Cita 1
El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto. Lucas 16:10
La vida no está hecha únicamente de cosas grandes; son las cosas pequeñas las que forman la suma de la felicidad de la vida o de sus miserias. Son las pequeñas cosas de la vida las que revelan el verdadero carácter de una persona. Cada error, aunque parezca sin importancia, deja una cicatriz en esta vida y una mancha en los registros celestiales. Pequeñas obras de caridad, pequeñas palabras de bondad, pequeños actos de abnegación, un sabio aprovechamiento de las oportunidades, un diligente cultivo de los pequeños talentos, hacen a los hombres grandes a la vista de Dios. (Dios nos cuida – Abril 19).
Cita 2
No defraudando, sino mostrándose fieles en todo, para que en todo adornen la doctrina de Dios nuestro Salvador. Tito 2:10.
Todo aquel que nombra el nombre de Cristo debe adornar la doctrina de Cristo nuestro Salvador mediante una vida bien llevada y un comportamiento piadoso, y también el adorno de un espíritu manso y sereno… Si poseéis esto, tendréis favor con Cristo y con los hombres. Las palabras pronunciadas con apresuramiento hieren y magullan las almas y la herida más profunda se produce en el alma del que las pronuncia. Evitad pronunciar palabras que promoverán dificultades. Es mejor soportar el mal que hacer el mal. Dios quiere que cada uno de sus seguidores, hasta donde sea posible, viva en paz con todos los hombres… Debemos ser semejantes a Cristo. (Dios nos cuida – Abril 23).
Cita 3
Cita 4
Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo. Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará. 1 Corintios 3:11-13.
Así como el fuego revela la diferencia entre el oro, la plata y las piedras preciosas, y la madera, el heno y la hojarasca, el día del juicio probará los caracteres, mostrando la diferencia entre los caracteres formados a semejanza de Cristo y los caracteres formados a semejanza del corazón egoísta.
El carácter no se obtiene recibiendo determinada educación. No se obtiene amasando riqueza o ganando honores mundanos. No se obtiene haciendo que otros peleen la batalla de la vida por nosotros. Debe buscárselo, debe trabajarse en procura de él, hay que pelear por él; y requiere un propósito, una voluntad, una determinación. Formar un carácter que Dios pueda aprobar requerirá un esfuerzo perseverante. Exigirá una resistencia continua a los poderes de la tinieblas…
En el tiempo de gracia que se nos concede aquí, cada uno de nosotros está construyendo un edificio que deberá pasar por la inspección del Juez de toda la tierra. Esta obra es la edificación de nuestros caracteres. Cada acto de nuestra vida es una piedra en ese edificio, cada una de nuestras facultades es un obrero, cada golpe que se da lo es para el bien o para el mal. Las palabras de inspiración nos advierten que seamos cuidadosos cómo construimos, para ver que nuestro fundamento es seguro. Si construimos sobre la roca sólida, obras puras, nobles y derechas, la estructura se levantará hermosa y simétrica, un templo adecuado para la morada interna del Espíritu Santo. (Dios nos Cuida – 4 de Junio).
Cita 5
Me mostrarás la senda de la vida; en tu presencia hay plenitud de gozo; delicias a tu diestra para siempre. Salmos 16:11.
No penséis que cuando camináis con Cristo debéis andar en la sombra. Las personas más felices del mundo son las que confían en Jesús y ejecutan alegremente sus órdenes. De las vidas de los que lo siguen están ausentes el desasosiego y el malestar… Pueden encontrarse con pruebas y dificultades, pero sus vidas están llenas de gozo; porque Cristo camina a su lado y su presencia alumbra el sendero.
Los que consagren el cuerpo, el alma y el espíritu al servicio de Dios recibirán constantemente una nueva provisión de poder físico, mental y espiritual. Las provisiones inagotables del cielo están a su disposición. Cristo les da la vida de su vida. El Espíritu Santo dispone sus energías más elevadas para obrar en la mente y corazón. Por medio de la gracia que nos ha sido dada, podemos obtener victorias que, debido a nuestros defectos de carácter y la pequeñez de nuestra fe, pueden habernos parecido imposibles. A todo aquel que se ofrece al Señor para servirle, sin reservarse nada, se le da poder para que logre resultados incalculables. (Dios nos Cuida – 5 de Junio).
Cita 6
Yo Jehová la guardo, cada momento la regaré; la guardaré de noche y de día, para que nadie la dañe. Isaías 27:3.
La mente de un hombre o de una mujer no desciende en forma abrupta de la pureza y la santidad a la depravación, la corrupción y el crimen. Toma tiempo transformar de lo humano a lo divino, o degradar a los que han sido formados a la imagen de Dios al nivel de lo brutal o lo satánico. Por contemplar nos transformamos.
Aunque formado a la imagen de su Hacedor, el hombre puede educar su mente de tal manera que el pecado que una vez le pareció repugnante le resulte placentero. Al dejar de velar y orar, abandona la guardia de la ciudadela: el corazón… Se debe mantener una guerra constante contra la mente carnal; y debemos ser ayudados por la influencia refinadora de la gracia de Dios, que atraerá la mente hacia lo alto y la habituará a meditar en las cosas puras y santas. El carácter no se adquiere por casualidad. No queda determinado por un arranque temperamental, por un paso en la dirección equivocada. Es la repetición del acto lo que lo convierte en hábito y moldea el carácter para el bien o para el mal. Los caracteres rectos pueden formarse únicamente mediante el esfuerzo perseverante e incansable, utilizando para la gloria de Dios cada talento y capacidad que él ha dado. (Dios nos Cuida – 19 de Agosto).
Cita 7
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto. Mateo 5:48.
La perfección del carácter se basa en lo que Cristo es para nosotros. Si dependemos constantemente de los méritos de nuestro Salvador, y seguimos en sus pisadas, seremos como él, puros e incontaminados.
Nuestro Salvador no requiere lo imposible de ninguna alma. No espera nada de sus discípulos para lo cual no esté dispuesto a darles gracia y fortaleza a fin de que puedan realizarlo. No les pediría que fueran perfectos, si junto con su orden no les concediera toda perfección de gracia a aquellos sobre los que confiere un privilegio tan elevado y santo… Nuestra obra es esforzarnos para alcanzar, en nuestra esfera de acción, la perfección que Cristo en su vida terrenal alcanzó en cada aspecto del carácter. (Dios nos Cuida – 20 de Agosto).
Cita 8
Esto pido en oración, que vuestro amor abunde aun más y más en ciencia y en todo conocimiento, para que… seáis… llenos de frutos de justicia que son por medio de Jesucristo, para gloria y alabanza de Dios. Filipenses 1:9-11.
A cada ser humano le ha sido preparado un carácter puro y noble con todas sus majestuosas posibilidades. Pero hay muchos que no tienen un anhelo ferviente de tal carácter. No están dispuestos a apartarse del mal para poder tener el bien… Descuidan el aferrarse de las bendiciones que los pondrían en armonía con Dios… No pueden crecer. (Dios nos Cuida – 26 de Agosto).
ESTO ES PARA LAS PERSONAS QUE DICEN QUE NO PUEDEN VENCER EL MAL CARÁCTER; EL CIELO TIENE UN CARÁCTER PREPARADO PARA CADA QUIEN, PERO ENTRE LOS QUE NO PUEDEN VENCER ENCONTRAMOS GENTES QUE TIENEN 2 PROBLEMAS; UNOS NO QUIEREN TENER UN BUEN CARÁCTER Y OTROS QUIEREN TENER BUEN CARÁCTER SIENDO MALOS; NINGUNA DE LAS PERSONAS EN ESOS DOS GRUPOS, PODRÁN VENCER UN MAL CARÁCTER.
Cita 9
La regeneración es la única senda por medio de la cual podemos llegar a la ciudad santa. Es angosta, y estrecha la puerta de entrada, pero por ella debemos guiar a hombres, mujeres y niños, enseñándoles que para ser salvos deben tener un nuevo corazón y un nuevo espíritu. Los antiguos rasgos de carácter hereditarios deben ser vencidos. Los deseos naturales del alma deben cambiar. Se debe renunciar a todo engaño, toda falsificación y toda maledicencia. Hay que vivir una vida nueva, que hace de hombres y mujeres seres semejantes a Cristo. (Dios nos Cuida – 9 de Septiembre).
Cita 10
Tu conversación sea llena de gracia, porque Cristo escucha las palabras que pronuncias. La compasión esté presente en todo lo que dices: entonces se manifestará en ti el carácter de Cristo. Los modales de Jesús eran amables y discretos. Nosotros, como sus seguidores, debemos participar de su naturaleza. Cada día debemos aprender del gran Maestro, para que la atmósfera que rodea el alma se llene de vida espiritual. (Dios nos Cuida – 12 de Septiembre).
Cita 11
Entonen himnos de alabanza y gratitud los que aman a Dios y obedecen su Palabra, en lugar de pronunciar acusaciones, de criticar y murmurar. El Señor bendecirá a los pacificadores. Confíen en el Señor. No permitan que los depriman ni los sentimientos, ni los discursos, ni las actitudes de ningún ser humano. Tengan cuidado que ni sus palabras ni sus actos les den a los demás la ventaja de herirlos. Mantengan la vista fija en Jesús. El es la fortaleza de ustedes. Al contemplarlo, se transformarán a su semejanza; será la salud del rostro de ustedes, y su Dios. (Dios nos Cuida – 20 de Septiembre).
Cita 12
El que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida. Juan 8: 12
Cuando Cristo mora en el corazón, su presencia es evidente. Mediante palabras y actos buenos y agradables, manifiestan el espíritu de Cristo. Ponen en evidencia suavidad de carácter. No hay ira, ni testarudez ni malas sospechas. No hay odio en el corazón porque… los demás no aceptan ni aprecian… sus ideas y métodos…Cuando la verdad controla la vida, hay pureza y liberación del pecado. La gloria y la plenitud del plan evangélico se cumplen en la vida. La luz de la verdad irradia desde el templo del alma. El entendimiento se aferra de Cristo. (Dios nos Cuida – 29 de Septiembre).
Cita 13
Los planes de Dios son siempre los mejores aunque no siempre podamos discernirlos. La perfección del carácter puede obtenerse solamente mediante trabajo, conflicto y abnegación… Cuán inestimablemente preciosos son los dones de Dios—las gracias de su Espíritu—y cómo debiéramos desechar la idea de huir del proceso de examen y prueba, no importa cuán penoso o humillante nos resulte. (Dios nos Cuida – 10 de Octubre).
Cita 14
El cielo no sería deseable para las personas de ánimo carnal; sus corazones naturales y profanos no serían atraídos por aquel lugar puro y santo; y si se les permitiera entrar, no hallarían allí cosa alguna que les agradase. Las propensiones que dominan el corazón natural deben ser subyugadas por la gracia de Cristo, antes que el hombre caído sea apto para entrar en el cielo y gozar del compañerismo de los ángeles puros y santos. (Hechos de los apóstoles. Pág. 221) Por Will Chavarría, Costa Rica.
Cita 15
La auténtica belleza de carácter no es algo que brilla sólo en ocasiones especiales; la gracia de Cristo que mora en el alma se revela en todas las circunstancias. El que atesora esta gracia como una presencia permanente en la vida revelará belleza en el carácter, tanto en circunstancias penosas como fáciles. (Dios nos Cuida – 15 de Noviembre).
En todos los detalles de la vida, los cristianos han de seguir los principios de la estricta integridad. Estos no son los principios que gobiernan el mundo; pues allí Satanás es el señor, y sus principios de engaño y opresión conllevan esa inclinación. Pero los cristianos sirven a un Señor diferente, y sus acciones deben ser forjadas en Dios. Deben poner a un lado todo deseo de ganancia egoísta. Para algunos, la desviación de la perfecta honestidad en los tratos de negocios les podría parecer asunto de poca importancia, pero nuestro Salvador no lo ve así. Sus palabras en este punto son explícitas y claras: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto”. Lucas 16:10.
En cada acción de la vida el verdadero cristiano se comporta tal como desearía que quienes lo rodean pensaran que es. Es guiado por la verdad y la rectitud. No aparenta, puesto que no tiene nada que esconder. Puede ser criticado, puede ser probado; pero a través de todo ello, su inflexible integridad resplandece como oro puro.
Es amigo y benefactor de todos los que se conectan con él; y sus compañeros confían en él, porque es digno de confianza… No les retiene el dinero que tan arduamente ganaron… Alivia las necesidades de sus hermanos menos afortunados. No busca aumentar sus posesiones sacando ventaja de las circunstancias externas de su prójimo. Acepta sólo el precio justo por lo que vende. Si hay defectos en los artículos que vende, se lo dice francamente al comprador, aun cuando al hacerlo así pueda parecer que trabaja contra sus propios intereses.
Un hombre puede no tener una apariencia agradable; pero si tiene reputación de trato honesto y justo, es respetado… Un hombre que se adhiere sinceramente a la verdad gana la confianza de todos. No sólo confían en él los cristianos; los mundanos se sienten forzados a reconocer el valor de su carácter. (Dios nos Cuida – 23 de Noviembre).
