Dones y Talentos

Cita 1

Pero cada uno tiene su propio don de Dios, uno a la verdad de un modo, y otro de otro. 1 Corintios 7:7.

 El conocimiento de la verdad es un talento. Hay muchas almas en tinieblas que podrían recibir luz con ayuda de vuestras palabras fieles y verdaderas. Hay corazones que anhelan simpatía y que perecen alejados de Dios. Vuestra simpatía puede ayudarlos. El Señor necesita vuestras palabras, dictadas por el Espíritu Santo…

La primera tarea de todos los cristianos consiste en escudriñar las Escrituras con ferviente oración, para que tengan esa fe que obra por amor y purifica el alma de cualquier rasgo de egoísmo. Si se recibe la verdad en el corazón, obra como buena levadura hasta que toda facultad queda sometida a la voluntad de Dios. Entonces no podréis dejar de brillar, como tampoco lo puede el sol... Todas las ventajas sociales son talentos. No deben dedicarse a la complacencia propia, a la diversión o a la complacencia personal… (Dios nos Cuida – 29 de Mayo).


Cita 2

La dadivosidad es uno de los planes divinos para el crecimiento. El cristiano ha de ganar fortaleza fortaleciendo a otros. “El alma generosa será prosperada; y el que saciare, él también será saciado”. Proverbios 11:25. Esta no es meramente una promesa. Es una ley divina, una ley por la cual Dios establece que los arroyos de benevolencia fluyan continuamente de vuelta hacia tu fuente, como las aguas de lo profundo se mantienen en constante circulación.—The Signs of the Times, 12 de junio de 1901. AFC 165.1


Cita 3

“Nuestro tiempo pertenece a Dios. Cada momento es suyo, y nos hallamos bajo la más solemne obligación de aprovecharlo para su gloria. De ningún otro talento que él nos haya dado requerirá más estricta cuenta que de nuestro tiempo. “El valor del tiempo sobrepuja todo cómputo. Cristo considera precioso todo momento, y así es como hemos de considerarlo nosotros. La vida es demasiado corta para que se la disipe. No tenemos sino unos pocos días de gracia en los cuales prepararnos para la eternidad…. No tenemos tiempo para perder, ni tiempo para dedicar a los placeres egoístas, ni tiempo para entregarnos al pecado. Ahora hemos de formar caracteres para la vida futura e inmortal. Ahora hemos de prepararnos para el juicio investigador….. “Se nos amonesta a redimir el tiempo. Pero el tiempo desperdiciado no puede recuperarse jamás…. La única manera en la cual podemos redimir nuestro tiempo es aprovechando lo más posible el que nos queda, colaborando con Dios en su gran plan de redención.

“Del debido aprovechamiento de nuestro tiempo depende nuestro éxito en la adquisición de conocimiento y cultura mental…. Pero atesórense los momentos. Unos pocos momentos aquí y unos pocos allí, que podrían desperdiciarse en charlas sin objeto; las horas de la mañana tan a menudo desperdiciadas en la cama …, los momentos que pasamos en espera de la comida o de aquellos que llegan tarde a una cita; si se tuviera un libro en la mano y se aprovecharan estos fragmentos de tiempo en estudiar, leer o en pensar cuidadosamente, ¡cuánto podría realizarse!”—Sketches From the Life of Paul, 315, 314.


Cita 4

“El Señor está probando el carácter en la manera en que distribuye los talentos. El hombre que deja de aprovechar su talento demuestra que es un siervo infiel…. “Por pequeño que sea vuestro talento, Dios tiene un lugar para él. Ese solo talento, sabiamente usado, realizará la obra que le fue asignada. Mediante la fidelidad en los pequeños deberes, debemos trabajar según el plan de adición, y Dios obrará en nuestro favor según el plan de multiplicación. Estas cosas pequeñas llegarán a ser las más preciosas influencias en su obra.”—Sketches From the Life of Paul, 322, 324, 327.


