Egoísmo

Cita 1

La Biblia es el Libro Guía que debe resolver los muchos problemas difíciles que aparecen en las mentes dominadas por el egoísmo. Es un reflejo de la sabiduría de Dios, y no solamente proporciona principios grandes e importantes, sino que también provee lecciones prácticas para la vida y la conducta del hombre en su relación con su prójimo. Da detalles precisos que determinan nuestra relación con Dios y del uno para con el otro.

(Dios nos Cuida – 16 de Octubre).


La verdadera felicidad no se encuentra en la gratificación propia y en la complacencia propia, sino en aprender de Cristo, en tomar su yugo y llevar su carga. Los que confían en su propia sabiduría y siguen sus propios caminos, se van quejando a cada paso, porque la carga que el egoísmo les impone es muy pesada y su yugo muy irritante. Podrían cambiar todo eso si vinieran a Jesús, y por su gracia se despojarán del yugo que los ata a Satanás…

(The Youth’s Instructor, 21 de noviembre de 1883)


Cita 4

“El pecado tuvo su origen en el egoísmo. Lucifer, el querubín protector, deseó ser el primero en el cielo. Trató de dominar a los seres celestiales, apartándolos de su Creador, y granjearse para sí su homenaje. Para ello, representó falsamente a Dios, atribuyéndole el deseo de ensalzarse. Trató de investir al amante Creador con sus propias malas características.”

—El Deseado de Todas las Gentes, 17.


Cita 5

Acuérdate, pues, de lo que has recibido y oído; y guárdalo, y arrepiéntete. Pues si no velas, vendré sobre ti como ladrón, y no sabrás a qué hora vendré sobre ti. Apocalipsis 3:3

La posesión de riquezas abre el camino a la gran tentación de llegar a ser codiciosos y egoístas, a sumar riquezas a las riquezas y enterrar en casas y tierras los medios que debieran ser devueltos a Dios. Muchos usan sus medios para gratificar las exigencias del apetito, seguir las modas y edificar para sí magníficas casas. No siguen el ejemplo de Cristo, quien se dio a sí mismo con todo lo que tenía en beneficio del mundo, a fin de librar a los hombres del poder de Satanás. Pero si los que poseen medios siguieran el ejemplo de Cristo, sus corazones se llenarían de benevolencia y podrían ayudar en la proclamación de la verdad en las ciudades, en los caminos y vallados, en llevar el Evangelio a todas las naciones...

La obra de Dios debe ser sustentada mediante diezmos, donaciones y ofrendas. El Señor pide ahora los medios que ha confiado a sus mayordomos. Debiera fluir una corriente constante a la tesorería, a fin de que la obra no se vea obstaculizada. A algunos Dios les ha confiado riquezas terrenales para ser tenidas en custodia y devueltas a El a medida que las requiera para llevar adelante su obra en la tierra. Requiere de sus mayordomos un diezmo fiel de todo su capital, y en adición al diezmo pide donaciones y ofrendas. El Señor no requiere de sus seguidores nada más que lo que El realizó.

(LOS POBRES NO TENEMOS POR QUE QUEJARNOS DE NUESTRA SITUACIÓN, JESUCRISTO LO FUE)

Los que no están expuestos a las tentaciones de los que son ricos en bienes de este mundo no tienen razón para quejarse, porque el Príncipe de la vida compartió con ellos una vida de pobreza. Fue tentado en todos los puntos tal como lo somos nosotros. Fue en nuestro beneficio que caminó en la pobreza como uno de nosotros, para mostrarnos cómo podemos resistir las tentaciones de los instrumentos satánicos… El Señor Jesús nos invita a ser obreros juntamente con El. Es el dueño de todo lo que poseemos y tiene derecho sobre ello. Mediante nuestra disposición de ayudar en su obra podemos mostrar ahora nuestro amor por El.

—Manuscrito 40, del 9 de abril de 1905, “Mayordomía fiel”. (Alza tus Ojos – 9 de Abril).


Cita 6

Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable. 1 Pedro 2:9.

Dios otorga luz a los hombres, pero muchos están llenos de un espíritu dominante y de autosuficiencia; y luchan para llevar adelante sus propias ideas a fin de alcanzar una altura en la que serían como Dios. Sus mentes están en primer lugar, como si Dios debiera servirles a ellos. Aquí es donde yace el peligro: a menos que Dios haga que en alguna forma estos hombres comprendan que El es Dios, y que deben servirle, se introducirán invenciones humanas que los apartarán de la verdad bíblica, a pesar de todas las advertencias que se han dado.

El Señor Jesús siempre tendrá un pueblo escogido que le servirá. Cuando el pueblo judío rechazó a Cristo, el Príncipe de la vida, El les quitó el reino de Dios y se lo dio a los gentiles. Dios continúa obrando de acuerdo con este principio en cada rama de su obra.

Cuando una iglesia demuestra que es infiel a la obra del Señor, no importa cuán alto y sagrado pueda ser su llamado, Dios no puede seguir trabajando con ella. Otros son escogidos entonces para llevar importantes responsabilidades. Pero si éstos a su vez no purifican sus vidas de toda acción errónea, si no establecen principios puros y santos en todos sus límites, entonces el Señor los afligirá y humillará dolorosamente y, a menos que se arrepientan, los quitará de su lugar y hará que sean un baldón… Dios no “es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo”. Hechos 17:25.

Ningún despliegue de magnificencia exterior puede agradar a Dios cuando el corazón está sirviendo a los ídolos y las manos están contaminadas de iniquidad. El Espíritu Santo se unirá con los que estén en la iglesia y caminen humildemente con Dios, con contrición de corazón. Santifica a todos los que miran a Dios y caminan en las huellas de Cristo, los consuela y les da la victoria sobre el mundo.