Cita 17
Tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo; por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios. Romanos 5:1-2.
Cristo no nos ha dado la seguridad de que sea asunto fácil lograr la perfección del carácter. Un carácter noble, cabal, no se hereda. No lo recibimos accidentalmente. Un carácter noble se obtiene mediante esfuerzos individuales, realizados por los méritos y la gracia de Cristo.
Dios da los talentos, las facultades mentales; nosotros formamos el carácter.
Lo desarrollamos sosteniendo rudas y severas batallas contra el yo. Hay que sostener conflicto tras conflicto contra las tendencias hereditarias. Tendremos que criticarnos a nosotros mismos severamente, y no permitir que quede sin corregir un solo rasgo desfavorable… Un carácter formado a la semejanza divina es el único tesoro que podemos llevar de este mundo al venidero. Los que en este mundo andan de acuerdo con las instrucciones de Cristo, llevarán consigo a las mansiones celestiales toda adquisición divina… Los seres celestiales obrarán con el agente humano que con determinada fe busque esta perfección de carácter que alcanzará la perfección en la acción.
Cuando la voluntad del hombre coopera con la voluntad de Dios, llega a ser omnipotente. Cualquier cosa que debe hacerse por orden suya, puede llevarse a cabo con su fuerza. Todos sus mandatos son habilitaciones…
El carácter es poder. El testimonio silencioso de una vida sincera, abnegada y piadosa, tiene una influencia casi irresistible. Al revelar en nuestra propia vida el carácter de Cristo, cooperamos con él en la obra de salvar almas. Solamente revelando en nuestra vida su carácter, podemos cooperar con él. Y cuanto más amplia es la esfera de nuestra influencia, mayor bien podemos hacer. Cuando los que profesan servir a Dios sigan el ejemplo de Cristo practicando los principios de la ley en su vida diaria; cuando cada acto dé testimonio de que aman a Dios más que todas las cosas y a su prójimo como a sí mismos, entonces la iglesia tendrá poder para conmover al mundo. (Dios nos Cuida – 25 de Noviembre).
Cita 18
Cita 19
El mundo está lleno de hombres y mujeres que no sienten hacia Dios ninguna obligación por los dones que les fueron confiados. No son conscientes de que Dios concedió esos talentos, no para la glorificación propia, sino para la gloria del nombre divino. Pero ellos anhelan el honor… Hay hombres a los que Dios concedió cualidades superiores a las comunes. Estos son pensadores profundos, enérgicos y concienzudos.
Hoy hay hombres y mujeres que son héroes morales; que practican vidas de nobleza y abnegación. No ambicionan fama mundanal. Su voluntad está subordinada a la voluntad de Dios y el amor de Dios inspira su ministerio. El más alto ideal que tienen es hacer el bien y servir al prójimo. (Dios nos Cuida – 28 de Noviembre).
Cita 20
“Algunos están siempre en espera del mal, o agrandan de tal manera las dificultades que realmente existen, que sus ojos se incapacitan para ver las muchas bendiciones que demandan su gratitud. Los obstáculos que encuentran, en vez de guiarlos a buscar la ayuda de Dios, única fuente de fortaleza, los separan de él, porque despiertan inquietud y quejas….
No debemos abandonarnos a la ansiedad que nos irrita y desgasta, y que en nada nos ayuda a soportar las pruebas.” (La Fe por la cual Vivo 65.4, 65.5)
Cita 21
Es algo solemne morir, pero es mucho más solemne vivir. Cada pensamiento, palabra y acción de nuestra vida volverá a confrontarnos. Tendremos que seguir siendo durante toda la eternidad lo que nos hayamos hecho durante el tiempo de gracia. La muerte provoca la disolución del cuerpo, pero no produce cambio alguno en nuestro carácter, ni lo cambia tampoco la venida de Cristo; tan solo lo fija para siempre sin posibilidad de cambio.—Joyas de los Testimonios 2:167 (1885).
Cita 22
Los jóvenes están en gran peligro. Sus lecturas livianas causan mucho mal. Pierden el tiempo que debieran emplear en una forma útil. Algunos llegan hasta a privarse de sueño para terminar algún ridículo cuento de amor. El mundo está inundado de novelas de todas clases. Algunas no son de carácter tan peligroso como otras. Unas son inmorales y obscenas; otras están barnizadas con más refinamiento; pero la influencia de todas es perniciosa. ¡Ojalá los jóvenes reflexionaran acerca de la influencia que tienen sobre la mente las historias excitantes! ¿Podéis abrir la Palabra de Dios después de una lectura tal, y leer con interés las palabras de vida? ¿No encontráis insípido el Libro de Dios? El encanto de aquella historia de amor pesa sobre la mente, la excita e impide que concentréis vuestro espíritu en las verdades importantes y solemnes que conciernen a vuestro interés eterno. Pecáis contra vuestros padres al dedicar a un propósito tan malo el tiempo que les pertenece, y pecáis contra Dios al emplear así el tiempo que debierais dedicar a la devoción a él. 1JT 235.2
Cita 23
Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación. 2 Corintios 6:2.
Nos estamos preparando para encontrar a Aquel que aparecerá en las nubes de los cielos escoltado por una hueste de santos ángeles, para dar a los fieles y justos el toque final de la inmortalidad. Cuando él venga, no lo hará para limpiarnos de nuestros pecados, quitarnos los defectos de carácter, o curarnos de las flaquezas de nuestro temperamento y disposición. Si es que se ha de realizar en nosotros esta obra, se hará antes de aquel tiempo. Cuando venga el Señor, los que son santos seguirán siendo santos. Los que han conservado su cuerpo y espíritu en pureza, santificación y honra, recibirán el toque final de la inmortalidad.
Pero los injustos, inmundos y no santificados permanecerán así para siempre. No se hará en su favor ninguna obra que elimine sus defectos y les dé un carácter santo. El Refinador no se sentará entonces para proseguir su proceso de refinación y quitar sus pecados y su corrupción. Todo esto debe hacerse en las horas del tiempo de gracia. Ahora debe realizarse esta obra en nosotros.
Estamos ahora en el taller de Dios. Muchos de nosotros somos piedras toscas de la cantera. Pero cuando echamos mano de la verdad de Dios, su influencia nos afecta. Nos eleva, y elimina de nosotros toda imperfección y pecado, cualquiera que sea su naturaleza. Así quedamos preparados para ver al Rey en su hermosura y unirnos finalmente con los ángeles puros y santos, en el reino de gloria. Aquí es que se completará esta obra a nuestro favor.
Es aquí que nuestro cuerpo y nuestro espíritu han de quedar dispuestos para la inmortalidad. (Dios no cuida – 17 de Diciembre).
Cita 24
En sus bocas no fue hallada mentira, pues son sin mancha delante del trono de Dios. Apocalipsis 14:5.
El sello del Dios vivo será puesto únicamente sobre los que tienen en su carácter la semejanza de Cristo. Así como la cera recibe la impresión del sello, así también el alma debe recibir la impresión del Espíritu de Dios y conservar la imagen de Cristo.
La gran masa de cristianos profesos sufrirá una amarga desilusión en el día del Señor. No tienen en sus frentes el sello del Dios vivo. Por ser tibios e indiferentes deshonran a Dios mucho más que el incrédulo declarado. Se mueven a tientas, en tinieblas, cuando podrían andar en la claridad meridiana de la Palabra, guiados por Aquel que jamás se equivoca.
Aquellos a quienes el Cordero conducirá hacia fuentes de agua viva, y de cuyos ojos enjugará toda lágrima, son los que ahora están recibiendo el conocimiento y la sabiduría revelados en la Biblia, la Palabra de Dios…
No hemos de imitar a ningún ser humano. No existe ningún hombre suficientemente sabio que pueda servirnos de ejemplo. Debemos contemplar al Hombre Cristo Jesús, en quien habita plenamente la perfección de la justicia y la santidad. El es el Autor y el Consumador de nuestra fe. El es el Hombre modelo. Su experiencia es la medida de la experiencia que nosotros debemos obtener. Su carácter es nuestro modelo. Por lo tanto, apartemos nuestra mente de las perplejidades y las dificultades de esta vida, y fijémosla en él, para que mediante la contemplación podamos ser transformados a su semejanza.
Esforcémonos con todo el poder que Dios nos ha dado para hallarnos entre los ciento cuarenta y cuatro mil. Únicamente los que reciban el sello del Dios vivo obtendrán el salvoconducto para entrar por las puertas de la Santa Ciudad. (Dios no cuida – 19 de Diciembre).
Cita 25
UN TEXTO PARA LOS RESENTIDOS
Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados. Romanos 8:17.
La influencia de la gracia ha de suavizar el corazón, refinar y purificar los sentimientos, otorgando delicadeza y un sentido de decoro de origen celestial. Un cristiano no puede exaltarse a sí mismo, porque no es propio de la semejanza con Cristo.
Cuando se vea expuesto a las diversas circunstancias de la vida, y se hablen palabras que están calculadas para zaherir y lastimar el alma, dígase a sí mismo: “Soy un hijo de Dios, un heredero con Cristo, un colaborador de Dios. No debo tener, por lo tanto, una mente vulgar que se ofende fácilmente, no debo pensar siempre en mí, porque esto producirá un carácter falto de armonía. Es indigno de mi noble vocación. Mi Padre celestial me ha encomendado una obra, por lo tanto seré digno de su confianza”. (—Carta 78, del 22 de enero de 1893, dirigida a E. J. Waggoner, un ministro destacado)
Cita 26
Nuestros esfuerzos para resistir los ataques de Satanás deben ser fervientes y perseverantes. El dedica su fuerza y habilidad a tratar de apartarnos del camino recto. El vigila nuestras salidas y entradas, a fin de hallar oportunidad de perjudicarnos o destruirnos. El obra con muchísimo éxito en las tinieblas, perjudicando a aquellos que ignoran sus designios. No podría conseguir ventajas si su método de ataque fuese comprendido. Los instrumentos que emplea para lograr sus propósitos y arrojar sus dardos encendidos, son a menudo los miembros de nuestras propias familias. 1JT 107.1
Aquellos a quienes amamos pueden hablar y obrar con descuido y herirnos profundamente. Tal no era su intención, pero Satanás magnifica sus palabras y actos ante la mente y así arroja un dardo de su aljaba para atravesarnos. Nos erguimos para resistir a la persona que pensamos nos hirió, y al hacerlo estimulamos las tentaciones de Satanás. En vez de pedir a Dios fuerza para resistir a Satanás, permitimos que nuestra felicidad quede empañada tratando de defender lo que llamamos “nuestras derechos.” Así concedemos una doble ventaja a Satanás. Obramos de acuerdo a nuestros sentimientos agraviados, y Satanás nos emplea como agentes suyos para herir y angustiar a aquellos que no se proponían perjudicarnos. Puede ser que a veces las exigencias del esposo parezcan irrazonables a la esposa; pero si ella echara serena y sinceramente una segunda mirada al asunto, y lo considerara en una luz tan favorable como fuese posible para el esposo, vería que, renunciando a su propia idea y sometiendo su juicio al del esposo, aun cuando ello contrariase sus sentimientos, salvaría a ambos de la desdicha y les daría una gran victoria sobre las tentaciones de Satanás. 1JT 107.2
Cita 27
Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre. Juan 6:27.
No podemos decir al ambicioso que debe dejar de serlo si quiere ser cristiano. Dios coloca delante de él los más elevados objetos de ambición: un manto blanco inmaculado, una corona tachonada de joyas, un cetro, un trono de gloria, un honor que es tan duradero como el trono de Jehová.
Todos los elementos de carácter que ayudan al hombre a tener éxito y ser honrado en el mundo, el deseo irrefrenable de hacer algún bien mayor, la voluntad indómita, el esfuerzo tenaz, la perseverancia incansable, no han de ser desechados. Han de permanecer, y mediante la gracia de Dios recibida en el corazón, han de cambiar de dirección.
Esos valiosos rasgos de carácter han de aplicarse a objetos tanto más elevados y nobles que los propósitos mundanos, como los cielos son más altos que la tierra. Jesús presenta un manto blanco, una corona de gloria más rica que la que jamás haya adornado las sienes de un monarca, y títulos por encima de los que tienen los honorables príncipes.
Dios se agrada si apuntan alto los que se esfuerzan por la vida eterna. Habrá poderosas tentaciones para complacer los rasgos naturales del carácter… pero cada tentación resistida es una victoria de valor inapreciable ganada al someter el yo; ella doblega las facultades al servicio de Jesús, y aumenta la fe. esperanza, paciencia y tolerancia… Al ser instados a luchar por la victoria, con la fortaleza de Jesús apuntemos hacia la corona celestial con estrellas. —The Review and Herald, 25 de octubre de 1881.
Cita 28
Por fe en Cristo nos convertimos en miembros de la familia real, herederos de Dios y coherederos con Cristo. En Cristo somos uno. Al llegar a la vista del calvario, y al ver al Sufriente Real, que en la naturaleza humana llevó la maldición de la ley en lugar del hombre, son raídas todas las distinciones nacionales, todas las diferencias sectarias; se pierden todo honor de rango, todo orgullo de casta. La luz que brilla desde el trono de Dios sobre la cruz del calvario da fin para siempre a las separaciones hechas por los hombres entre clase y raza. The Review and Herald, 22 de diciembre.