Cita 5

El Señor me ha mostrado que nuestras fuerzas físicas, mentales y morales, bajo la orientación del Espíritu, serán educadas para realizar la obra con toda pureza, sin que se introduzca ni una sola hebra de la ciencia satánica que eche a perder el diseño que Cristo nos ha dado. 

Los talentos y las facultades que han sido fortificados en justicia serán empleados, fortalecidos y preparados para realizar las obras designadas por el Cielo. El que en esta vida utilizó los dos talentos que le fueron confiados, demostrará en la vida futura que sus talentos no se corrompieron. Ellos serán utilizados en un plan más amplio y más noble en la vida futura.

A cada hombre se le asigna su propia obra. Los que son partícipes de la naturaleza divina, y han escapado de la corrupción que está en el mundo debido a la concupiscencia, revelarán una vida purificada en este tiempo de preparación para la vida más elevada. Aquí abajo comienzan a vivir la vida de orden celestial y a llevar la naturaleza divina en toda clase de tareas.

No hay lugar para los estafadores en las cortes celestiales. Tampoco estarán allí los falsificadores, los mentirosos, los adúlteros ni las personas de mente cruel. Estos nunca contemplarán el rostro de Dios. Cuando Cristo venga tomará a los que purificaron sus almas por medio de la obediencia a la verdad.

—Manuscrito 36, del 24 de marzo de 1906, “Una advertencia solemne”. (Alza tus Ojos – 24 de Marzo).


Cita 6

Como todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad nos han sido dadas por su divino poder, mediante el conocimiento de aquel que nos llamó por su gloria y excelencia. 2 Pedro 1:3.

Los verdaderos cristianos son fieles en las cosas pequeñas, recordando que la Palabra del Señor declara: “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel”. Lucas 16:10. Una obediencia fiel y constante a las palabras de Cristo hace a los hombres puros de mente, firmes en sus propósitos y fieles en cada etapa de la vida.

El verdadero servicio descubre el velo de un corazón hecho fragante por el amor de Dios. Tal servicio otorga nobleza al carácter en esta vida. Bajo su influencia, el amor a Dios y al hombre se expresa con los labios y se revela en las acciones…

—Carta 67, del 25 de abril de 1902, dirigida a “Mis hermanos en posiciones de responsabilidad en la Pacific Press”. (Alza tus Ojos – 25 de Abril).


Cita 7

A estos cuatro muchachos Dios les dio conocimiento e inteligencia en todas las letras y ciencias; y Daniel tuvo entendimiento en toda visión y sueños. Daniel 1:17.

A fin de que nuestra obra pueda tener éxito, debemos cooperar con el mensajero celestial que ha de iluminar la tierra entera con la gloria de Dios. El Señor lo llama, como a Daniel, para que emplee el poder que Dios le ha dado para revelarlo al mundo… Daniel tuvo compañeros, y ellos tuvieron una obra especial que hacer. Aunque fueron grandemente honrados en esta obra, en forma alguna se exaltaron a sí mismos. Eran eruditos, diestros en conocimientos seculares tanto como religiosos; pero habían estudiado la ciencia sin corromperse. Eran bien equilibrados porque se habían entregado al control del Espíritu Santo. Estos jóvenes dieron a Dios toda la gloria por sus dotes seculares, científicas y religiosas. Su conocimiento no procedía de la casualidad, obtuvieron conocimientos mediante el fiel uso de sus facultades y Dios les dio habilidad y comprensión.

—Carta 134, del 27 de mayo de 1898, dirigida a J. H. Kellogg. (Alza tus Ojos – 27 de Mayo).


Cita 8

Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado. Mateo 12:37.