—Manuscrito 33, del 27 de abril de 1903, “El propósito de Dios para su Iglesia”. (Alza tus Ojos – 27 de Abril).


Cita 7

Deberían tomar precauciones contra el egoísmo y la autoestima, pues son sus enemigos más acérrimos. Pero cuán fácilmente encuentra el yo oportunidades de mostrarse, cómo se regocija Satanás con esas exhibiciones y qué apenados y avergonzados están los ángeles de Dios por la insensatez del hombre. Cuán diferente de Cristo; qué contraste con el ejemplo que El nos dio en su propia vida. Cuán lejos de sus requerimientos de crucificar el yo con sus pasiones y concupiscencias… No sólo hemos de ser partícipes con Cristo en sus sufrimientos y sacrificios, sino que hemos de imitarlo en las pequeñas crucifixiones diarias del yo, y en la negación de las inclinaciones personales.

—Carta 48, del 24 de agosto de 1886, dirigida “A los estimados hermanos dedicados a la obra en Nimes, [Francia]”. (Alza tus Ojos – 24 de Agosto).


Cita 8

Acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, purificados los corazones de mala conciencia, y lavados los cuerpos con agua pura. Hebreos 10:22.

Se debiera acariciar un profundo anhelo de abundantes y plenas bendiciones. Pero no lo obtendremos mientras nos sintamos tan autosuficientes, mientras nuestro amor hacia Dios sea tan débil y tengamos tan poco amor cristiano hacia nuestros hermanos. Cuando el corazón se vacíe del egoísmo, ese vacío será llenado con la plenitud de Cristo. Esté su alma menos ocupada con asuntos materiales. Ponga menos confianza en la sabiduría que tiene evidencias de ser más humana que divina. La alabanza de palabra o de acción dada a cualquier ser humano, es una ofensa a Dios. Sin embargo. El elogiará a cada individuo que guarde sus mandamientos en verdad y justicia.

—Carta 45, del 15 de noviembre de 1897,  escrita a A. G. Daniells y “a mis hermanos en el ministerio, y a la iglesia en Melbourne”. (Alza tus Ojos – 15 de Noviembre).


Cita 9

No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues a preparar lugar para vosotros. Juan 14:1, 2.

¡Cuán precioso es saber que tenemos un Amigo fiel, Alguien que nos impartirá un carácter noble y elevado, que nos hará idóneos para estar en compañía de los santos ángeles en las cortes celestiales! Su protección está sobre todos sus hijos. Gozan de una paz que el mundo no puede dar ni quitar. La pérdida de los tesoros terrenales no los hace sentirse desesperados o desposeidos…

Cristo contempla el mundo, tan lleno de actividad en procura de tesoros terrenales. Ve a tantos que tratan ansiosamente tener primero una cosa y después la otra, en sus esfuerzos por obtener el codiciado tesoro terrenal que, según ellos piensan, satisfará su ambición egoísta, mientras en su ansiosa búsqueda pasan por alto el único sendero que conduce a las verdaderas riquezas. Como el que tiene autoridad, Cristo habla a los tales invitándolos a seguirle. Se ofrece a conducirlos a las riquezas que son tan perdurables como la eternidad. Les señala el sendero angosto de la abnegación y del sacrificio. Los que se esfuercen por avanzar en este sendero, superando cada obstáculo, alcanzarán la tierra de gloria. Al levantar la cruz encontrarán que ésta los eleva a ellos, y por último obtendrán el tesoro imperecedero.

—Carta 264, del 7 de diciembre de 1903, dirigida a un hombre de negocios de bastantes recursos. (Alza tus Ojos – 7 de Diciembre).


Cita 10

Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido. Lucas 14:11.

Nadie se exalte para hablar acerca de sí mismo, para exponer sus habilidades, para ostentar sus conocimientos y cultivar su vanidad. Nadie trate de destruir la obra de los que no trabajan de acuerdo con sus normas. El Maestro celestial nos extiende esta invitación: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Mateo 11:28-30.

Cristo nunca manifestó confianza propia, ni fanatismo ni presunción. Afirmó que “no puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente”. Juan 5:19... Nadie tiene derecho de considerarse dueño de sí mismo. Y nadie posee algo bueno que pueda llamar propio. Todo hombre, todo objeto, es propiedad del Señor. Todo lo que el hombre recibe de la generosidad del Cielo sigue siendo del Señor. Toda cosa de valor que poseamos deberíamos usarla en beneficio de nuestros semejantes a fin de que lleguen a ser obreros valiosos. Toda energía, todo don es un talento que debería contribuir a la gloria de Dios para ser usado en su servicio.

Las facultades que Dios nos ha concedido no deberían servir para lograr fines egoístas. Deberíamos estar siempre dispuestos a impartir, para que los demás aprendan todo lo que sabemos, y deberíamos regocijarnos si desarrollan en su obra una energía y una inteligencia superiores a las nuestras. Los talentos de Dios no deben ser usados para exaltación propia, sino que deben ser llevados a los cambiadores, para que él reciba lo suyo con usura.

Nadie intente asegurar grandezas, felicidad o complacencia personal al invertir en beneficio propio las facultades con las cuales está dotado, porque al actuar así deshonra al Dador, y deja de cumplir el propósito por el cual él fue creado. Todas nuestras facultades provienen de Dios, y deberían ser usadas para su gloria… Nadie tiene el más mínimo motivo de jactancia. Nadie tiene razón alguna para glorificarse o exaltarse, aun cuando haga lo mejor.

—Carta 10, del 3 de mayo de 1884, dirigida a un ministro pionero en Dinamarca. (Cada Día con Dios – 3 de Mayo).


*Las citas de este libro se actualizan constantemente

TG 05-27-2024

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