Cita 30
Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Salmos 139:4.
Cada hora del día debiéramos comprender que el Señor está cerca, que ve todo lo que hacemos y oye cada palabra que pronunciamos… Las palabras vulgares, terrenales, no cristianas pueden ser representadas como “fuego extraño”, y con ellas Dios no puede tener nada que hacer. La bulliciosa y estrepitosa risa es una negación de Dios en el alma; pues revela que la verdad no rige en el corazón… Por nuestras vanas palabras y ejemplo no cristiano deshonramos a Dios y ponemos en peligro no solo nuestra propia alma sino también el alma de aquellos con quienes nos relacionamos.
“Ocupaos de vuestra salvación con temor y temblor” (Filipenses 2:12), dice el apóstol. ¿Por qué con temor y temblor? Para que vuestra voluntad no represente falsamente de ninguna manera vuestra fe santa mediante liviandad, por medio de chanzas, bromas o chistes, dando así a otros la impresión de que la verdad que profesáis no tiene una influencia santificadora sobre el carácter.-The Youth’s Instructor, 14 de julio de 1898.
Cita 31
El cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente. 1 Pedro 2:22, 23.
El dominio propio es la más grande evidencia de nobleza en un cristiano. Debiéramos imitar el ejemplo de Jesús; pues cuando lo maldecían, no respondía con maldiciones, sino se encomendaba a Aquel que juzga justamente. Nuestro Redentor hizo frente a los insultos y burlas con un silencio sin quejas. Todos los crueles vituperios de la turba asesina que disfrutaba con la humillación de Cristo y su juicio en el tribunal, no pudieron provocar en él una mirada o palabra de resentimiento o impaciencia. Era la Majestad del cielo, y en su puro pecho no había lugar para el espíritu de venganza, sino solo para la compasión y el amor.—The Review and Herald, 24 de Febrero de 1891.
Cita 32
Parece que hubiera una neblina delante de los ojos de muchos, pues no pueden discernir las cosas espirituales y no reconocen la forma en que obra Satanás para entrampar sus almas. Los cristianos no han de ser esclavos de las pasiones; han de ser dominados por el Espíritu de Dios. Pero muchos se convierten en juguetes del enemigo, porque cuando llega la tentación, no descansan en Jesús, sino que con sus preocupaciones se apartan de sus brazos… Fracasamos en nuestras pequeñas dificultades diarias y permitimos que nos irriten y molesten; fracasamos ante ellas y las hacemos piedras de tropiezo para nosotros y para otros. Pero las bendiciones de la mayor importancia son el resultado de soportar pacientemente esas provocaciones diarias; porque hemos de obtener fortaleza para soportar mayores dificultades…
¡Ojalá pudiéramos dominar nuestras palabras y acciones!… Cuánto daño se provoca en el círculo familiar por pronunciar palabras de impaciencia; pues la exclamación impaciente de uno lleva al otro a contestar con el mismo espíritu y en la misma forma.—The Review and Herald, 19 de Mayo de 1891.
Cita 33
El alma que ama a Dios, se levanta por encima de la neblina de la duda; obtiene una experiencia brillante, amplia, profunda y viviente y se vuelve humilde y semejante a Cristo… Esa alma podrá soportar la prueba del descuido, del maltrato y el desprecio, porque su Salvador ha sufrido todo esto. No se enojará ni desanimará cuando las dificultades la opriman, porque Jesús no fracasó ni se desanimó. Cada verdadero cristiano será fuerte, no en la fortaleza ni méritos de sus buenas obras, sino en la justicia de Cristo que por fe le es imputada.—The Review and Herald, 3 de diciembre de 1889.
Cita 34
A cada ser humano le ha sido preparado un carácter puro y noble con todas sus majestuosas posibilidades. Pero hay muchos que no tienen un anhelo ferviente de tal carácter. No están dispuestos a apartarse del mal para poder tener el bien. Dentro de su alcance hay grandes oportunidades, pero descuidan el aferrarse de las bendiciones que los pondrían en armonía con Dios. Van en contra de la voluntad de aquel que procura su bien. Son ramas muertas que no tienen una unión viviente con la Vida. No pueden crecer. AFC 164.4
Cita 35
No subestiméis la importancia de las cosas pequeñas porque sean pequeñas. Estos pequeños defectos se acumulan por acción y reacción, y se unen como varillas de acero. Esa pequeña acción, esa palabra descuidada, se convierten en hábitos por la repetición… y los hábitos forman el carácter… AFC 209.4
Cita 36
Cultivad sentimientos bondadosos, tiernos y comprensivos, y no los llaméis debilidad, porque son los atributos del carácter de Cristo. Cuidad vuestra influencia… Mediante la santificación del Espíritu creceréis cada vez más a la semejanza de Cristo.—Carta 46, 1898. AFC 210.1
Cita 37
Sabemos que todo aquel que ha nacido de Dios, no práctica el pecado, pues Aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca. 1 Juan 5:18.
Cuando un alma se ha convertido cabalmente, los malos hábitos naturales desaparecen con la ayuda de Cristo, y todas las cosas son hechas nuevas. Entre los que profesan ser siervos de Cristo, debería existir un ferviente propósito, tal como el que manifestó Daniel en la corte de Babilonia. Sabía que Dios era su fortaleza y su escudo, su vanguardia y su retaguardia. Entre las corrupciones que lo rodearon en la corte de Babilonia, se mantuvo libre de las imágenes y los sonidos que podían seducirlo y hacerlo caer en la tentación. Cuando sus deberes requerían que estuviera presente en escenas de orgía, intemperancia y la más baja idolatría, cultivó el hábito de orar silenciosamente, y así lo protegió el poder de Dios. Tener la mente elevada hacia Dios será beneficioso en todo tiempo y lugar… The Youth’s Instructor, 7 de junio de 1894.
Cita 38
El alma que ama a Dios, se complace en obtener fuerza de él mediante una constante comunión con él. Cuando la conversación con Dios se convierte en el hábito del alma, se rompe el poder del diablo, porque Satanás no puede morar cerca del alma que está junto a Dios. Si Cristo es vuestro compañero, no tendréis pensamientos vanos e impuros; no os complaceréis en pronunciar palabras frívolas que afligirán al que ha sido el santificador de vuestra alma… La religión de Cristo refinará el gusto, santificará el juicio, elevará, purificará y ennoblecerá el alma.—The Review and Herald, 3 de diciembre de 1889.
Cita 39
“Únicamente el manto que Cristo mismo ha provisto puede hacernos dignos de aparecer ante la presencia de Dios. Cristo colocará este manto, esta ropa de su propia justicia sobre cada alma arrepentida y creyente. ‘Yo te amonesto—dice él—que de mí compres … vestiduras blancas, para que no se descubra la vergüenza de tu desnudez.’ “Este manto, tejido en el telar del cielo, no tiene un solo hilo de invención humana. Cristo, en su humanidad, desarrolló un carácter perfecto, y ofrece impartirnos a nosotros este carácter. ‘Como trapos asquerosos son todas nuestras justicias.’ Todo cuanto podamos hacer por nosotros mismos está manchado por el pecado. Pero el Hijo de Dios ‘apareció para quitar nuestros pecados, y no hay pecado en él.’ Se define el pecado como la ‘transgresión de la ley.’ … “Por su perfecta obediencia ha hecho posible que cada ser humano obedezca los mandamientos de Dios. Cuando nos sometemos a Cristo, el corazón se une con su corazón, la voluntad se fusiona con su voluntad, la mente llega a ser una con su mente, los pensamientos se sujetan a él; vivimos su vida. Esto es lo que significa estar vestidos con el manto de su justicia. Entonces, cuando el Señor nos contempla, él ve no el vestido de hojas de higuera, no la desnudez y deformidad del pecado, sino su propia ropa de justicia, que es la perfecta obediencia a la ley de Jehová.”—Sketches From the Life Paul, 288, 289.
Cita 40
“En medio de la lucha y el tumulto de las naciones, Aquel que se sienta por encima de los querubines, dirige aún los asuntos terrenales…. Dios ha asignado un lugar en su gran plan a toda nación y a todo individuo de hoy día. Hoy, los hombres y las naciones son medidos por el nivel que tiene en la mano Aquel que no se equivoca. Todos deciden su destino por propia elección, y Dios dirige todo para la ejecución de sus propósitos. FV 170.3
Cita 41
“Es algo solemne morir, pero es mucho más solemne vivir. Cada pensamiento, palabra y acción de nuestra vida volverá a confrontarnos. Tendremos que seguir siendo durante toda la eternidad lo que nos hayamos hecho durante el tiempo de gracia. La muerte provoca la disolución del cuerpo, pero no produce cambio alguno en nuestro carácter, ni lo cambia tampoco la venida de Cristo; tan sólo lo fija para siempre sin posibilidad de cambio. FV 171.2
Cita 42
“Los principios de bondad, misericordia y amor enseñados y puestos en práctica por nuestro Salvador, son fiel trasunto de la voluntad del carácter de Dios…. Dios ejecuta su juicio sobre los malos para el bien del universo, y hasta para el bien de aquellos sobre quienes recaen sus juicios…. Los que han escogido a Satanás por jefe, y se han puesto bajo su poder, no están preparados para comparecer ante Dios…. ¿Qué goces podría ofrecer el cielo a los que están completamente absorbidos en los intereses egoístas de la tierra? … No; años de prueba les fueron concedidos para que pudiesen formar caracteres para el cielo; pero no se acostumbraron a amar lo que es puro; nunca han aprendido el lenguaje del cielo, y ya es demasiado tarde.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 590, 591, 597.
Cita 43
“No se da ningún valor a una mera profesión de fe en Cristo; sólo el amor que se muestra en las obras se tiene por amor de buena ley…. El egoísmo escondido de los hombres aparece en los libros del cielo…. Harto tristes son los apuntes que los ángeles llevan al cielo. Seres inteligentes que profesan ser discípulos de Cristo están absorbidos por la adquisición de bienes mundanos, o por el goce de los placeres terrenales. El dinero, el tiempo y las energías son sacrificados a la ostentación y al egoísmo; pero pocos son los momentos dedicados a la oración, al estudio de las Sagradas Escrituras, a la humillación del alma y a la confesión de los pecados. (La Fe por la Cual Vivo 219.2)
Cita 44
“Creemos sin lugar a dudas que Cristo viene pronto…. Cuando venga no lo hará para limpiarnos de nuestros pecados, para corregir nuestros defectos de carácter, o para curarnos de las debilidades de nuestro temperamento y disposición…. Cuando el Señor venga, los que son santos seguirán siendo santos … pero los que son injustos, impuros y corrompidos permanecerán así para siempre…. El Refinador no se sentará entonces para realizar el proceso de purificación y quitar los pecados y la corrupción…. Ahora es cuando debemos realizar esta obra.”—Testimonies for the Church 2:355.
Cita 45
“Dios está ahora probando a su pueblo. Está desarrollando su carácter. Los ángeles están pesando el valor moral, y llevando un registro fiel de todos los actos de los hijos de los hombres.”—Joyas de los Testimonios 1:131.
Cita 46
“El que encubre sus transgresiones, no prosperará; mas el que las confiesa y las abandona, alcanzará misericordia” Proverbios 28:13 (VM).
Si los que esconden y disculpan sus faltas pudiesen ver cómo Satanás se alegra de ello, y los usa para desafiar a Cristo y sus santos ángeles, se apresurarían a confesar sus pecados, y a renunciar a ellos. De los defectos de carácter se vale Satanás para intentar dominar toda la mente, y sabe muy bien que si se conservan estos defectos, lo logrará. De ahí que trate constantemente de engañar a los discípulos de Cristo con su fatal sofisma de que les es imposible vencer. Pero Jesús aboga en su favor con sus manos heridas, su cuerpo quebrantado, y declara a todos los que quieran seguirle: “Bástate mi gracia”. 2 Corintios 12:9. “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Mateo 11:29, 30. Nadie considere, pues, sus defectos como incurables. Dios concederá fe y gracia para vencerlos. CS 479.4
Cita 47
Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día. 2 Corintios 4:16.
Hay un poder para el bien en el intelecto, si éste se conforma a la mente de Cristo y es santificado y controlado por el Espíritu de Dios. Pero el intelecto por sí solo no puede proporcionar idoneidad para el cielo ni capacitamos para alcanzar la norma divina. Si el hombre ha de ser como Dios quiere que sea, debe tener un carácter puro y noble.
El derecho que se tiene de pretender ser hombre, está determinado por el uso que se haga del intelecto. Antes que un hombre pueda ser reconocido como colaborador con Dios, debe abandonar la confianza en sí mismo que demanda mucho y da poco...
Cuando los miembros de iglesia introduzcan en sus vidas la abnegación que Cristo manifestó en la suya, cuando ejerzan los esfuerzos continuos y perseverantes que El ejerció, no tendrán tiempo ni inclinación para introducir en su experiencia las hebras falsas que echen a perder el diseño… Debemos vigilar, trabajar y orar, y no dar nunca ocasión para que el yo obtenga el dominio.