Todos sabemos cuánto daño puede hacer una lengua indisciplinada si se la deja suelta. Los que se han reunido en la iglesia se han obligado a sí mismos, por su unión a ella, a mantener fuera de su manera de ser la conversación maliciosa. Es el deber de quienes ocupan puestos de responsabilidad en la iglesia vigilar de cerca este asunto para cuidar que el orden y la armonía sean preservados en ella…

Como iglesia deben ubicarse donde puedan representar el carácter de Cristo ante el mundo. Deben situarse donde puedan edificarse mutuamente en la fe más santa. Nunca han de destrozarse unos a otros, pues estarían realizando la obra de Satanás. Día a día deben ayudarse mutuamente a crecer hasta la perfecta estatura de hombres y mujeres en Cristo. De este modo cierran la puerta al enemigo.

El poder del habla es un gran talento para bendecir a otros o una gran maldición para causar disensión y rivalidad. El que vive al acecho de los defectos de éste y de aquél, está descuidando su propia alma preciosa. Y los que permiten que alguien lleve adelante su obra anticristiana sin reprenderlos, son responsables ante Dios de agravio a sus hermanos.¿Podemos esperar que la bendición del Señor descanse sobre una iglesia cuando sus miembros están alimentando enconos entre sí?…

Aquellos en cuyos corazones mora Cristo mostrarán en sus vidas el fruto del Espíritu: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe. Quienes estén dominados por el enemigo estarán llenos de envidia, contienda, malicia y conjeturas perversas. Si una de esas personas de quien se hablan palabras crueles estuviera esta noche en el lecho de muerte, qué diferentes serían las palabras que se pronunciarían de él. Cuán a menudo es este el caso: mientras una persona está viva y podría ser bendecida por palabras amables, se dicen cosas desagradables y amargas de él. Pero cuando su obra ha concluido y sus manos están entrelazadas en la muerte, se lo alaba con palabras de amor y reconocimiento. Pero éstas descienden a oídos que ya no escuchan. Se dirigen a corazones que ya no pueden ser consolados. ¡Es demasiado tarde! Oh, si algunas de estas palabras de amor se hubieran pronunciado en vida, cuánto mejor habría sido…

Dios desea que su pueblo tenga en sus hogares toda la paz, el gozo y el amor que es posible poseer. El amor que introduzcan en ellos será el que introduzcan en la iglesia.

Mis hermanos, mis hermanas, pueden traer la paz del cielo al hogar y a la iglesia, si santifican a Dios el talento del habla.

—Manuscrito 26, del 15 de julio de 1886, “Habladuría maliciosa”, un sermón predicado en Oslo, Noruega. (Alza tus Ojos – 15 de Julio).


Cita 9

Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Mateo 25:29.

Hermano, no cuestione la sabia providencia de Dios, porque Dios ha dicho que perfeccionará la fuerza de El en la debilidad de Ud. Mantenga siempre un corazón humilde, contrito, y así permitirá que Dios manifieste su amor y gracia por medio del instrumento frágil. No desperdicie ni un momento en lamentar las oportunidades que nunca tuvo. Ud. ha pensado muchas veces: “Si hubiera tenido otra posición en la vida, y las ventajas que muchos otros tienen, podría haber tenido un mayor capital que invertir para el Señor”. El Señor sabía todo acerca de este asunto cuando lo eligió para la obra que le ha encomendado. En el hermoso plan de Dios, ese único talento puede ser incrementado por el uso, y llegar a ser diez. Recuerde siempre que Dios tendrá en cuenta lo que el hombre tiene, y no lo que no tiene. Véase 2 Corintios 8:12.

Dios le ha dado talentos. El lo ha elegido para llevar responsabilidades no porque tuviera una educación esmerada, no porque fuera un orador o un hombre de intelecto brillante; El lo escogió porque, por medio de su gracia, usted caminó humildemente con Dios y manifestó fidelidad en las cosas pequeñas.

