Cita 1
¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo? Isaías 58:6.
Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey. 1 Pedro 5:2, 3.
¿Quién le dio vida al hombre? ¿Quién le dio inteligencia? ¿No fue acaso Dios? No se exalte por encima de sus hermanos el cristiano que depende de Dios hasta por su aliento. No debiera dictarles condiciones, como si les hubiera dado vida e inteligencia, y por lo tanto todos tuvieran que responder ante él. Se está manifestando entre vosotros un espíritu que Dios no va a tolerar. Jamás los cristianos deben creer que son señores sobre la herencia del Señor. No debería manifestarse entre los cristianos un espíritu que haga patrones de algunos y sirvientes de otros. Este mandamiento de Dios lo prohíbe: “Todos vosotros sois hermanos”. Mateo 23:8. Nadie debe creer que es dueño de las mentes y los talentos de sus hermanos. No debe pensar que los demás se tienen que someter a sus órdenes. Está sujeto a errar, a cometer equivocaciones, como todo ser humano. No debe tratar de manejar los asuntos de acuerdo con sus ideas. Quien ceda al espíritu de exaltación propia se pone bajo el dominio del enemigo.
—Carta 92, del 2 de julio de 1900, dirigida al Dr. J. H. Kellog. (Cada Día con Dios – 2 de Julio).
Cita 4
Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Mateo 12:34, 35.
Nunca tratemos como infieles a aquellos por quienes trabajamos, a menos que tengamos evidencias indubitables de que lo son. Y aún cuando la infidelidad de un obrero sea plenamente probada, nunca trate con él de manera que tenga excusa para decir: “Usted fue duro conmigo”. No debe hacer nada que provoque a ira a los que yerran. No trate a creyentes o incrédulos de tal manera que llegue a excitar los peores sentimientos de sus corazones. No lance acusaciones que puedan ser crueles e injustas. Mediante esta manera de proceder, puede conducir a las almas a la perdición…
Usted debe manifestar en su obra la simpatía de Cristo. Sus palabras deben ser una expresión de ella. Debe hablar el idioma de Canaán. Usted ya no forma parte del mundo. Ha salido de él y debe evitar sus métodos y procedimientos. Mediante sus palabras y actos debe manifestar los amantes propósitos de Dios. Debe tratar siempre con respeto a sus colaboradores, recordando que fueron creados a imagen de Dios. El que sirve en lugar de Cristo sólo cumple su deber cuando manifiesta las gracias del Espíritu de Dios a todos los que se relacionan con él.
No deben escucharse ni reprimendas ni expresiones airadas, porque esas palabras deshonran a Cristo y son un baldón para el nombre de cristiano. Parte del deber del que sirve como director consiste en aprender a ejercer dominio propio. El Señor Jesús ha elegido a seres humanos para que sean su instrumento. Deben cumplir su propósito. Su muerte en la cruz del Calvario fue la culminación de su humillación. Su obra redentora trasciende el entendimiento finito…
—Carta 196, del 18 de septiembre de 1901, dirigida a un administrador del Sanatorio de Santa Elena. (Cada Día con Dios – 18 de Septiembre).
Cita 5
Los principios del carácter de Dios eran el fundamento de la educación constantemente mantenida ante los ángeles del cielo. Estos principios eran la bondad, la misericordia y el amor. La luz evidente que de ellos dimana debía ser reconocida y aceptada por quienes ocupaban posiciones de confianza y de poder. Ellos eran quienes debían aceptar los principios divinos y convencer a todos los servidores de Dios, por medio de la presentación de la verdad, la justicia y la bondad, [que] éste era el único poder que se podía emplear. Jamás se debía aplicar la fuerza. Todo aquél que piense que su puesto le otorga poderes de mando y de control de la conciencia de otros, debe ser privado de tal responsabilidad. CT 15.2 {El Cristo Triunfante}
Estos principios debían de ser los fundamentos de toda administración en la tierra. Las normas divinas deben observarse y respetarse en cada iglesia. Así lo requiere el Señor. El gobierno de Dios es moral. Nada se hace en él por impulso o arrebato. La verdad debe prevalecer. Todo servicio debe ofrecerse con buen ánimo y motivado por el amor a Dios. Los que gozan de posiciones de influencia deben representar a Dios, pues cuando ofician actúan en lugar de Dios… CT 15.3 {El Cristo Triunfante}
Los principios del Señor no son de este orden. Todo poder compulsorio se encuentra bajo el gobierno satánico. Dios no trabaja de este modo. Dios no nos ofrece un modelo para que un ser humano se alce sobre otro como Dios y le ocasione padecimientos físicos y mentales. Este principio es una creación satánica… CT 15.5 {El Cristo Triunfante}
Cuando los servidores de Dios recurren a la acusación, adoptan el principio de Satanás para echar fuera a Satanás. Esto no tendrá éxito. Por el contrario, Satanás lo tendrá. El enemigo trabaja sobre las mentes humanas inculcando principios fraudulentos. Estos serán adoptados y ejecutados por quienes pretenden ser leales y fieles al gobierno divino. ¿Cómo podemos saber que son mentirosos y desleales? “Por sus frutos los conoceréis”. CT 16.2 {El Cristo Triunfante}
*Las citas de este libro se actualizan constantemente
Un comentario