Debemos estar listos, mediante la vigilancia y la oración, para lanzarnos a la acción en obediencia al mandato del maestro. Dondequiera veamos que una tarea está esperando que se la haga, debemos tomarla y hacerla, contemplando constantemente a Jesús. La abnegación significa mucho. Significa negarse a los deseos naturales y a la disposición natural. Significa negarse a la inclinación a encontrar faltas y acusar…
Por amor a Cristo, velen y oren, y durante el año al cual acabamos de entrar, esfuércense para evitar toda palabra áspera. Resuelvan no hablar palabras que arrojen una sombra sobre la vida de otros. No se detengan a preguntar a quienes los rodean si aprecian sus esfuerzos abnegados. Abran las ventanas hacia el cielo. Piensen en Cristo, y traten de complacerle…Satanás usará toda treta posible para asemejarlos a él y apartarlos de Aquel que dio su vida por ustedes. Mas los ángeles lucharán por lograr el dominio de sus vidas. Si no tienen toda la armadura de Dios, serán derrotados. (Alza tus Ojos – 10 de Enero).
Cita 48
¿QUE ES LA ABNEGACIÓN?
La abnegación significa mucho. Significa negarse a los deseos naturales y a la disposición natural. Significa negarse a la inclinación a encontrar faltas y acusar… (Alza tus Ojos – 10 de Enero).
Cita 49
Velad, estad firmes en la fe; portaos varonilmente, y esforzaos. 1 Corintios 16:13.
Los discípulos de Cristo no deben asombrarse si son llamados a participar de los sufrimientos de Cristo. La obra de los representantes de Cristo debe ser similar a la de su Redentor. No deben contemplarse a sí mismos ni confiar en el yo. No deben hacer una evaluación demasiado alta de sus propios esfuerzos, pues cuando vean que otros no consideran sus labores de tanto valor como ellos mismos las estiman, llegan a sentir que no vale la pena seguir trabajando. Pero ésta es la obra del enemigo.
No vivimos para los hombres sino para Dios. El considera nuestra obra en su verdadero valor. Aprecia la nobleza de carácter, y sea que los hombres la aprecien o no, ella continúa viviendo después que el hombre ha desaparecido. Cuando ya el ser humano no tiene nada que hacer con cosa alguna debajo del sol, el ejemplo que dejó, las palabras de oro que pronunció, continúan viviendo por toda la eternidad. Esta influencia que correspondió al modelo divino nunca muere. Su vida se conectó con Dios.
Todos ejercemos una influencia personal, y nuestras palabras y acciones dejan una impresión indeleble. Es nuestro deber vivir, no para el yo, sino para el bien de otros; no para ser manejados por nuestros sentimientos, sino para tener en cuenta que nuestra influencia es un poder para el bien o para el mal.
Dios quiere que sus obreros sean lo que David encomendó a Salomón que fuera: “Sé hombre”. A Dios no le complace que alguno de sus representantes se preocupe, se canse y se agote al punto de no poder esparcir ya la dulce fragancia del cielo en su vida. No tenemos sino una vida para vivir. Jesús vino a nuestro mundo para enseñamos a vivir esa vida a fin de que podamos representar el carácter del Cielo.
Nunca debiéramos ser pusilánimes, porque ello será perjudicial para nosotros mismos y para aquellos que estén al alcance de nuestra influencia. Dios requiere que nos comportemos con dignidad en las pruebas y en las tentaciones. El Varón de dolores, experimentado en quebranto, está ante nosotros como nuestro ejemplo. “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. Apocalipsis 3:21.
—Carta 7, del 10 de febrero de 1885, dirigida a Daniel T. Bourdeau, uno de nuestros primeros misioneros en Europa. (Alza tus Ojos – 10 de Febrero).
Cita 50
Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios. 1 Corintios 3:9.
Debemos tener una dependencia viviente del Dios viviente. Cuando hay una conexión vital con el Dios vivo, Cristo mora en el corazón mediante una fe viva, y el instrumento humano obra en armonía con la vida de Cristo. El cambiará nuestra vida y carácter de tal manera que hablemos las palabras de Cristo y revelemos su carácter. Y si nos sobrevienen pruebas, no manifestaremos un espíritu rebelde.
Estas se nos presentarán cuando veamos opresión y aspereza, y cuando se coloquen sobre nosotros cargas que consideramos injustas y nos sintamos tentados a permitir que se manifieste el yo. Dejamos que el yo se yerga, (ERGUIRSE) cuando lo que debemos hacer es colocar las pruebas en el lugar que les corresponde. ¿Y cuál es ese lugar? Cristo dice a todo el que se siente cargado y cansado: “Venid a mí”. ¿Para qué? “Aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón”.
A pesar de lo abrumador del conflicto a través del cual tengamos que pasar, si aceptamos la verdad de origen celestial, habrá mansedumbre y humildad en todo lo que hagamos. Ocúltense en Cristo Jesús. Nuestra vida y carácter deben estar escondidos con Cristo en Dios, por lo tanto no debemos permitirnos que cualquier impulso instintivo controle nuestras palabras o acciones, sino que debemos mantener siempre delante de nosotros el ejemplo del Salvador y hacer exactamente lo que Jesús habría hecho bajo circunstancias similares. No debemos ser vengativos. Necesitamos comprender claramente la obra que está delante de nosotros. Es una obra de misericordia, una obra de amor, una obra semejante a la de Cristo…
—Manuscrito 11 del 17 de febrero de 1894; Isaías 58. (Alza tus Ojos – 17 de Febrero).
Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres. Tito 2:11.
Todas las acciones de nuestra vida, nuestras transacciones comerciales con nuestros prójimos, deben ser regidas por la ley de Dios, y bajo ninguna circunstancia debemos apartarnos de la verdad y la justicia en nuestro trato con los demás. El Señor no tolerará los pecados de ningún hombre que agravie a su prójimo. Con los rostros vueltos hacia el cielo, elevando nuestras peticiones a Dios, desarrollando un amor desinteresado por nuestros prójimos a causa de nuestro supremo amor a Cristo Jesús, quien los compró con su propia sangre, es como nos elevamos por encima de las tentaciones más gravosas y sutiles.
En todas las circunstancias debemos tratar a aquellos con quienes nos relacionamos, que son de condición humilde, con gran deferencia y respeto, porque tienen muy poco de lo que hace feliz la vida, y porque necesitan ayuda.Las almas son demasiado preciosas como para ser tratadas en forma descuidada. Son la posesión adquirida de Dios. Aquellos a quienes pasamos por alto como inferiores. el Señor los colocará en posiciones elevadas si confían en El.
Nunca olvide que los pensamientos se traducen en acciones. Las acciones repetidas forman los hábitos, y los hábitos forman el carácter. Por lo tanto, si se presta atención a las cosas pequeñas no hay razón para temer que las cosas grandes lleguen a mancharse y corromperse.
La Biblia debe ser la regla de conducta de la vida. Resulta pasmoso a los ojos del universo que los hombres que enseñan la Palabra no siempre practiquen la verdad. Pocos comprenden qué significa ser completos en Cristo Jesús, la voluntad revelada de Dios. Su Palabra no resulta deshonrada cuando se la introduce en la vida práctica para formar hábitos que desarrollarán el carácter… La mansedumbre cristiana abrirá caminos por todas partes y se salvarán almas preciosas para vida eterna. No tenemos ahora tiempo que perder consultando con la carne; debemos aferramos del poder espiritual de Dios y realizar las reformas antes que sea para siempre demasiado tarde.
—Carta 85, del 16 de marzo de 1896, dirigida a O. A. Olsen, presidente de la Asociación General. (Alza tus Ojos – 16 de Marzo).
Cita 52
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Filipenses 3:13, 14.
Es deber de toda persona que profesa ser cristiana mantener sus pensamientos bajo el control de la razón, y obligarse a ser animosa y feliz. No importa cuán amarga pueda ser la causa de su pena, debiera cultivar un espíritu de reposo y quietud en Dios. El descanso que está en Cristo Jesús, la paz de Cristo, ¡cuán preciosa es! ¡Cuán sanadora es su influencia, cuán suavizadora es al alma oprimida! No importa cuán oscura sea su perspectiva, albergue un espíritu de esperanza para bien.
Mientras que el buen ánimo, una aceptación calmada y la paz contribuirán a la felicidad y salud de otros, serán también del mayor beneficio para uno mismo. La tristeza y el hablar de cosas poco gratas estimulan las escenas desagradables, las que a su vez hacen repercutir sobre uno mismo su efecto pernicioso. Dios desea que olvidemos todas estas cosas, que no miremos hacia abajo sino hacia arriba. ¡Hacia arriba!
La tristeza entorpece la circulación en los vasos sanguíneos y en los nervios, y también retarda la acción del hígado. Obstaculiza el proceso de la digestión y también el de la nutrición y tiene una tendencia a minar todo el organismo… A menudo los propósitos de Dios están velados en el misterio. Resultan incomprensibles para las mentes finitas, pero Aquel que ve el fin desde el principio conoce las cosas mejor de lo que las conocemos nosotros. Lo que necesitamos es limpiarnos de toda mundanalidad, a fin de perfeccionar nuestro carácter cristiano de tal manera que el manto de la justicia de Cristo sea colocado sobre nosotros…
La fe, la paciencia, la clemencia, la actitud mental celestial, la confianza en nuestro sabio Padre celestial, son las flores perfectas que maduran en medio de las nubes de chascos y aflicciones. La orden que la Providencia dirige al pueblo de Dios es que avance, que progrese. El sendero de la santidad es de avance continuo, elevándose más alto y más alto aún en el conocimiento y en el amor de Dios. El cumplimiento de las promesas de Dios será correspondiente a la fe y la obediencia de su pueblo Dios es inmutable; el mismo ayer, hoy y para siempre.
La fe debe ser ejercitada en todas nuestras oraciones, porque no ha perdido su poder así como tampoco la obediencia humilde ha perdido su recompensa. Si nuestros hermanos que profesan creer en la verdad mostraran su fe por sus obras, honrarían a Dios y serían capacitados para convencer a muchas almas de que ellos tienen la verdad, porque de acuerdo a su fe y a su obediencia percibirían el cumplimiento de las promesas de Dios y serían dotados con poder de lo alto.
—Carta 1, del 29 de marzo de 1883, dirigida a J. N. Andrews, nuestro primer misionero, que estaba muriendo de tuberculosis en Suiza. (Alza tus Ojos – 29 de Marzo).
Cita 53
Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Jeremías 33:3.
No siempre nos damos cuenta de que la santificación, que tan fervorosamente deseamos y por la cual oramos tan fervientemente, se produce mediante la verdad, y por la providencia de Dios, como menos lo esperamos. Cuando buscamos gozo, he aquí tristeza. Cuando esperamos paz, frecuentemente tenemos desconfianza y duda debido a que nos encontrarnos sumergidos en tribulaciones que no podemos evitar. En estas pruebas estamos recibiendo las respuestas a nuestras oraciones. A fin de ser purificados, el fuego de la aflicción debe encenderse sobre nosotros, y nuestra voluntad debe ser puesta en conformidad con la voluntad de Dios.
Para ser semejantes a la imagen de nuestro Salvador, debemos pasar por un penosísimo proceso de refinamiento. Los mismos que consideramos como los seres más queridos sobre la tierra pueden causarnos las mayores tristezas y aflicción. Pueden contemplarnos bajo una luz equivocada. Pueden pensar que estamos en el error y que nos estamos engañando y rebajando debido a que seguimos los dictados de una conciencia iluminada, en la búsqueda de la verdad y de los tesoros escondidos… Las oraciones en las que pedimos semejanza a la imagen de Cristo pueden no ser contestadas exactamente como quisiéramos. Puede ocurrir que seamos examinados y probados, porque Dios puede ver que lo mejor es colocarnos bajo una disciplina que es esencial para nosotros antes que seamos súbditos idóneos de las bendiciones que anhelamos.
No debiéramos desanimarnos ni dar lugar a la duda ni pensar que nuestras oraciones no han sido advertidas. Debemos descansar más seguramente sobre Cristo y dejar nuestro caso con Dios para que El responda nuestras oraciones en la forma que crea más conveniente. Dios no ha prometido otorgar sus bendiciones a través de los medios que nosotros establecemos. Dios es demasiado sabio para equivocarse y demasiado solícito por nuestro bien como para permitirnos elegir por nosotros mismos. Los planes de Dios son siempre los mejores aunque no siempre podamos discernirlos.
La perfección del carácter puede obtenerse solamente mediante trabajo, conflicto y abnegación… Cuán inestimablemente preciosos son los dones de Dios -las gracias de su Espíritu – y cómo debiéramos desechar la idea de huir del proceso de examen y prueba, no importa cuán penoso o humillante nos resulte ¡Qué fácil sería el camino al cielo si no fuera por la abnegación o la cruz! ¡Cómo correrían los mundanos por ese camino y cómo lo transitarían en innumerable cantidad los hipócritas! Gracias a Dios por la cruz, por la abnegación. La ignominia y la vergüenza que nuestro Salvador soportó por nosotros no es de ningún modo demasiado humillante para los que son salvados por su sangre. A no dudarlo, el cielo resultará muy barato.