Jesús ha estado entregando bienes a sus siervos siglos tras siglo. Una generación tras otra ha ido acumulando la herencia de la fe; los talentos han aumentado grandemente con el uso, y han llegado hasta nosotros. Somos como siervos contratados. El nos compró, y pagó el precio del rescate con su propia sangre para asegurar nuestro servicio voluntario. Algunos, como Ud., sienten la responsabilidad de negociar con los bienes que el cielo les ha encomendado. Ud. desea ofrecer mayores ingresos a su Señor. No se conforma con la pequeñez de los mayores dones que puede poner sobre el altar para Cristo; todo el tiempo y esfuerzo que puede dar al Maestro le parece demasiado poco, y se lamenta por su servicio imperfecto. Mire al Salvador ascendido. No está muerto, ni en la tumba nueva de José, con una gran piedra delante. ¡Ha resucitado!… ¡Es nuestro gran Sumo Sacerdote! El intercede en su favor. Todo lo que pide de Ud. es que use los talentos que se le han confiado. Si piensa que Dios le ha dado cinco talentos, consuélese con la idea que El no espera de Ud. la adición de diez. ¡En el nombre de Jesús de Nazaret, le insto a que eleve su mirada! El arco iris de la promesa está rodeando el trono.

—Manuscrito 8, del 25 de noviembre de 1892, enviado a un dirigente de la Asociación General. (Alza tus Ojos – 25 de Noviembre).


Cita 10

Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios; de gracia recibisteis, dad de gracia. Mateo 10:8.

Dios ha dado a hombres y mujeres dones preciosos. A diferentes personas ha dado dones diferentes. No todos tienen la misma fortaleza de carácter o la misma profundidad de conocimiento, pero cada uno debe usar sus dones en el servicio del Maestro, no importa cuán pequeño pueda parecer este don. El fiel mayordomo negocia sabiamente con los bienes que le han sido confiados. Las facultades de la mente y el cuerpo deben ser cuidadosamente guardadas. Nuestros dones no deben ser debilitados por la autoindulgencia. Cada facultad debe ser preservada, a fin de que siempre pueda estar lista para su uso inmediato. Ninguna parte del organismo físico debe ser debilitada por el abuso. Cada parte, no importa cuán pequeña sea, influye en el todo. El abuso de un nervio o músculo disminuye la utilidad de todo el cuerpo.

—Manuscrito 147, del 31 de diciembre de 1903, “El sendero angosto”. (Alza tus Ojos – 31 de Diciembre).


Cita 11

Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. 1 Corintios 12:4-6.

Dios ha dado a cada hombre su obra, de acuerdo con sus diversas habilidades…

No siempre los hombres que aparentemente poseen las más notables capacidades logran más éxito en algunos ramos de la obra. El Señor usa gente que se considera menos capaz. Es posible que no sean elocuentes, pero si están en comunión con Dios, él los bendice ricamente. Sus palabras toscas y contundentes, que provienen directamente del corazón, son de gran valor y el Señor las aprecia. Los que están relacionados con el servicio del Maestro no deben buscar a hombres de notables habilidades para que hagan la obra en lugar de ellos. Dios respalda al que hace lo mejor que puede.

Confíe cada hombre en su capacidad, y Dios impresionará los corazones de aquellos por quienes trabaja. Mucho bien puede realizar el obrero sincero y humilde que sabe que el éxito no depende de las apariencias, sino del que le encomendó su tarea…

Dios anhela que se dé a su obra una forma diferente. Salgan los hombres a trabajar, confiando en el Señor, y él irá con ellos convenciendo y convirtiendo a las almas.

Un obrero puede tener facilidad de palabra, otro puede ser un escritor de pluma fácil, otro puede tener el don de orar sincera, ardiente y fervientemente, otro el don del canto.

Otro puede tener la capacidad especial de exponer la Palabra de Dios con claridad. Cada don debe llegar a ser poderoso para Dios, porque él trabaja con los obreros.

A uno da Dios el don de la sabiduría, a otros del conocimiento y a otros de la fe. Pero todos deben trabajar a las órdenes de la misma Cabeza. La diversidad de dones conduce a una diversidad de operaciones, “pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo”. 1 Corintios 12:6.

Dios ciertamente bendecira a los obreros que se dedican de todo corazón a la tarea. Si el Señor les pide que dediquen sus pies a la obra, denle los pies. Con los pies pueden ganar almas.

