFC 249.2 (A Fin de Conocerle) The Review and Herald, 3 de diciembre de 1889.


Cita 4

Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres. Tito 2:11.

Todas las acciones de nuestra vida, nuestras transacciones comerciales con nuestros prójimos, deben ser regidas por la ley de Dios, y bajo ninguna circunstancia debemos apartarnos de la verdad y la justicia en nuestro trato con los demás. El Señor no tolerará los pecados de ningún hombre que agravie a su prójimo. Con los rostros vueltos hacia el cielo, elevando nuestras peticiones a Dios, desarrollando un amor desinteresado por nuestros prójimos a causa de nuestro supremo amor a Cristo Jesús, quien los compró con su propia sangre, es como nos elevamos por encima de las tentaciones más gravosas y sutiles.

En todas las circunstancias debemos tratar a aquellos con quienes nos relacionamos, que son de condición humilde, con gran deferencia y respeto, porque tienen muy poco de lo que hace feliz la vida, y porque necesitan ayuda. Las almas son demasiado preciosas como para ser tratadas en forma descuidada. Son la posesión adquirida de Dios. Aquellos a quienes pasamos por alto como inferiores. el Señor los colocará en posiciones elevadas si confían en El.

Nunca olvide que los pensamientos se traducen en acciones. Las acciones repetidas forman los hábitos, y los hábitos forman el carácter. Por lo tanto, si se presta atención a las cosas pequeñas no hay razón para temer que las cosas grandes lleguen a mancharse y corromperse.

La Biblia debe ser la regla de conducta de la vida. Resulta pasmoso a los ojos del universo que los hombres que enseñan la Palabra no siempre practiquen la verdad. Pocos comprenden qué significa ser completos en Cristo Jesús, la voluntad revelada de Dios. Su Palabra no resulta deshonrada cuando se la introduce en la vida práctica para formar hábitos que desarrollarán el carácter… La mansedumbre cristiana abrirá caminos por todas partes y se salvarán almas preciosas para vida eterna. No tenemos ahora tiempo que perder consultando con la carne; debemos aferramos del poder espiritual de Dios y realizar las reformas antes que sea para siempre demasiado tarde. Carta 85, del 16 de marzo de 1896, dirigida a O. A. Olsen, presidente de la Asociación General.  (Alza tus Ojos – 16 de Marzo).


Cita 5

Si fuerais del mundo, el mundo amaría lo suyo; pero porque no sois del mundo, antes yo os elegí del mundo, por eso el mundo os aborrece. Juan 15:19.

Como cristianos, no debemos sentirnos incómodos e impacientes al entrar en contacto con hombres del mundo. Ellos no creen en la verdad. No importa qué cosa digan o hagan, mantengan la calma. Cada vez que dan rienda suelta a sus sentimientos y se irritan, manifiestan con sus palabras que no tienen la fe que obra por el amor y santifica el alma. Tienen orgullo personal y una gran medida de autosuficiencia, y en ningún caso están preparados para relacionarse ya sea como comerciantes o aun como cristianos, porque sus atributos de carácter no armonizan con la Biblia como para retener la posición de socios.

Los cristianos pueden mantener una reputación limpia si son cristianos, es decir, como Cristo. Dios ha hecho todas las provisiones para que por medio de la fe en el Señor Jesucristo no tengan por qué fracasar ni sentirse desanimados por un futuro oscuro y atribulado, que El sabía que llegaría.

El Señor Jesucristo sentía pena por sus discípulos, porque tendrían que pasar por múltiples aflicciones en el mundo. Los preparó para ese tiempo de prueba, de gran tentación y peligro de perder la fe, presentando delante de sus mentes la parte alentadora del futuro. Debía mezclar los matices brillantes y llenos de esperanza con los oscuros.“Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí”. Vers. 26. Les habló acerca de cómo deberían cooperar con el Espíritu Santo. La gran Fuente de su fortaleza -que constituye nuestro consuelo, esperanza y valor inmutables- estaría siempre al alcance de ellos.  Manuscrito 8, del 3 de mayo de 1893, “Diario”. (Alza tus Ojos – 3 de Mayo).