—Carta 9, del 5 de abril de 1873, dirigida a la hermana Billet, de San Francisco, California. (Alza tus Ojos – 5 de Abril).
No menosprecies, hijo mío, el castigo de Jehová, ni te fatigues de su corrección. Proverbios 3:11
No permitas que el desánimo se apodere de ti. No permitas que te afecte la provocación, pero haz que la razón inteligente controle tus acciones. Piensa en qué cosa buena podría resultar de ser impaciente. Eso solamente alegraría al enemigo y confirmaría en su opinión a los que piensan mal de ti. Tú puedes, mediante una conducta apacible, mostrar que son falsas las palabras de las personas malintencionadas. No te preocupes por defenderte, sino más bien, cumple tu deber con perseverancia.
Cuando tu fe se vea probada, no te inquietes. Espera solamente, y con calma somete a El tu juicio, tu voluntad, tu camino, y manifiéstate dispuesto a ser conducido.
las dificultades y pruebas son parte del legado cristiano. Cristo, la Majestad del cielo, vino a esta tierra para mostrarnos cómo soportar los reproches del mundo sin desmayar y sin tomar represalias. Cada tribulación que se soporta sabiamente será una bendición para los que la experimenten. Serán elevados y no abatidos. Los que están continuamente tratando de evitar las situaciones difíciles, buscando un sendero más fácil, un camino más placentero, tendrán que enfrentar la frustración y la adversidad. Pero si fortalecen su alma para la prueba y para el deber, y marchan valerosamente hacia adelante confiando en Dios, encontrarán que el sendero de la abnegación y del sacrificio propio conducen al honor y a las riquezas celestiales en la vida futura inmortal…
—Carta 24, del 5 de mayo de 1874, dirigida a Edson White. (Alza tus Ojos – 5 de Mayo).
Mirad cuál amor nos ha dado el Padre, para que seamos llamados hijos de Dios; por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él. 1 Juan 3:1.
“Por esto el mundo no nos conoce, porque no le conoció a él”. 1 Juan 3:1. El mundo no comprende los principios que fundamentan nuestra conducta. Debemos estar delante de Dios con una conciencia libre de ofensa. Hay maravillosos privilegios para cada uno de nosotros.
Dios nunca coloca delante de nosotros una exigencia sin darnos el poder para cumplirla. Nunca nos pide que demos un paso delante de El. El abre el camino y nosotros debemos marchar detrás. Siguiéndole, no corremos peligro de extraviarnos.Esta es la única forma como podemos perfeccionar un carácter cristiano como mayordomos de la gracia de Dios.
Los que tienen acceso a las palabras registradas en las Escrituras quedarán sin excusa si no las aplican a sí mismos, si no purifican sus corazones de pecado. En el último gran día habremos de ser juzgados por la luz que brilló desde el trono de Dios sobre nuestro sendero…Tener el camino iluminado por la claridad del Evangelio de Cristo, tal como brilla la luz sobre nuestro sendero, implica una imponente responsabilidad. Debemos avanzar paso a paso, con los ojos puestos en nuestro Conductor. El no nos llevará ni un sólo paso fuera del camino correcto.
—Manuscrito 66, del 25 de mayo de 1905, “La necesidad de la religión en el hogar”. (Alza tus Ojos – 25 de Mayo).
A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños. Daniel 1:17.
A fin de que nuestra obra pueda tener éxito, debemos cooperar con el mensajero celestial que ha de iluminar la tierra entera con la gloria de Dios. El Señor lo llama, como a Daniel, para que emplee el poder que Dios le ha dado para revelarlo al mundo… Daniel tuvo compañeros, y ellos tuvieron una obra especial que hacer. Aunque fueron grandemente honrados en esta obra, en forma alguna se exaltaron a sí mismos. Eran eruditos, diestros en conocimientos seculares tanto como religiosos; pero habían estudiado la ciencia sin corromperse. Eran bien equilibrados porque se habían entregado al control del Espíritu Santo. Estos jóvenes dieron a Dios toda la gloria por sus dotes seculares, científicas y religiosas. Su conocimiento no procedía de la casualidad, obtuvieron conocimientos mediante el fiel uso de sus facultades y Dios les dio habilidad y comprensión.
—Carta 134, del 27 de mayo de 1898, dirigida a J. H. Kellogg. (Alza tus Ojos – 27 de Mayo).
Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás. Juan 6:35.
He recibido la instrucción de decir que no debemos mirar a ningún ser humano para obtener poder o experiencia, ni depender de los hombres para conseguir fortaleza y orientación. Cristo dice: “Miradme a mí”. Yo soy la luz del mundo. El que me sigue no caminará en tinieblas, pero tendrá la luz de la vida”. Me dirijo a los que pretenden ser hijos de Dios.
Vendrán tribulaciones de tal naturaleza que humillarán todos los corazones que se ensalzan. Que nadie sienta que es seguro seguir su propio camino o confiar en el hombre.
El Señor llama a hombres de experiencia, hombres que lleven responsabilidades en su nombre y con su fortaleza, hombres que reciban su gracia comprendiendo su responsabilidad de impartirla a otros.
Los instrumentos del Señor, los hombres que El ha designado, deben recibir sabiduría de Dios en forma individual. Deshonran grandemente al Señor cuando por su seguridad confían en los planes humanos. Con claridad han de verlo a El como su suficiencia, como su fortaleza.
—Manuscrito 78, del 16 de junio de 1902, “El asunto del alimento saludable”. (Alza tus Ojos – 16 de Junio).
Por tanto, no seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor. Efesios 5:17.
Entréguese en las manos de Dios. Deje de quejarse aunque suponga que hay motivos para hacerlo. Satanás dice: “Lo voy a acosar hasta acabar con su fe”; pero no es necesario que Ud. sea vencido por sus estratagemas. El Señor lo sostendrá sólo si usted se lo permite.
En ciertos momentos Ud. tiende a entregarse completamente a Dios, y entonces se siente aliviado; pero nuevamente se echa atrás, no permite que Jesús lleve sus cargas. Desea que la voluntad de Dios se cumpla en Ud., pero al mismo tiempo evade el dolor y el sacrificio propio que ello implica.
Para que la voluntad del Señor se realice en Ud., debe confiar en su Padre celestial como un niño confía en sus padres. Pero Ud. posee un corazón inquieto y ansioso; realmente teme confiar su persona a Dios, teme las consecuencias que implica dicha entrega. Le suplico que no eche a perder su propia experiencia cristiana. El Espíritu le habla: “No seáis insensatos, sino entendidos de cuál sea la voluntad del Señor”.
En palabras y en actitud Ud. revela debilidad de carácter cuando tiene la impresión de que no se lo trata bien y con la confianza y deferencia que debería recibir… Debe saber que Dios lo tiene bajo su especial cuidado; debe confiar en El porque Ud. lo ama, y El a Ud. El sostendrá a todos los que depositen su confianza en El. Hará que todo funcione para su satisfacción si deja de impacientarse y se encomienda a El. Las palabras dirigidas por Alguien que no puede cometer errores, fueron: “No caiga en la tentación de atormentar su propia vida y hacerse desdichado usted mismo por sus propias reflexiones, las que frecuentemente son directas insinuaciones de Satanás”. Mantiene frescos en su mente sus propios resentimientos, y piensa una y otra vez en lo mismo, lastimando y magullando su propia alma…No traslade las cosas desagradables del pasado a su vida presente. Testimonie que la vida con Cristo no es un fracaso. Hable de Cristo, déjelo ser su compañero. Deseche a Satanás, camine con Jesús, y alcance la plenitud en El.
Nunca dé al enemigo la satisfacción de que lo vitupere a Ud. o a otros, diciendo que nuestra fe es un engaño, una ilusión. El Espíritu Santo debe realizar una obra en el corazón; cuando esté concluida, las aguas amargas ya no brotarán, sino que se cumplirá la promesa: “El agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna”. Juan 4:14. Sólo es posible sostenerse en Dios. Cuando el corazón se reconcilie con el Señor, esta realidad se pondrá de manifiesto en su relación con sus hermanos. Se verá que Cristo está morando en el templo del alma.
—Carta 10, del 27 de octubre de 1894, a un evangelista en Australia. (Alza tus Ojos – 27 de Octubre).
Cita 59
Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese. 1 Pedro 4:12.
Si el enemigo viene a nosotros en la mañana, o durante el día, y nos trae molestias, recordemos estas valiosas promesas y no permitamos que nos irriten. Recordemos que somos representantes de Cristo y que no debemos, ni en palabras ni en hechos, ofendemos unos a otros.
¿Piensan ustedes que no surgirá ninguna tribulación? Ciertamente habrá pruebas. Si no las hubiera, podrían regocijarse de que no hay demonio alguno capaz de tentarlos.
Pero tendrán tentaciones hasta el mismo fin del tiempo. Por consiguiente, es menester que se mantengan en estrecho compañerismo con Cristo. Sus ángeles están encargados de custodiarlos. Han sido designados como los guardianes de ustedes.
Si alguien dice algo con la intención de provocarlos, recuerden que en ese momento el silencio es elocuencia. No respondan como para desquitarse. Es mejor no decir nada que hablar imprudentemente. Tendremos nuestras batallas que pelear, aunque el carácter de estas luchas podrá variar según nuestra disposición y experiencia. Regocijémonos de que Jesucristo haya hecho posible que nos aferremos de la Divinidad.
Cuando nos sintamos excesivamente afligidos, recordemos que hay un ángel celestial a nuestro lado. Este pensamiento nos ayudará a honrar a Cristo, el que posibilitó que seamos hijos e hijas de Dios. A menos que estemos constantemente en guardia seremos tomados desprevenidos, y hablaremos precipitadamente. Puede entonces resultar imposible para nosotros quitar la impresión de las mentes de aquellos a quienes hemos hablado, pues algunos no desean deshacerse de tales impresiones. Parece que se deleitaran en albergar lo malo. No les demos ocasión alguna para ofenderse, cuidando nuestras palabras para que estén en armonía con las instrucciones que el Salvador nos ha proporcionado.
A medida que entremos en contacto con temperamentos variados, encontraremos indudablemente grandes motivos para expresarnos con dureza. Pero recuerden en esos momentos que el silencio es elocuencia. Si se abstienen de tomar represalias cuando otros los provoquen, los sorprenderán. Y, si reiteradamente conservan la dignidad ante la provocación, comprenderán que están relacionados con el poder que viene de lo alto. Este proceder honra a Dios, quien dio a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en El crea no se pierda, mas tenga vida eterna.
—Manuscrito 55, del 16 de agosto de 1909, “Enseñanzas del Sermón del Monte”, discurso dado en un culto matutino en el Sanatorio de Madison, Wisconsin. (Alza tus Ojos – 16 de Agosto).
Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien. Job 22:21.
El amor por Dios debería guiarnos a encontrar verdadero placer en conocer y hacer su voluntad. Así estaremos diariamente mejor preparados para ser vencedores, para ser ejemplos del poder que tiene la gracia celestial para elevar y ennoblecer a los seres humanos. Cristo fue tentado en todo punto como nosotros, no obstante El venció. Y hoy espera oír y responder los fervientes pedidos de sus hijos en favor de la gracia que los capacitará para triunfar. Sean amables con quienes se relacionen; así lo serán también con Dios. Alábenlo por su bondad; así se constituyen en sus testigos, y se preparan para asociarse con los ángeles. Están aprendiendo en este mundo a cómo conducirse en la familia de Cristo en los cielos. No demoren en familiarizarse con los principios que los hijos de Dios deben seguir. Estamos aquí para imitar el carácter de Cristo y familiarizamos con su bondad, su humildad. Esto nos colocará donde nuestra foja de servicios indique: “Estáis completos en él”. Colosenses 2:10.
Por la paciencia, la amabilidad, el dominio propio, hemos de mostrar que no somos del mundo, que día tras día estamos aprendiendo las lecciones que nos harán idóneos para entrar en la escuela superior.
Cuando los redimidos de Dios sean llamados al cielo, no dejarán tras ellos el progreso que lograron en esta vida al contemplar a Cristo. Continuarán aprendiendo más y aun más acerca de Dios. Llevará sus logros espirituales a las cortes celestiales, sin dejar en este mundo nada de origen divino. Cuando los libros del cielo sean abiertos, se le asignará a cada vencedor su parte y su lugar allí, según el perfeccionamiento que haya alcanzado en esta vida.
—Manuscrito 31, del 22 de agosto de 1903, “Enseñanzas del tercer capítulo de primera de Juan”. (Alza tus Ojos – 22 de Agosto).
Cita 61
Dios quiere que cada hombre estime a Cristo, que es el Autor y Consumador de nuestra fe. Como cristianos debemos ejercitar en palabras y en acciones los nobles rasgos de carácter que moran en Jesucristo, como el más excelso don que pueda otorgarse al alma humana.