—Carta 1, del 18 de enero de 1902, dirigida al pastor S. N. Haskell y senora, que estaban empeñados en tareas de evangelizacion. (Cada Día con Dios – 18 de Enero).


Cita 12

Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla, será enaltecido. Lucas 14:11.

Nadie se exalte para hablar acerca de sí mismo, para exponer sus habilidades, para ostentar sus conocimientos y cultivar su vanidad. Nadie trate de destruir la obra de los que no trabajan de acuerdo con sus normas. El Maestro celestial nos extiende esta invitación: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”. Mateo 11:28-30.

Cristo nunca manifestó confianza propia, ni fanatismo ni presunción. Afirmó que “no puede el Hijo hacer nada por sí mismo, sino lo que ve hacer al Padre; porque todo lo que el Padre hace, también lo hace el Hijo igualmente”. Juan 5:19… Nadie tiene derecho de considerarse dueño de sí mismo. Y nadie posee algo bueno que pueda llamar propio. Todo hombre, todo objeto, es propiedad del Señor. Todo lo que el hombre recibe de la generosidad del Cielo sigue siendo del Señor. Toda cosa de valor que poseamos deberíamos usarla en beneficio de nuestros semejantes a fin de que lleguen a ser obreros valiosos. Toda energía, todo don es un talento que debería contribuir a la gloria de Dios para ser usado en su servicio.

Las facultades que Dios nos ha concedido no deberían servir para lograr fines egoístas. Deberíamos estar siempre dispuestos a impartir, para que los demás aprendan todo lo que sabemos, y deberíamos regocijarnos si desarrollan en su obra una energía y una inteligencia superiores a las nuestras. Los talentos de Dios no deben ser usados para exaltación propia, sino que deben ser llevados a los cambiadores, para que él reciba lo suyo con usura.

Nadie intente asegurar grandezas, felicidad o complacencia personal al invertir en beneficio propio las facultades con las cuales está dotado, porque al actuar así deshonra al Dador, y deja de cumplir el propósito por el cual él fue creado. Todas nuestras facultades provienen de Dios, y deberían ser usadas para su gloria… Nadie tiene el más mínimo motivo de jactancia. Nadie tiene razón alguna para glorificarse o exaltarse, aun cuando haga lo mejor.

—Carta 10, del 3 de mayo de 1884, dirigida a un ministro pionero en Dinamarca. (Cada Día con Dios – 3 de Mayo).


Cita 13

Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo. Efesios 4:11, 12.

El Señor no ha calificado a ninguno de nosotros para que lleve solo la carga de la obra. Ha relacionado para que se reúnan hombres de criterios diferentes, a fin de que se aconsejen y se ayuden mutuamente. De esa manera la falta de experiencia y capacidad de uno es suplida por la experiencia y la capacidad del otro.

Debiéramos estudiar cuidadosamente las instrucciones que se dan en Corintios y Efesios con respecto a nuestra relación mutua como miembros del cuerpo de Cristo… En tu obra, Edson, debes tener en cuenta la relación que cada obrero tiene con los otros obreros vinculados con la causa de Dios. Debes recordar que los otros, tanto como tú mismo, tienen una tarea que cumplir en relación con esta causa. No deberías cerrar tu mente al consejo de los demás. En tus planes para el progreso de la obra, tu mente debe amalgamarse con la de otros… Estamos relacionados con el servicio y la causa de Dios, y debemos comprender individualmente que formamos parte de un gran todo. Debemos buscar sabiduría de Dios, para aprender lo que significa tener un espíritu alerta y vigilante, y acudir al Salvador cuando estamos cansados y deprimidos.

Confía en Dios, no sólo en el juicio del hombre. Debes aprender a dejar de lado tu voluntad y tu manera de ver las cosas, y recibir luz de aquellos a quienes Dios ha hecho sus ayudantes y ha designado como tus colaboradores. Acude a Cristo para recibir alivio. Aférrate de él. Persevera lo suficiente como para someter tu voluntad a la de Dios.

