Educación Superior

Cita 1

Nos invita a ofrecernos en el altar del servicio como holocausto viviente. Debemos consagrar sin reservas a Dios todo lo que tenemos y somos. En esta escuela primaria de la tierra debemos aprender las lecciones que nos han de preparar para ingresar en la escuela superior, donde nuestra educación proseguirá bajo la dirección personal de Cristo. Entonces él nos explicará el significado de su Palabra. (Dios nos Cuida – 13 de Septiembre).


Cita 2

“Todo el universo habrá sido testigo de la naturaleza y de los resultados del pecado. Y su destrucción completa que en un principio hubiese causado temor a los ángeles y deshonrado a Dios, demostrará entonces el amor de Dios y establecerá su gloria ante un universo de seres que se deleitarán haciendo su voluntad y en cuyos corazones se encontrará su ley. Nunca más se manifestará el mal…. La creación, después de haber pasado por tal prueba y experiencia, nunca más se apartará de la sumisión a Aquel que se ha dado a conocer en sus obras como Dios de amor insondable y sabiduría infinita.”—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 557, 558.


Cita 3

En la escuela preparatoria de la tierra debemos aprender las lecciones que nos harán idóneos para ingresar en la escuela superior, donde la educación continuará bajo la dirección personal de Cristo. Entonces nos revelará el significado de su Palabra.No podemos permitimos perder el privilegio de ver su rostro y oír el Evangelio de sus labios. ¿No pondremos íntegramente nuestras almas a la obra de prepararnos para ser admitidos en la escuela superior, donde veremos a Cristo cara a cara?

—Manuscrito 61, del 2 de julio de 1903, “Entrega sin reservas”. (Alza tus Ojos – 2 de Julio).


Cita 4

Vuelve ahora en amistad con él, y tendrás paz; y por ello te vendrá bien. Job 22:21.

El amor por Dios debería guiarnos a encontrar verdadero placer en conocer y hacer su voluntad. Así estaremos diariamente mejor preparados para ser vencedores, para ser ejemplos del poder que tiene la gracia celestial para elevar y ennoblecer a los seres humanos. Cristo fue tentado en todo punto como nosotros, no obstante El venció. Y hoy espera oír y responder los fervientes pedidos de sus hijos en favor de la gracia que los capacitará para triunfar. Sean amables con quienes se relacionen; así lo serán también con Dios. Alábenlo por su bondad; así se constituyen en sus testigos, y se preparan para asociarse con los ángeles. Están aprendiendo en este mundo a cómo conducirse en la familia de Cristo en los cielos. No demoren en familiarizarse con los principios que los hijos de Dios deben seguir. Estamos aquí para imitar el carácter de Cristo y familiarizamos con su bondad, su humildad. Esto nos colocará donde nuestra foja de servicios indique: “Estáis completos en él”. Colosenses 2:10.

Por la paciencia, la amabilidad, el dominio propio, hemos de mostrar que no somos del mundo, que día tras día estamos aprendiendo las lecciones que nos harán idóneos para entrar en la escuela superior.

Cuando los redimidos de Dios sean llamados al cielo, no dejarán tras ellos el progreso que lograron en esta vida al contemplar a Cristo. Continuarán aprendiendo más y aun más acerca de Dios. Llevará sus logros espirituales a las cortes celestiales, sin dejar en este mundo nada de origen divino. Cuando los libros del cielo sean abiertos, se le asignará a cada vencedor su parte y su lugar allí, según el perfeccionamiento que haya alcanzado en esta vida.

—Manuscrito 31, del 22 de agosto de 1903, “Enseñanzas del tercer capítulo de primera de Juan”. (Alza tus Ojos – 22 de Agosto).


Cita 6

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. Gálatas 2:20.

Dios no aceptará nada menos que una rendición incondicional. Los cristianos medio convertidos y pecadores nunca entraran en el cielo. Allí no encontrarían felicidad; porque no saben nada de los principios elevados y santos que gobiernan a los miembros de la familia real. El verdadero cristiano mantiene las ventanas del alma orientadas hacia el cielo. Vive en comunión con Jesús. Su voluntad está de acuerdo con la de Cristo. Su mayor deseo consiste en asemejarse cada vez más al Señor…

Debemos luchar ferviente e incansablemente para alcanzar el ideal de Dios para nosotros. No debemos hacerlo a título de penitencia, sino como la única manera de lograr la verdadera felicidad. El único modo de conseguir paz y alegría consiste en mantener una relación viviente con el que dio su vida por nosotros, que murió para que pudiéramos vivir, y que vive para unir su poder con los esfuerzos de los que están luchando para lograr la victoria. La santidad consiste en estar permanentemente de acuerdo con Dios.

¿No lucharemos para ser lo que Cristo tanto desea que seamos, es a saber, cristianos en hechos y en verdad, para que el mundo pueda ver en nuestras vidas una revelación del poder salvador de la verdad? Este mundo es nuestra escuela preparatoria. Mientras estemos aquí tendremos que enfrentar pruebas y dificultades. El enemigo de Dios tratará continuamente de apartarnos de nuestra lealtad al Señor. Pero mientras nos aferremos al que se entregó por nosotros, estaremos seguros. El abrazo de Cristo abarca a todo el mundo. Murió en la cruz para destruir al que tenía el poder de la muerte, y para erradicar el pecado de toda alma creyente.