¿Se apartará de la iniquidad todo el que mencione el nombre de Cristo?
El término empleado aquí no siempre significa las formas groseras de pecado. Significa cada acción que no nos gustaría encontrar en el cielo. De esas acciones hemos de alejamos. No debemos practicarlas en esta vida, ni en la familia ni en la iglesia. Todos los que entren en el cielo donde está Jesús tendrán en esta vida las características que constituyen un cielo aquí abajo. Benditos y benéficos son los rayos de luz del Sol de Justicia que están ahora derramándose—luminosos y curativos—sobre todo el que abre las ventanas del alma hacia el Cielo.
Hay muchos que, aunque profesan ser cristianos, estropearían el cielo si fueran trasladados con el espíritu y el carácter que ahora poseen. Sus vidas están llenas de mundanalidad; sus temperamentos no están santificados; albergan prejuicios que nunca deberían existir; son totalmente humanos. Una atmósfera tan diferente del carácter de Cristo ha rodeado al alma, que no podrían disfrutar el cambio de la tierra al cielo.
—Manuscrito 31, 1903, “Acerca de la firma de contratos”. (Alza tus Ojos – 31 de Agosto).
Cita 62
—Manuscrito 174, del 14 de noviembre de 1901, “Lección matutina de Hebreos dos”. (Alza tus Ojos – 14 de Noviembre).
Cita 63
Desentiéndanse de los malos informes de aquellos cuyas lenguas están encendidas con el fuego del infierno. Si se detienen para discutir, prepararán el camino para nuevos ultrajes. A menudo las dificultades pueden subsanarse por medio del silencio. Dejen solo al que habla mal. Realicen su obra como quien tiene un cometido sagrado que cumplir. Cuando sean criticados, avancen como si no oyeran. Sus corazones pueden sentirse heridos; sin embargo, no permitan ser apartados de su obra. Brinden su tiempo y atención a los asuntos de interés eterno.
—Manuscrito 159, del 15 de diciembre de 1902, “Fragmentos”. (Alza tus Ojos – 15 de Diciembre).
Cita 64
En quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. Efesios 2:21, 22.
Si no respondemos a la luz que recibimos, rindiendo obediencia, manteniendo nuestras almas en el amor de Dios, permaneciendo en Cristo, lo que habría sido una bendición, llega a ser una maldición. Es el engañador, no el Espíritu de verdad el que nos hace creer que no podemos llegar a ser puros y santos, un pueblo poderoso, separado del mundo, unidos por el amor mutuo a través de Cristo.
No podemos esperar un trato distinto del que recibió nuestro Señor. La enemistad de Satanás contra los seguidores de Jesús será proporcional al servicio de corazón que se brinde a Dios.Los hijos de Dios son más sabios y poderosos cuando la sabiduría y la influencia del mundo se despliega contra ellos, que cuando buscan el favor y compañerismo del mundo.
El templo judío se construyó con piedras labradas a un gran costo de tiempo, dinero y trabajo. Fueron extraídas de las montañas y trabajadas para ocupar su lugar en el templo, de tal manera que cuando el edificio se completó no hubo sonido de hacha ni de martillo. Las piedras que están en el sagrado templo de Dios no fueron cortadas de los montes de Judea, sino reunidas de entre las naciones. No constituyen un material inerte que necesita martillo y cincel, sino son piedras vivientes que emiten luz. El gran Cortador de la verdad las tomó de la cantera del mundo y las colocó bajo la mano del gran Maestro Constructor, y El las está puliendo en su taller, en este mundo, a fin de que todos los bordes ásperos sean eliminados, y que, mediante los golpes del martillo y del cincel, y escuadradas por la verdad de Dios, pulidas y refinadas, estén listas para ocupar el lugar en el templo espiritual de Dios.
Estamos ahora en el taller del Señor, y el proceso está avanzando en estas horas de prueba, a fin de hacemos idóneos para el templo glorioso. No podemos ser indiferentes y descuidados, y rehusar separarnos del pecado, sino que debemos morir a nuestros defectos de carácter con el anhelo de llegar a ser puros, santos y labrados como piedras de un palacio. Cuando Cristo venga, será demasiado tarde para corregir lo erróneo, para que el carácter cambie, para obtener un carácter santo. Ahora es el día de preparación; ahora es cuando podemos eliminar nuestros defectos. Nuestros pecados serán escudriñados en el juicio, y deben ser confesados y abandonados, a fin de que el perdón sea escrito frente a nuestros nombres. Que el Señor nos ayude para que los que enseñamos la verdad seamos modelos de piedad.
—Carta 60, del 25 de diciembre de 1886, dirigida a Juan Corliss y esposa, pioneros en Australia. (Alza tus Ojos – 25 de Diciembre).
Cita 65
Finalmente, sed todos de un mismo sentir, compasivos, amándoos fraternalmente, misericordiosos, amigables. 1 Pedro 3:8.
Cuánta necesidad hay de cultivar la ternura y la gentileza. Nadie debería avergonzarse por manifestar un espíritu tierno y compasivo con los que yerran; porque los que piensan que no cometen errores están muy lejos de no tener falta alguna delante de Dios. Nadie piense que al manifestar compasión está haciendo algo de lo cual se debería avergonzar…
Cuando sobreviene una crisis en la vida de un alma, y alguien intenta aconsejarla, ese consejo sólo tendrá el peso de la influencia para bien que pueda ejercer el ejemplo del consejero. Es la vida consecuente, la revelación de un interés sincero y cristiano por las almas en peligro, lo que le dará eficacia al consejo para persuadir y lograr que dicha alma retorne a la senda segura.
—Carta 70, del 13 de enero de 1894, para los “queridos hermanos dirigentes de la Review and Herald”. (Cada Día con Dios – 13 de Enero).
Cita 66
En el reino de Dios no se obtiene un puesto por medio del favoritismo. No se gana, ni es otorgado por medio de una gracia arbitraria. Es el resultado del carácter. La cruz y el trono son los símbolos de una condición alcanzada, los símbolos de la conquista propia por medio de la gracia de nuestro Señor Jesucristo.
Aquel que ocupe el lugar más cerca de Cristo, será el que haya bebido más profundamente de su espíritu de amor abnegado… amor que induce al discípulo, así como indujo a nuestro Señor, a darlo todo, a vivir y trabajar y sacrificarse aun hasta la muerte para la salvación de la humanidad . (Los hechos de los apóstoles, p. 433).
Cita 67
Porque donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa. Pero la sabiduría que es de lo alto es primeramente pura, después pacífica, amable, benigna, llena de misericordia y de buenos frutos, sin incertidumbre ni hipocresía. Santiago 3:16, 17.
Hay algo de lo que estoy completamente convencida. No es el deber de los hijos de Dios permanecer donde prevalece una atmósfera objetable, y donde su salud está continuamente amenazada. Muchos de nuestros hermanos lo han hecho y han perdido la vida.
Cuando en cierto lugar el ambiente está saturado de fricciones, cuando la tarea del obrero resulta sumamente difícil por causa de los que están continuamente contrarrestando sus esfuerzos y complotando para lograr ventajas, vaya entonces el obrero a otro lugar donde el clima sea más saludable desde el punto de vista espiritual, y donde tenga más esperanzas de lograr el éxito…
Debemos recordar que en cada lugar donde trabajamos al lado del Señor, contrarrestamos los esfuerzos de los instrumentos satánicos. Usted ha pasado por pruebas, y tendrá que enfrentarlas en mayor o menor medida doquiera vaya. Satanás vigilará cada debilidad de carácter, y luchará para lograr el dominio; pero no podemos perder la oportunidad de lograr la victoria para el bando del Señor…Las dificultades de la actualidad asumen diversas formas, pero Cristo ya ha pasado por ese terreno y no necesitamos permanecer en la incertidumbre. Nos invita con estas palabras: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Mateo 11:28-30. Su promesa es: “Con él estaré yo en la angustia”. Salmos 91:15.
—Carta 80, del 15 de febrero de 1906, dirigida a T. M. Wilcox, gerente del Sanatorio de Bowlder, Colorado, y más tarde director de la Review and Herald. (Cada Día con Dios – 15 de Febrero).
Cita 68
Yo dije: Atenderé a mis caminos, para no pecar con mi lengua; guardaré mi boca con freno, en tanto que el impío esté delante de mí. Salmos 39:1.
Hijos míos: Velen en oración, y sean cada vez más cuidadosos con respecto a sus palabras y su conducta. “Velad y orad para que no entréis en tentación”. Es poco prudente concederle al enemigo la más mínima ventaja. Hijo mío: Sé caballeroso, y tu influencia sobre tus colaboradores será mayor. Nunca hables imprudentemente. El respeto propio debe impedirte caer en el enojo. Si nos respetamos a nosotros mismos al llevar el yugo de Cristo, decuplicaremos nuestra influencia.
La naturaleza humana seguirá siendo la misma, pero puede ser elevada y ennoblecida mediante su unión con la naturaleza divina. Al participar de la naturaleza divina los hombres y mujeres escapan a la corrupción que está en el mundo debido a la concupiscencia. La verdad debe ser practicada para que sea un poder en el mundo. Cuando la verdad mora en el corazón, la experiencia diaria es una revelación del poder dominante de la gracia de Cristo. Nunca mantengan la verdad en el atrio exterior. El Espíritu Santo debe estamparla en el alma…
Reverencien a Dios y a su posición adquirida. Cuiden sus modales, porque son representantes de Cristo. Controlen diligentemente sus palabras y trabajen con fervor para que los pecadores se convenzan y se conviertan. Mantengan el corazón en comunión con Dios por medio de la oración. Cuando se les dirijan palabras duras, que no se ajusten a la verdad, no pierdan el dominio propio. Recuerden que “la blanda respuesta quita la ira” (Proverbios 15:1), que el que se domina a sí mismo es mayor que el que toma una ciudad.
El verdadero cristiano es caballero. Los que están llenos de amor propio piensan que tienen el privilegio de decir algunas cosas que mejor sería no mencionar. Menos palabras y acciones más amables les ayudarían a ejercer una influencia mejor. Dios afirma: “Porque por tus palabras serás condenado”. Mateo 12:37. Todas nuestras palabras y acciones, buenas y malas, son examinadas por Dios. ¡Qué solemne pensamiento! La Palabra de Dios nos pide que no nos provoquemos a ira los unos a los otros. Pero hay una provocación que se justifica. Pablo escribe:… “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras”. Hebreos 10:24.
—Carta 38, del 2 de marzo de 1903, dirigida a Edson y Ema White. (Cada Día con Dios – 2 de Marzo).
Cita 69
Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón: porque de él mana la vida. Proverbios 4:23.
Sin la completa purificación de la vida, sin mansedumbre y humildad intelectual, los profesos seguidores de Cristo no pueden honrarlo ante el mundo. Si la gracia de Cristo no se manifiesta en sus vidas, nunca podrán ser admitidos en las mansiones celestiales que él ha ido a preparar para los que lo aman…
Hay familias enteras entre nosotros que, a menos que despierten de su somnolencia y su indiferencia, se perderán, porque no se están convirtiendo cada día. No entienden la ciencia divina de la verdadera santidad, y por lo tanto no son vasos que el Maestro pueda usar.
Necesitamos vigilar nuestra lengua incontrolada.
Necesitamos estar atentos para descubrir las oportunidades de hacer el bien, como lo hizo Jesús. Ministros del Evangelio: Predicad a Cristo.
Sed veraces, y manteneos bajo la disciplina de la Palabra de Dios.
Debemos ser salvos de acuerdo con el método señalado por Dios. Debemos confiar en su consejo, y unirnos con él para hacer sus obras. El corazón arrepentido siempre es sensible. Enseñad a cada persona que pretende ser un hijo de Dios, que el carácter bien edificado siempre está de acuerdo con el modelo divino.
—Carta 80, del 5 de marzo de 1907, dirigida a los miembros de las iglesias de Australia. (Cada Día con Dios – 5 de Marzo).
Cita 70
¿Manifiesta usted impaciencia y profiere palabras apresuradas? ¿Está lleno de estima propia? ¿Tiene pensamientos y costumbres sensuales? ¿Está haciendo algo que se oponga de lleno al propósito de Dios? ¿Le está robando a su Padre Celestial al negarle sus talentos y su corazón? ¿Por qué no deja de hacerlo? ¿Por qué no se entrega plenamente a Dios? Le impartirá su luz y su paz, y usted gustará de su salvación. No le traiga más a Dios una ofrenda perniquebrada o enferma. Sus facultades mentales y físicas están debilitadas debido a su transgresión; pero el Cielo no puede aceptar esa ofrenda.
—The Review and Herald, 2 de abril de 1889. (Cada Día con Dios – 2 de Abril).
Cita 71
Los antiguos rasgos de carácter hereditarios deben ser vencidos. Los deseos naturales del alma deben cambiar. Se debe renunciar a todo engaño, toda falsificación y toda maledicencia. Hay que vivir una vida nueva, que hace de hombres y mujeres seres semejantes a Cristo. Debemos nadar, por así decirlo, contra la corriente del mal. El camino que conduce al cielo es angosto, cercado por la ley divina de Jehová. Los que lo siguen deben negarse constantemente a sí mismos. Deben obedecer las enseñanzas de Cristo… No confiemos en el hombre, sino en Jesucristo, que murió para que pudiéramos obtener justicia.
