Cita1
Hay una contienda entre las fuerzas del bien y las del mal, entre los ángeles leales y los infieles. Cristo y Satanás no concuerdan y jamás podrán hacerlo. En cada época la verdadera iglesia de Dios ha librado una lucha contra las agencias del mal. Y esta pugna, entre los ángeles malignos y las personas malvadas, por un lado, contra los ángeles del cielo y los verdaderos creyentes, por el otro; ha de continuar hasta el fin del conflicto. CT 30.2 {El Cristo Triunfante}
Cita 2
Esta violenta batalla incrementará su fiereza a medida que se acerque el fin. A los que se han unido a los agentes satánicos, el Señor los ha designado como hijos de las tinieblas. No existe, ni podrá existir, enemistad natural entre los ángeles caídos y los seres humanos caídos. Ambos son malvados. Por causa de la apostasía ambos abrigan malos sentimientos. Los ángeles malvados y los impíos se han asociado en una confederación desesperada en contra del bien. Satanás sabía que si podía inducir a la raza humana a unirse con él y su rebelión, como lo había hecho con los ángeles, conformaría una poderosa fuerza con la cual podría llevar adelante su rebelión. CT 30.3 {El Cristo Triunfante}
Cita 3
En medio de las huestes del mal reina la irritación y las rencillas, sin embargo, todos están firmemente aliados en la lucha contra el cielo. El objetivo común es menospreciar a Dios, y su gran número los induce a abrigar la esperanza de que serán capaces de destronar al Dios Omnipotente. CT 30.4 {El Cristo Triunfante}
Cita 4
Con respecto a Satanás, la serpiente antigua, el Señor dijo que heriría el calcañar de Cristo, pero que éste a su vez lo heriría en la cabeza. Gracias a Dios el enemigo no puede tocar la cabeza. “Con la mente sirvo a la ley de Dios”, dice el escritor sagrado. La mente y el corazón participan activamente en el servicio de Cristo, mientras que Satanás ha hecho que los seres humanos y los ángeles malignos se unan a sus filas para luchar contra el bien. Ellos solamente pueden herirnos en el calcañar. Sin embargo, cuando todo haga parecer que Satanás esté alcanzando el triunfo mediante la tortura y la muerte, los fieles que estén a favor de la ley de Jehová herirán al gran rebelde en la cabeza. CT 31.2 {El Cristo Triunfante}