Muchos están demasiado apurados para orar. Con pasos apresurados avanzan a la sombra de la amante presencia de Cristo, para detenerse tal vez unos pocos momentos en el sagrado recinto, pero sin esperar su consejo… Concentra tus pensamientos en el Salvador. Apártate del bullicio del mundo y siéntate a la sombra de Cristo. Tienes que hacerlo para recibir las ricas bendiciones que espera concederte. Dedica tus pensamientos a cosas elevadas y santas. Entonces, en medio de la actividad del trabajo y el conflicto diario, se renovará tu fortaleza espiritual.

—Carta 80, del 25 de mayo de 1902, dirigida a Edson White, que en ese entonces estaba dedicado a trabajar entre la gente de color de los estados del sur. (Cada Día con Dios – 25 de Mayo).


Cita 14

Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. 1 Corintios 2:9.

Cada pecado, cada acto injusto, cada transgresión de la ley de Dios, recae con fuerza mil veces mayor sobre el autor que sobre la víctima. Cada vez que una de las maravillosas facultades con que Dios ha enriquecido al hombre sufre algún abuso o se la usa mal, pierde para siempre una porción de su vigor y nunca volverá a ser como antes. Todo abuso cometido contra nuestra naturaleza moral en esta vida ejerce una influencia no sólo ahora sino por la eternidad. Aunque Dios perdone al pecador, la eternidad no compensará la pérdida voluntaria experimentada en esta vida. Llegar a la vida futura desprovistos de la mitad del poder que podríamos haber llevado allí, es un pensamiento terrible.

Los días de pruebas malgastados aquí cuando debíamos prepararnos para el cielo, constituyen una pérdida que nunca se recuperará. La capacidad de disfrutar será menor en la vida futura debido al mal proceder y al abuso de las facultades morales en esta vida. Por más alto que sea el nivel a que lleguemos en la vida futura, podríamos haber alcanzado niveles mucho más elevados, si hubiéramos aprovechado al máximo los privilegios y las áureas oportunidades dadas por Dios para acrecentar nuestras facultades aquí durante este tiempo de prueba…

Todos estamos a las órdenes de uno de los dos grandes capitanes. El primero, Creador del hombre y del mundo, es el mayor. Cada cual le debe lealtad plena, la devoción de todos sus afectos. Si se le entrega la mente para que la dirija, y si Dios dispone de la posibilidad de modelar y desarrollar las facultades, cada día se recibirá nuevo poder moral de la Fuente de toda sabiduría y fortaleza. La bendición moral y las bellezas divinas recompensarán los esfuerzos de todos aquellos cuyas mentes estén orientadas hacia el cielo. Podremos captar revelaciones, bellezas divinas, que se encuentran más allá de la miope visión de los mundanos, y que superan la imaginación de las inteligencias más desarrolladas y de los filósofos más eruditos, pero que no se han relacionado con el Poder infinito…

La justicia, el honor, el amor y la verdad son los atributos del trono de Dios. Son los principios de su gobierno que se establecerá en la tierra, cuando sea purificada con el fuego de su justicia retributiva. Estas son las joyas que debemos buscar y atesorar para ahora y la eternidad…

—Carta 41, del 7 de diciembre de 1877, dirigida a F. E. Belden, un conocido de 19 años. (Cada Día con Dios – 7 de Diciembre).


Cita 15

Y el que planta y el que riega son una misma cosa; aunque cada uno recibirá su recompensa conforme a su labor. 1 Corintios 3:8.

El progreso en la verdadera educación no concuerda con el egoísmo. El verdadero conocimiento procede de Dios y vuelve a Dios. Sus hijos reciben para dar. Los que por la gracia de Dios han recibido beneficios intelectuales y espirituales tienen que llevar a otros, juntamente con ellos, a mayores alturas de excelencia a medida que progresan. Y esta obra, hecha con el propósito de promover el bien de los demás, contará con la colaboración de instrumentos invisibles. A medida que continuemos fielmente la obra, tendremos la elevada aspiración de lograr justicia y santidad, y un perfecto conocimiento de Dios. Nosotros mismos lograremos ser completos en Cristo en esta vida, y llevaremos a las cortes celestiales nuestros talentos desarrollados aquí, para continuar allá nuestra educación superior.