—Carta 103, del 9 de abril de 1905, dirigida a E. S. Ballenger, uno de los administradores del Sanatorio Paradise Valley. (Cada Día con Dios – 9 de Abril).
Cita 72
Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor. Mateo 25:21.
¡Oh, cuántos están aguardando la oportunidad de realizar una tarea grande y abnegada, al mismo tiempo que no prestan atención a las pequeñas dificultades que Dios les envía todos los días para probarlos. Son estas pequeñas cosas de la vida las que desarrollan el espíritu de hombres y mujeres, y determinan el carácter.No se pueden descuidar estas nimiedades y esperar al mismo tiempo que el hombre esté listo para soportar las pruebas más duras cuando por fin les sobrevengan…
El edificio del carácter de ustedes de ninguna manera está terminado. Cada día se añade a la estructura un ladrillo malo o bueno. Están edificando en forma torcida, o lo están haciendo con exactitud y corrección a fin de que llegue a ser un hermoso templo para Dios. Por lo tanto, no esperen grandes oportunidades mientras descuidan las pequeñas ocasiones de llevar a cabo pequeños actos de bondad.Mediante las palabras, el tono de la voz, los gestos, las miradas, pueden representar el Espíritu de Jesús. El que deje de hacer estas pequeñas cosas, y al mismo tiempo se vanagloría de que está listo para hacer maravillas por el Maestro, está en peligro de fracasar completamente. La vida no está hecha de grandes sacrificios y maravillosas realizaciones, sino de cosas pequeñas. La amabilidad, el amor y la cortesía son las características del cristiano…
Ustedes necesitan admirar las preciosas cualidades que existían en el carácter de Jesús. Al relacionarnos los unos con los otros, recordemos siempre que hay capítulos en la experiencia de los demás que están sellados para los ojos mortales. Hay tristes historias escritas en los libros del cielo que están celosamente guardadas de los ojos indiscretos. Allí se registran largas y arduas batallas en medio de circunstancias difíciles en el seno de los mismos hogares, que día tras día minan el valor, la fe, la confianza, hasta que la misma virilidad parece que se va a desmoronar. Pero Jesús lo sabe todo y nunca lo olvida. Para los tales, las palabras amables y afectuosas son como la sonrisa de los ángeles. El apretón de manos de un amigo, fuerte y bondadoso, vale más que el oro y la plata. Le ayuda a recuperar su hombría.
—Carta 16, del 15 de mayo de 1886, a dos médicos del Sanatorio de Santa Elena. (Cada Día con Dios – 15 de Mayo).
Cita 73
Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20.
Dios no aceptará nada menos que una rendición incondicional. Los cristianos medio convertidos y pecadores nunca entraran en el cielo. Allí no encontrarían felicidad; porque no saben nada de los principios elevados y santos que gobiernan a los miembros de la familia real.El verdadero cristiano mantiene las ventanas del alma orientadas hacia el cielo. Vive en comunión con Jesús. Su voluntad está de acuerdo con la de Cristo. Su mayor deseo consiste en asemejarse cada vez más al Señor…
Debemos luchar ferviente e incansablemente para alcanzar el ideal de Dios para nosotros. No debemos hacerlo a título de penitencia, sino como la única manera de lograr la verdadera felicidad. El único modo de conseguir paz y alegría consiste en mantener una relación viviente con el que dio su vida por nosotros, que murió para que pudiéramos vivir, y que vive para unir su poder con los esfuerzos de los que están luchando para lograr la victoria. La santidad consiste en estar permanentemente de acuerdo con Dios.
¿No lucharemos para ser lo que Cristo tanto desea que seamos, es a saber, cristianos en hechos y en verdad, para que el mundo pueda ver en nuestras vidas una revelación del poder salvador de la verdad? Este mundo es nuestra escuela preparatoria. Mientras estemos aquí tendremos que enfrentar pruebas y dificultades. El enemigo de Dios tratará continuamente de apartarnos de nuestra lealtad al Señor. Pero mientras nos aferremos al que se entregó por nosotros, estaremos seguros. El abrazo de Cristo abarca a todo el mundo. Murió en la cruz para destruir al que tenía el poder de la muerte, y para erradicar el pecado de toda alma creyente.
Nos invita a ofrecernos en el altar del servicio como holocausto viviente. Debemos consagrar sin reservas a Dios todo lo que tenemos y somos. En esta escuela primaria de la tierra debemos aprender las lecciones que nos han de preparar para ingresar en la escuela superior, donde nuestra educación proseguirá bajo la dirección personal de Cristo. Entonces nos explicará el significado de su Palabra. ¿No obraremos nosotros, en los pocos días de prueba que nos quedan, como hombres y mujeres que buscan vida en el reino de Dios y una eternidad llena de bendiciones?
—The Review and Herald, 16 de mayo de 1907. (Cada Día con Dios – 16 de Mayo).
Cita 74
Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. Jeremías 31:33.
Cuando la ley de Dios está escrita en el corazón, se manifiesta mediante una vida pura y santa. Los mandamientos de Dios no son letra muerta. Son espíritu y son vida, y someten la imaginación y hasta los pensamientos a la voluntad de Cristo. El corazón en el cual estén escritos será guardado con toda diligencia porque de él mana la vida.
Todos los que amen a Jesús y guarden sus mandamientos tratarán de evitar hasta la misma apariencia del mal, no porque estén obligados a hacerlo, sino porque estarán copiando un modelo puro y sentirán aversión por todo lo que no esté de acuerdo con la ley escrita en sus corazones. No manifestarán suficiencia propia, sino que confiarán en Dios, el único que puede librarlos del pecado y la impureza. La atmósfera que los rodee será pura; no contaminarán sus propias almas ni la de los demás. Se complacerán en obrar con justicia, en amar misericordia y en humillarse para andar con Dios.
El peligro que acecha a los que viven en estos últimos días es la ausencia de religión pura, la falta de santidad de corazón. No han aceptado el poder convertidor de Dios para que transforme sus caracteres. Profesan creer las sagradas verdades, tal como la nación judía, pero al no poner en práctica la verdad, ignoran tanto las Escrituras como el poder de Dios. El poder y la influencia de la ley de Dios están en torno de ellos, pero no dentro de sus almas, para renovarlos en verdadera santidad…
Dios desea que quien enseña la Biblia debe ser en su carácter y su vida familiar un ejemplo de los principios de la verdad que está enseñando a sus semejantes. Lo que un hombre es, tiene más influencia que lo que dice. La vida tranquila, consecuente y piadosa, es una epístola viviente, conocida y leída por todos los hombres. Alguien puede hablar y escribir como un ángel, pero sus procedimientos pueden parecerse a los de un demonio… El verdadero carácter no es algo que se forma desde afuera, o con lo que uno se reviste, sino que es algo que irradia desde adentro. Si la verdadera bondad, la pureza, la mansedumbre, la humildad y la equidad moran en el corazón, ese hecho se reflejará en el carácter, y tal carácter estará lleno de poder.
— The Review and Herald, 17 se mayo de 1887. (Cada Día con Dios – 17 de Mayo).
Cita 75
Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo. Efesios 4:11, 12.
El Señor no ha calificado a ninguno de nosotros para que lleve solo la carga de la obra. Ha relacionado para que se reúnan hombres de criterios diferentes, a fin de que se aconsejen y se ayuden mutuamente. De esa manera la falta de experiencia y capacidad de uno es suplida por la experiencia y la capacidad del otro.
Debiéramos estudiar cuidadosamente las instrucciones que se dan en Corintios y Efesios con respecto a nuestra relación mutua como miembros del cuerpo de Cristo… En tu obra, Edson, debes tener en cuenta la relación que cada obrero tiene con los otros obreros vinculados con la causa de Dios. Debes recordar que los otros, tanto como tú mismo, tienen una tarea que cumplir en relación con esta causa. No deberías cerrar tu mente al consejo de los demás. En tus planes para el progreso de la obra, tu mente debe amalgamarse con la de otros… Estamos relacionados con el servicio y la causa de Dios, y debemos comprender individualmente que formamos parte de un gran todo. Debemos buscar sabiduría de Dios, para aprender lo que significa tener un espíritu alerta y vigilante, y acudir al Salvador cuando estamos cansados y deprimidos.
Confía en Dios, no sólo en el juicio del hombre.Debes aprender a dejar de lado tu voluntad y tu manera de ver las cosas, y recibir luz de aquellos a quienes Dios ha hecho sus ayudantes y ha designado como tus colaboradores. Acude a Cristo para recibir alivio. Aférrate de él. Persevera lo suficiente como para someter tu voluntad a la de Dios.
Muchos están demasiado apurados para orar. Con pasos apresurados avanzan a la sombra de la amante presencia de Cristo, para detenerse tal vez unos pocos momentos en el sagrado recinto, pero sin esperar su consejo… Concentra tus pensamientos en el Salvador.Apártate del bullicio del mundo y siéntate a la sombra de Cristo. Tienes que hacerlo para recibir las ricas bendiciones que espera concederte. Dedica tus pensamientos a cosas elevadas y santas.Entonces, en medio de la actividad del trabajo y el conflicto diario, se renovará tu fortaleza espiritual.
—Carta 80, del 25 de mayo de 1902, dirigida a Edson White, que en ese entonces estaba dedicado a trabajar entre la gente de color de los estados del sur. (Cada Día con Dios – 25 de Mayo).
El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas. El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo. 1 Juan 2:9, 10.
Todo corazón renovado por el Espíritu de Dios no sólo amará al Señor sino a su hermano, y si éste se equivoca, si yerra, debe ser tratado de acuerdo con el plan evangélico. Todos los pasos que se den deben seguir las indicaciones de la Palabra de Dios. “Vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado”. Gálatas 6:1. Dijo el extranjero: “¿No recuerdan acaso la oración que elevó Cristo justamente antes de dejar a sus discípulos para su larga y angustiosa batalla en el jardín del Getsemaní, antes de su traición, su juicio y su crucifixión?” Véase Juan 17:15-23…
Tengan cuidado de cómo tratan la herencia adquirida por la sangre de Cristo. Habrá necesidad de reprobar clara y fielmente toda mala acción, pero el que asuma esa tarea debe estar seguro de que él mismo no está separado de Cristo por sus malas obras. Debe ser espiritual y restaurar a esa persona con espíritu de mansedumbre…El Espíritu y el carácter de Cristo se manifiestan en los escogidos de Dios mediante su conversación celestial, su mansedumbre y su conducta intachable. Todos los que son guiados por el Espíritu de Dios son hijos de Dios.—Manuscrito 32, diario del 28 de mayo de 1887, “Visita a Alemania”. (Cada Día con Dios – 28 de Mayo).
Buscad a Jehová todos los humildes de la tierra, los que pusisteis por obra su juicio; buscad justicia, buscad mansedumbre, quizá seréis guardados en el día del enojo de Jehová. Sofonías 2:3.
En vista de lo que pronto ha de sobrevenir a la tierra, os suplico, hermanos y hermanas, que caminéis delante de Dios con toda mansedumbre y humildad, recordando el cuidado que Jesús tiene de vosotros. Todos los humildes de la tierra son exhortados a buscar a Dios… Rómpase el yo en pedazos delante de Dios. Es difícil hacerlo; pero se nos amonesta a caer delante de la Roca y ser quebrantados, de lo contrario ella caerá sobre nosotros y nos reducirá a polvo.
Jesús habla a los humildes de corazón. Sus brazos eternos los rodean y no los dejará que perezcan en las manos de los impíos. ¿Qué es ser cristiano? Es ser como Cristo; es hacer las obras de Cristo. Algunos fracasan en un punto, otros en otro. Algunos son naturalmente impacientes. Satanás comprende su debilidad y se las arregla para vencerlos vez tras vez. Pero nadie se desanime por esto. Cada vez que se levanten pequeñas molestias y dificultades, pedid a Dios en oración silenciosa que os dé fortaleza y gracia para sobrellevarlas pacientemente.
Hay poder en el silencio; no habléis una palabra hasta que hayáis elevado vuestra petición al Dios del cielo. Si siempre hacéis esto, pronto venceréis vuestro genio rápido, y tendréis un pequeño cielo aquí para ir al cielo del más allá. Dios quiere que los suyos se limpien las manos y purifiquen los corazones. ¿Les traerá desgracia hacer esto? ¿Traerá desgracia a su familia si son bondadosos y pacientes, corteses y tolerantes? Lejos de eso. La bondad que manifiesten a su familia se reflejará sobre ellos…. Debemos procurar apartar el pecado de nosotros, descansando en los méritos de la sangre de Cristo, y entonces en el día de la aflicción, cuando el enemigo nos oprima, caminaremos entre los ángeles.
—The Review and Herald, 19 de noviembre de 1908. (En los Lugares Celestiales – 24 de Enero).