Cita 6

No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta. Romanos 12:2.

Debemos estar libres de las costumbres y las servidumbres de la sociedad para que, cuando estén en juego los principios de nuestra fe, no vacilemos en mostrar nuestros colores, aunque se nos llame raros por hacerlo.

Mantengan sensible la conciencia, para que puedan escuchar el más débil susurro de la voz de Aquel que habló como nadie lo hizo antes.

Muestran los que quieran llevar el yugo de Cristo una firmeza de propósito que los induzca a hacer el bien por el bien mismo. Mantengan los ojos fijos en Jesús, preguntándose a cada paso: “¿Es éste el camino del Señor?”

Cuando los hombres relacionados con la obra de Dios permiten que se los compre y se los venda, cuando violan la verdad para obtener el favor y la aprobación de otros hombres, Dios los anota en su libro y considera que han traicionado sus sagrados cometidos.Cada hombre debe mantener su independencia moral, resuelto a que su mente sea sólo modelada por el Espíritu Santo. Dios pide que los soldados de su guardia no estén dispuestos a repetir las palabras de hombres que si estuvieran convertidos ejercerían una buena influencia, pero que como no lo están no se puede depender de ellos. Cuando se produzca la emergencia, esos hombres con toda seguridad conducirán a la gente por sendas extraviadas…

No debemos recibir el molde del criterio del mundo, ni tampoco acomodarnos al tipo que éste prescribe. El pueblo de Dios escuchará conversaciones referentes a la aplicación de planes y métodos equivocados. Se pronunciarán palabras irreverentes. Algunos se burlarán de la religión. Escuchen la voz de Dios: “Hijo mío, si los pecadores te quisieren engañar, no consientas”. Proverbios 1:10. Manuscrito 121, del 2 de octubre de 1898, “Ejemplo de fidelidad”.(Cada Día con Dios – 2 de Octubre).


Cita 7

En cuanto a mí, en mi integridad me has sustentado, y me has hecho estar delante de ti para siempre. Salmos 41:12.

En cada acto de la vida, el verdadero cristiano es sólo lo que desea que piensen que es los que lo rodean. Se guía por la verdad y la rectitud… Puede ser criticado, probado, pero a través de todo, su inflexible integridad resplandece como oro puro. Es un amigo y un benefactor de todos los que están relacionados con él, y sus semejantes tienen puesta su confianza en él porque es digno de crédito. ¿Emplea obreros para recoger su cosecha? No les escatima el dinero duramente ganado. ¿Tiene medios que no necesita ocupar de inmediato? Alivia las necesidades de sus hermanos menos afortunados. No trata de agrandar sus posesiones aprovechándose de las circunstancias adversas de sus vecinos. Acepta sólo el precio justo de lo que vende. Si hay defectos en los artículos vendidos, habla francamente al comprador, aun cuando con ello pueda parecerle que obra contra sus propios intereses pecuniarios… Satanás conoce muy bien qué poder para bien hay en la vida de un hombre de integridad inflexible, y hace ingentes esfuerzos para impedir que esos hombres vivan tales vidas. Se les acerca con seductoras tentaciones, prometiéndoles salud, posición, honor mundanal, si tan sólo flaquean en los principios de justicia. Y tiene mucho éxito… En la triste historia de muchos que han caído aprendemos el peligro de la prosperidad. No son los que han perdido sus bienes los que están en mayor peligro sino aquellos que han conseguido una fortuna… La oración es a menudo pedida por hombres y mujeres que están en aflicción; y eso es correcto. Pero los que están en prosperidad tienen mayor necesidad de la oración de los siervos de Dios, porque están en mayor peligro de perder la salvación. En el valle de la humillación los hombres caminan seguros mientras reverencian a Dios.—The Watchman, 26 de mayo de 1908. (En los Lugares Celestiales – 24 de Agosto).


 

 

GS – 11/26/2022

 

*Las citas de este libro se actualizan constantemente

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