—Manuscrito 108, del 1 de septiembre de 1898, “La educación superior”. (Cada Día con Dios – 1 de Septiembre).


Cita 16

Apacentando Moisés las ovejas de Jetro su suegro, sacerdote de Madián. Éxodo 3:1.

Moisés dedicó cuarenta años de su vida a pastorear ovejas, para prepararse con el fin de conocerse a sí mismo y purificarse mediante la abnegación, para que el Señor pudiera cumplir su voluntad en él. Jesús no quiere que sus obreros sean meras máquinas, en lo que a intelectualidad o a sentimiento se refiere. Ambas cosas son necesarias para la obra, pero Dios quiere purificar de defectos estos elementos del carácter humano, no meramente por hablar de la voluntad de Dios, sino por hacerla. “El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá… la doctrina”. Juan 7:17.

El Señor estaba preparando a Moisés. Lo sometió a un largo proceso de entrenamiento mental, para que fuera el Capitán de los ejércitos de Israel. Los hombres señalados por Dios recibirán inspiración, pero no de ninguno que tenga un alto concepto de su superioridad mental. Porque todo hombre a quien Dios use para hacer su voluntad, debe tener un humilde concepto de sí mismo, y debe buscar la luz con fervor perseverante. Dios no quiere que nadie se convierta en un novato, se sumerja en una humildad voluntaria y se incapacite cada vez más.

El Señor invita a todos aquellos con quienes trabaja a que se esfuercen mentalmente al máximo, y que oren, esperen y crean al máximo también. Muchos, como Moisés, han tenido que desaprender bastante para aprender precisamente las lecciones que necesitaban. Moisés tuvo que prepararse mediante la más severa disciplina mental y moral, y Dios trabajó con él antes que estuviera en condiciones de educar la mente y el corazón de los demás.

Había recibido su instrucción en la corte egipcia. No se escatimó nada para prepararlo con el fin de que llegara a ser un general de los ejércitos de Egipto. Las falsas teorías de los idólatras egipcios habían penetrado en su mente, y no se podía desembarazar fácilmente de las influencias que lo rodeaban y de las cosas que veía. Eso mismo ocurre con los que reciben una preparación incorrecta en cualquier ramo de trabajo. Toda la idólatra basura de la tradición pagana tuvo que desaparecer, porción tras porción, punto por punto, de la mente de Moisés… Dios lo ha hecho todo por nosotros. ¿Qué hemos hecho nosotros por él? ¿Seremos fieles mayordomos de su gracia?

—Manuscrito 45, del 8 de noviembre de 1890, diario escrito en Sands [ahora Stanley], Virginia. (Cada Día con Dios – 8 de Noviembre).


Cita 17

Mira, yo he llamado por nombre a Bezaleel, hijo de Uri, hijo de Hur, de la tribu de Judá; y lo he llenado del Espíritu de Dios, en sabiduría y en inteligencia, en ciencia y en todo arte. Exodo 31:2, 3.

Dios siempre tiene hombres designados para que aparezcan en el escenario justamente donde se necesita llevar a cabo una obra determinada, hombres con quienes y por medio de quienes puede trabajar… Dios ha confiado talentos a cada hombre: Dones que satisfacen las necesidades de un determinado lugar… El Señor dará entendimiento a todos los que se quieran relacionar plenamente con su obra. No tenemos que confiar sólo en la sabiduría humana. En Dios hay sabiduría, y tenemos el privilegio de acudir a él para obtener consejo…

Todos somos miembros de la familia del Altísimo, y en mayor o menor medida tenemos talentos que él nos ha confiado, por cuyo empleo nos hace responsables. Ya sea que nuestros talentos sean grandes o pequeños, tenemos que emplearlos en el servicio del Señor, y debemos reconocer el derecho de los demás de emplear los talentos que se les han confiado. Nunca debemos despreciar el más mínimo capital físico o intelectual. Algunos sólo pueden negociar con pesos y centavos y, con la bendición de Dios y gracias a una labor diligente, esos humildes siervos pueden hacer inversiones con buen éxito, y obtener ganancias proporcionadas al capital que se les confió.