Cita 78
Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y establezca. 1 Pedro 5:10.
Es tan perfecta la representación del carácter que los hombres deben tener para ser discípulos de Cristo, que el incrédulo ha dicho que no es posible para ningún ser humano alcanzarla … Los incrédulos no saben que se da ayuda celestial a los que la buscan por fe. Se ha hecho toda provisión en favor de cada alma que trate de ser participante de la naturaleza divina y de ser completa en Jesucristo.
Debe discernirse todo defecto y eliminárselo del carácter con determinación y sin contemplaciones. El pueblo de Dios debe realizar cada acto con devoción. Debe participar de cada comida como si supiera que fue una señal del amor del Dios infinito hacia ellos. La terminación de un deber debe ser el comienzo del próximo que se presente. Entonces el carácter cristiano se manifestará en una vida de continua obediencia y servicio a Jesucristo.
Cualquiera sea la clase de negocios a que se dediquen los hombres, si son cristianos deben llevar el yugo del deber a Cristo. Esta es su lealtad. Deben considerarse atados por obligaciones superiores. El Maestro, Jesucristo, ha puesto su yugo al cuello de cada discípulo. Al aceptar su yugo se le da en prenda el servicio de la vida. Todo lo que pueda dañar o estorbar debe quitarse, de cualquier naturaleza o carácter que sea. No debiéramos darle a Dios un servicio dividido.
El Señor ha unido su naturaleza con la humanidad expresamente para que pudiera convertirse en un objeto más tangible y definido de nuestra contemplación y amor. Nos invita a acercarnos y contemplar la gran luz, el Dios invisible vestido de ropaje humano emitiendo una gloria suavizada y amortiguada para que nuestros ojos puedan soportarla.
—Carta 117, 1896. (En los Lugares Celestiales – 13 de Julio).
Cita 79
Sino santificad a Dios el Señor en vuestros corazones, y estad siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros. 1 Pedro 3:15.
Todos los que verdaderamente sean amigos de Cristo harán sus obras. Estamos sumamente inclinados a manifestar los rasgos de carácter no santificados y carentes de conversión en el gobierno de nuestras familias y en la iglesia, y esos rasgos influyen para que nuestras palabras, nuestros modales y nuestro espíritu no sólo sean una ofensa para el hogar, sino para la iglesia y el universo celestial. Dios lo califica de espíritu perverso. Si todos pudieran ver cómo considera Dios esa disposición egoísta y mezquina, se despreciarían a sí mismos y harían esfuerzos decididos para apartarse de todo acto desagradable.
La idea de que los hombres pueden unirse con la familia de Dios sin modificar en esta vida todos esos desagradables rasgos de carácter, es el mayor de los engaños. El poder para vencer depende, no de las circunstancias, no de nadie que viva en la actualidad, por erudito que sea, sino del pronto auxilio que Dios proporciona.
—Manuscrito 114, del 7 de octubre de 1897, “A los fieles en Jesucristo”. (Cada Día con Dios – 7 de Octubre).
Cita 80
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús. Efesios 2:4-6.
Donde se encuentra el Espíritu de Dios, hallamos humildad, paciencia, bondad y tolerancia; hallamos ternura de alma, y una dulzura que sabe a Cristo. Pero estos frutos no se manifiestan en los inconversos. Mientras más necesitan humillarse delante de Dios, menos comprenden su verdadera situación, y más confianza propia ostentan. Mientras más pretenden ser dirigidos por Dios, más insoportables resultan para los que los rodean, más incapaces de recibir reprensión, más impacientes y discutidores, y menos sensibles a su necesidad de consejo.
En lugar de ser humildes y amables, asequibles, llenos de misericordia, amor y buenos frutos, son exigentes y tiranos. En lugar de ser rápidos para oír y lentos para hablar, son lentos para oír y rápidos para hablar. No están dispuestos a aprender de nadie. Su carácter es fogoso y vehemente. Hay una determinación y una fiereza que se echan de ver en su mismo aspecto y su talante. Hablan y actúan como si estuvieran dispuestos a sacarle la obra a Dios de las manos, y a juzgar por sí mismos a todos los que creen que están equivocados.
El verdadero discípulo tratará de imitar el Modelo. El amor de Cristo lo conducirá a la perfecta obediencia. Tratará de hacer la voluntad de Dios en la tierra, así como se hace en el cielo. Aquel cuyo corazón todavía está contaminado por el pecado, no puede ser celoso para hacer buenas obras; no es cuidadoso para abstenerse del mal; no ejerce vigilancia sobre sus propios motivos y su conducta, ni dominio sobre su lengua desenfrenada, ni cuidado para someter el yo y llevar la cruz de Cristo. Esas pobres almas engañadas no guardan los cuatro primeros mandamientos del Decálogo, que definen el deber del hombre hacia Dios, ni los últimos seis que señalan su deber hacia su prójimo.
Los frutos del Espíritu, que gobiernan el corazón y controlan la vida son: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, entrañas de misericordia y humildad de mente. Los verdaderos creyentes andan de acuerdo con el Espíritu y éste mora en ellos.
—Manuscrito 1, del 9 de octubre de 1878, “Dificultades en la Iglesia”. (Cada Día con Dios – 9 de Octubre).
Cita 81
Porque Jehová conoce el camino de los justos; mas la senda de los malos perecerá. Salmos 1:6.
Si la mente está educada para contemplar las cosas celestiales, el apetito no se debiera satisfacer con lo barato y lo común. Debemos recordar que el Señor está preparado para hacer grandes cosas por nosotros, pero nosotros debemos estar preparados para recibirlas vaciando el corazón de toda suficiencia propia y de toda confianza personal. Sólo el Señor debe ser exaltado. “Yo honraré a los que me honran” dice él. 1 Samuel 2:30.
No necesitamos preocuparnos de que nos reconozcan, porque “el Señor sabe quiénes son los suyos”. Los que no confían en sí mismos, sino que consideran como precaución su propia obra, son aquellos a quienes el Señor revelará su gloria. Emplearán mejor las bendiciones que reciban. Todos los que beban de las puras corrientes del Líbano verán que el agua de la vida manará de ellos con fuerza que no se puede reprimir…
El Señor sabe que si miramos al hombre y confiamos en él, nos estamos apoyando en un brazo de carne. Nos invita a que pongamos nuestra confianza en él. Su poder es ilimitado. Mediten en el Señor Jesús, en sus méritos y su amor, y no traten de buscar defectos ni hablar acerca de las equivocaciones cometidas por los demás. Recuerden las cosas dignas de reconocimiento y alabanza; y si son agudos para descubrir errores en los demás, sean más agudos todavía para reconocer lo que está bien hecho y alabarlo.
Si se someten a la autocrítica, encontrarán en ustedes cosas tan objetables como las que ven en los demás. Trabajemos, entonces, constantemente, para fortalecernos los unos a los otros en la santísima fe. En su carta a los Filipenses Pablo dice: “Pablo y Timoteo, siervos de Jesucristo, a todos los santos en Cristo Jesús que están en Filipos, con los obispos y diáconos: Gracia y paz a vosotros, de Dios nuestro Padre y del Señor Jesucristo. Doy gracias a mi Dios siempre que me acuerdo de vosotros, siempre en todas mis oraciones rogando con gozo por todos vosotros, por vuestra comunión en el evangelio, desde el primer día hasta ahora; estando persuadido de esto, que el que comenzó en vosotros la buena obra, la perfeccionará hasta el día de Jesucristo”. Filipenses 1:1-6. Sea éste el espíritu de todos nosotros.
—Manuscrito 187, del 18 de octubre de 1898. (Cada Día con Dios – 18 de Octubre).
Cita 82
Y todo lo que hacéis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesús, dando gracias a Dios Padre por medio de él. Colosenses 3:17.
Doquiera haya un corazón del cual no irradie la luz del cielo, habrá una soledad en la cual Cristo no puede morar. Al lado de cada alma se encuentra la presencia de un ángel. Se me ha instruido en el sentido de que, con el don de Cristo, se le dieron a este mundo todos los tesoros del cielo. Nada quedó en reserva. Si el hombre no abre la puerta de su corazón a Cristo Jesús para entrar en comunión con él, los agentes satánicos lo harán.
Debe haber abundancia de alegría para gloria de Dios. Si está presente la influencia suavizante y subyugadora de la gracia de Cristo, siempre se pronunciarán palabras agradables. Si alguien se equivoca, converse con esa persona a solas. No se exprese con vehemencia; por el contrario, modere su voz. Quien ocupa un cargo de importancia como mayordomo de Dios, debiera ejercer especial cuidado para no irritar a nadie mediante sus palabras y actos. Debiera dirigirse en forma agradable a cada obrero, y no debiera manifestar ni irritabilidad ni amargura.
Sean mucho más cuidadosos en sus palabras y actos los que ocupan cargos de confianza, y ello más aún mientras mayor sea la responsabilidad de su cargo en relación con sus colaboradores, porque los que están relacionados con la obra de Dios sólo pueden complacerlo si hablan con amabilidad. Toda palabra pronunciada sin la debida meditación e inadvertidamente, debiera ser retirada de inmediato. Si quien habla se olvida de hacerlo, o no le causa pesar su falta de cuidado, alguien imbuido del espíritu de Cristo debiera recordarle que debe pedir disculpas, porque debemos tener presente que, como cristianos que pretendemos trabajar unidos, no debemos actuar como los pecadores, cuyas palabras y obras pecaminosas los condenarán finalmente, a menos que se arrepientan…
—Carta 179, del 19 de noviembre de 1902, dirigida a C. P. Bollman, director del Southern Watchman, publicado en Nashville, Tennessee. (Cada Día con Dios – 19 de Noviembre).
Cita 83
Cuando somos conducidos a circunstancias adversas, … nuestra fe es probada; entonces debemos manifestar la mansedumbre y la dulzura de Cristo. Ni por una palabra debemos dar expresión a los sentimientos del corazón natural. “Si alguno no ofende en palabra, éste es varón perfecto, capaz también de refrenar todo el cuerpo” (Santiago 3:2)—el hombre entero. Lo que necesitamos es estar bajo el control de Jesús. No necesitamos hacer nuestra voluntad. He escuchado a algunos argumentar como una excusa por su proceder equivocado: “Ud. sabe que así es mi temperamento, ésa es mi disposición, que heredé de mis padres”. Sí, y ellos la han cultivado, y se han educado en ella, y así disculpan todo su mal proceder. En vez de ceder a la tentación, deberían apoyarse en el brazo del Poder Infinito … (En los Lugares Celestiales – 20 de Septiembre).
Cita 84
Porque ejemplo os he dado. Juan 13:15.
Estamos formando caracteres para el cielo. Ningún carácter se perfeccionará sin pasar por la prueba y el sufrimiento. Tenemos que ser sometidos a pruebas. Cristo soportó la prueba del carácter en favor de nosotros, para que nosotros podamos pasarla por nosotros mismos gracias a la fortaleza divina que nos concede. Jesús es nuestro ejemplo de paciencia, tolerancia, mansedumbre y humildad.
Discrepaba con todo el mundo impío, y estaba en guerra con él, y sin embargo no dio rienda suelta ni a la pasión ni a la violencia, ya sea mediante palabras o actos, aunque recibió un vergonzoso maltrato en cambio de sus buenas acciones. Se lo afligió, se lo rechazó y se lo trató con desprecio, pero él no tomó represalias. Tenía dominio propio, dignidad y grandeza. Sufrió con calma y respondió a los malos tratos sólo con compasión, piedad y amor…Imiten a su Redentor en estas cosas. No se salgan de quicio cuando las cosas salen mal. No se sulfuren ni pierdan el dominio propio porque piensan que las cosas no son como debieran ser. El que otros obren mal no los excusa a ustedes para hacer lo mismo. El fruto de dos errores no es una cosa correcta. Tienen victorias que ganar para vencer como Cristo venció.
El Señor jamás murmuró; jamás manifestó descontento, disgusto o resentimiento. Nunca se descorazonó, se desanimó, se enojó o se enfureció. Era paciente, tranquilo y lleno de dominio propio en medio de las circunstancias más enojosas y difíciles. Realizaba todas sus obras con una tranquila dignidad y con suavidad, no importa qué conmoción se pudiera estar produciendo a su alrededor. El aplauso no lo entusiasmaba. No temía las amenazas de sus enemigos. Se movía en un mundo de excitación, violencia y crimen, tal como el sol se mueve entre las nubes. Estaba por encima de las pasiones humanas, los disturbios y las pruebas. Avanzaba como el sol por encima de todo ello.
Pero no era indiferente a los males de la humanidad. Su corazón se conmovía por los sufrimientos y las necesidades de sus hermanos como si él mismo fuera el afligido. Poseía una gozosa calma interior, una serena paz. Su voluntad siempre estaba subordinada a la de su Padre. “No se haga mi voluntad, sino la tuya”, fueron las palabras que surgieron de su labios pálidos y temblorosos.
—Carta 512, del 11 de septiembre de 1874, dirigida a Edson y Emma White. (Cada Día con Dios – 11 de Septiembre).
*Las citas de este libro se actualizan constantemente
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