Nos invita a ofrecernos en el altar del servicio como holocausto viviente. Debemos consagrar sin reservas a Dios todo lo que tenemos y somos. En esta escuela primaria de la tierra debemos aprender las lecciones que nos han de preparar para ingresar en la escuela superior, donde nuestra educación proseguirá bajo la dirección personal de Cristo. Entonces nos explicará el significado de su Palabra. ¿No obraremos nosotros, en los pocos días de prueba que nos quedan, como hombres y mujeres que buscan vida en el reino de Dios y una eternidad llena de bendiciones?

—The Review and Herald, 16 de mayo de 1907. (Cada Día con Dios – 16 de Mayo).


Cita 7

El temor de Jehová es el principio de la sabiduría, y el conocimiento del Santísimo es la inteligencia. Proverbios 9:10.

A cada alma se le han confiado diversas capacidades. Son talentos que deben perfeccionarse mediante el servicio fiel, de manera que Cristo, en ocasión de su venida, pueda recibir lo suyo con usura. Oímos hablar mucho de educación superior en el sentido en que el mundo considera este asunto. Pero los que no conocen la educación superior, tal como fue enseñada y ejemplificada en la vida de Cristo, ignoran lo que es.

La educación superior implica conformidad con el plan de salvación. Implica la experiencia de contemplar diariamente a Jesús y de colaborar con Cristo para la salvación de los que perecen.

La ociosidad es pecado porque hay un mundo por el cual trabajar. Cristo dio su vida para elevar a los degradados y pecadores. Aunque era el Príncipe del cielo, vivió, sufrió y murió bajo el abuso y la burla de los hombres caídos, y todo esto con el fin de preparar mansiones en las cortes celestiales para la familia humana. Cristo impartió instrucción del orden más elevado.

¿Podemos imaginarnos una educación superior a la que se puede obtener en cooperación con él? Ahora es el momento de trabajar. El fin de todas las cosas se acerca; la noche viene cuando nadie puede obrar. Esta noche está más próxima de lo que algunos suponen. Exalten al Hombre del Calvario frente a los que viven en pecado. Mediante la pluma y la voz trabajen para disipar las falsas ideas que han tomado posesión de las mentes de los hombres con respecto a la educación superior.

—Carta 102, del 8 de junio de 1909, a E. A. Sutherland y P. T. Magan, ex educadores en Battle Creek y Berrien Springs, pero en ese momento maestros de la escuela de Madison, Tennessee. (Cada Día con Dios – 8 de Junio).


Cita 8

¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación? Hebreos 1:14.

Una parte del ministerio de los ángeles es visitar nuestro mundo y supervisar la obra del Señor que está en las manos de sus administradores. En todo tiempo de necesidad ellos ministran a aquellos que, como colaboradores de Dios, están luchando para llevar adelante su obra en la tierra… Las huestes angélicas se regocijan siempre que cualquier rama de la obra de Dios prospera.Los ángeles están interesados en el bienestar espiritual de todos los que están tratando de restaurar la imagen moral de Dios en el hombre; y la familia humana debe conectarse con la familia celestial para curar las heridas y llagas que ha hecho el pecado.

Los agentes angélicos, aunque invisibles, están cooperando con los agentes humanos visibles formando una sociedad de socorro con los hombres. Los mismos ángeles que, cuando Satanás buscaba la supremacía, lucharon la batalla en los atrios celestiales y triunfaron al lado de Dios, los mismos ángeles que exultaron de gozo por la creación del mundo, y por la creación de nuestros primeros padres que habitarían la tierra, los ángeles que testificaron de la caída del hombre y de su expulsión del hogar edénico,—estos mismos mensajeros celestiales tienen el mayor interés en trabajar en unión con la raza caída y redimida para la salvación de los seres humanos que están pereciendo en sus pecados.

Los agentes humanos son las manos de los agentes celestiales; porque los ángeles celestiales emplean manos humanas en el ministerio visible… Al unirnos con estos poderes que son omnipotentes, somos beneficiados con su educación y experiencia superiores. Así, al llegar a ser partícipes de la naturaleza divina y al separar el egoísmo de nuestras vidas, se nos conceden talentos especiales para ayudarnos mutuamente. Esta es la manera celestial de distribuir el poder salvador.

—The Review and Herald, 19 de marzo de 1901. (En los Lugares Celestiales – 5 de Abril).


Cita 9

Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. 1 Corintios 3:8.

 

El progreso en la verdadera educación no concuerda con el egoísmo. El verdadero conocimiento procede de Dios y vuelve a Dios. Sus hijos reciben para dar. Los que por la gracia de Dios han recibido beneficios intelectuales y espirituales tienen que llevar a otros, juntamente con ellos, a mayores alturas de excelencia a medida que progresan. Y esta obra, hecha con el propósito de promover el bien de los demás, contará con la colaboración de instrumentos invisibles. A medida que continuemos fielmente la obra, tendremos la elevada aspiración de lograr justicia y santidad, y un perfecto conocimiento de Dios. Nosotros mismos lograremos ser completos en Cristo en esta vida, y llevaremos a las cortes celestiales nuestros talentos desarrollados aquí, para continuar allá nuestra educación superior.

—Manuscrito 108, del 1 de septiembre de 1898, “La educación superior”. (Cada Día con Dios – 1 de Septiembre).


*Las citas de este libro se actualizan constantemente

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s