Nadie debiera despreciar al humilde obrero que está ocupando su lugar, y que está llevando a cabo una obra que alguien debe hacer, por pequeña que ésta parezca. ¡Oh, cómo me duele el corazón cuando veo a hombres que han tenido grandes oportunidades y que tratan de ocupar puestos de menor importancia cuando, con un poco de aliento, podrían haber ocupado un puesto de mayor responsabilidad! El Señor usa los vasos grandes y pequeños. Muchos cuyas vidas están llenas de actividades que cumplen con dedicación, necesitan el consejo y el ánimo que les pueden dar los demás; necesitan palabras de aprobación.

Dios contempla con satisfacción los progresos que hacen sus hijos cuando se ayudan y se animan mutuamente. Todos, ya sea que tengan pocos o muchos talentos, deben unirse íntimamente. Necesitamos más del espíritu del Salvador para ayudar a los que se les ha impedido progresar.

—Carta 260, del 2 de diciembre de 1903, dirigida al Dr. George A. Hare, a quien se había invitado para que se uniera al personal del sanatorio que se quería fundar en Washington. (Cada Día con Dios – 2 de Diciembre)


Cita 18

Y él le dice: Está bien, buen siervo; pues que en lo poco has sido fiel, tendrás potestad sobre diez ciudades. Lucas 19:17.

“Los talentos que se usan son talentos que se multiplican. El éxito no es el resultado de la casualidad o del destino; es la operación de la providencia de Dios, la recompensa de la fe y la discreción, de la virtud y el esfuerzo perseverante. El Señor desea que usemos cada don que poseemos; y si lo hacemos, tendremos mayores dones para usar. Él no nos capacita de una manera sobrenatural con las cualidades de que carecemos; pero mientras usamos lo que tenemos, él obrará con nosotros para aumentar y fortalecer toda facultad…. Mediante la fe en el poder de Dios, es admirable cuán fuerte puede llegar a ser un hombre débil, cuán decididos sus esfuerzos, cuán prolífero en grandes resultados. El que empieza con poco conocimiento, de una manera humilde, y dice lo que sabe, mientras busca diligentemente un conocimiento mayor, hallará todo el tesoro celestial que espera su demanda. Cuanto más trate de impartir luz, más luz recibirá. FV 165.2  {La Fe por la cual Vivo}

“El Señor está probando el carácter en la manera en que distribuye los talentos. El hombre que deja de aprovechar su talento demuestra que es un siervo infiel…. FV 165.3  {La Fe por la cual Vivo}


Cita 19

“Por pequeño que sea vuestro talento, Dios tiene un lugar para él. Ese solo talento, sabiamente usado, realizará la obra que le fue asignada. Mediante la fidelidad en los pequeños deberes, debemos trabajar según el plan de adición, y Dios obrará en nuestro favor según el plan de multiplicación. Estas cosas pequeñas llegarán a ser las más preciosas influencias en su obra.”—Sketches From the Life of Paul, 322, 324, 327.


Cita 20

“Dios prueba a los hombres, a algunos de una manera, a otros de otra. Prueba a algunos derramando sobre ellos sus bienes en abundancia, y a otros retirándoles sus favores. Prueba a los ricos para ver si amarán a Dios, el Dador, y a su prójimo como a sí mismos. Cuando el hombre hace buen uso de estos bienes Dios queda complacido; puede confiarles luego mayores responsabilidades…. FV 172.2  {La Fe por la cual Vivo}


*Las citas  de este libro se actualizan constantemente

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