Personajes Bíblicos

Cita 1

AARÓN

Cuando murió Aarón, uno de los hombres más ilustres que alguna vez hayan vivido, presenciaron su muerte y asistieron a su entierro solamente dos de sus deudos más cercanos. Y aquella tumba solitaria en la cumbre de Hor quedó vedada para siempre a los ojos de Israel.

No se honra a Dios en las grandes demostraciones que se hacen a veces a los muertos y en los gastos extravagantes en que se incurre para devolver sus cuerpos al polvo. (Patriarcas y profetas, pág. 403) Por Will Chavarría, Costa Rica.


Cita 2

ENOC

El Señor desplegó más ampliamente ante Enoc el plan de salvación, y por medio del espíritu de profecía lo condujo a lo largo de las generaciones que vivirían después del diluvio, y le mostró los grandes acontecimientos relacionados con la segunda venida de Cristo y el fin del mundo. Judas 14. HR 60.2

El Señor no podía permitir que Enoc muriera como los demás hombres; envió pues a sus ángeles para que se lo llevaran al cielo sin que experimentara la muerte. En presencia de los justos e impíos Enoc fue retirado de entre ellos. Los que lo amaban pensaron que Dios podía haberlo dejado en alguno de los lugares donde solía retirarse, pero después de buscarlo diligentemente, en vista de que no lo pudieron encontrar, informaron que no estaba en ninguna parte, pues el Señor se lo había llevado. HR 61.2


Cita 3

ESPOSA DE LOT

“La esposa de Lot era una mujer egoísta e irreligiosa, que puso en juego su influencia con el fin de apartar a su marido de Abrahán. Si no hubiera sido por ella, Lot no habría quedado en Sodoma, privado de los consejos del sabio y piadoso patriarca. La influencia de su esposa y las amistades que tuvo en aquella ciudad impía, lo habrían inducido a apostatar de Dios, si no hubiera sido por las fieles instrucciones que había recibido antes de Abrahán. El casamiento de Lot y su decisión de residir en Sodoma iniciaron una serie de sucesos cargados de males para el mundo a través de muchas generaciones” {Testimonios acerca de la Conducta Sexual, Adulterio y Divorcio, pág. 19}.


Cita 4

ISAÍAS

La verdadera santidad y humildad son inseparables. Mientras más cerca esté el alma de Dios, más completamente se humillará y someterá. Cuando Job oyó la voz del Señor desde el torbellino, exclamó: “Me aborrezco, y me arrepiento en polvo y ceniza”. Job 42:6. Cuando Isaías vio la gloria del Señor, y oyó a los querubines que clamaban: “Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos”, exclamó: “¡Ay de mí! que soy muerto”. Isaías 6:3, 5. Cuando fue visitado por el mensajero celestial, Daniel dijo: “Mi fuerza se cambió en desfallecimiento”. Daniel 10:8. Pablo, después de haber sido arrebatado al tercer cielo y haber oído cosas que no es lícito que diga el hombre, habla de sí como el menor “que el más pequeño de todos los santos”. Efesios 3:8. Fue el amado Juan, que se reclinaba sobre el regazo de Jesús, y contemplaba su gloria, quien cayó como muerto ante el ángel. Mientras más íntima y continuamente contemplemos a nuestro Salvador, menos procuraremos aprobarnos a nosotros mismos. {The Review and Herald, 20 de diciembre de 1881.}


Cita 5

JOSE DE ARIMATEA

A pesar del desengaño sufrido por los discípulos acerca de sus esperanzas con respecto a Jesús, todavía le amaban y querían dar honrosa sepultura a su cuerpo, pero no sabían cómo lograrlo. José de Arimatea, un rico e influyente consejero de entre los judíos, y fiel discípulo de Jesús, se dirigió en privado pero con entereza a Pilato, pidiéndole el cuerpo del Salvador. No se atrevió a ir abiertamente por temor al odio de los judíos. Los discípulos temían que se procuraría impedir que el cuerpo de Cristo recibiese honrosa sepultura. Pilato accedió a la demanda, y los discípulos bajaron de la cruz el inanimado cuerpo, lamentando con profunda angustia sus malogradas esperanzas. Cuidadosamente envolvieron el cuerpo en un sudario de lino fino y lo enterraron en un sepulcro nuevo, propiedad de José. PE 179.3 {Primeros Escritos}


Cita 6

NICODEMO

Respondió Jesús, y díjole: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere otra vez, no puede ver el reino de Dios. Juan 3:3.

“Nicodemo ocupaba un puesto elevado y de confianza en la nación judía. Era hombre muy educado, y poseía talentos extraordinarios. Era un renombrado miembro del concilio nacional. Como otros, había sido conmovido por las enseñanzas de Jesús. Aunque rico, sabio y honrado, se había sentido extrañamente atraído por el humilde Nazareno. Las lecciones que habían caído de los labios del Salvador le habían impresionado grandemente, y quería aprender más de estas verdades maravillosas. “Nicodemo había venido al Señor pensando entrar en una discusión con él, pero Jesús descubrió los principios fundamentales de la verdad. Dijo a Nicodemo: No necesitas conocimiento teórico tanto como regeneración espiritual. No necesitas que se satisfaga tu curiosidad, sino tener un corazón nuevo. Debes recibir una vida nueva de lo alto, antes de poder apreciar las cosas celestiales.”—El Deseado de Todas las Gentes, 139, 140.


Cita 7

NOE

Noé y su familia no estaban solos al temer y obedecer a Dios. Pero el patriarca era el más piadoso y santo de todos los hombres de la tierra, y a él preservó Dios para que llevara a cabo su voluntad al construir el arca y advertir al mundo acerca de su próxima condenación. Matusalén, el abuelo de Noé, vivió hasta el mismo año cuando ocurrió el diluvio; y hubo otros que creyeron en la predicación de Noé y le ayudaron en la construcción del arca, que murieron antes que las aguas de éste cayeran sobre la tierra. Condenó al mundo por su predicación y su ejemplo al construir el arca. HR 65.1 {La Historia de la Redención}

La construcción del Arca
Dios le dio las dimensiones exactas del arca e indicaciones definidas con respecto a cada detalle de la construcción. En muchos sentidos no se asemejaba a un navío sino más bien a una casa cuyo fundamento era como un barco para que pudiera flotar sobre el agua. No había ventanas en las paredes laterales. Tenía tres pisos de altura y la luz que recibía provenía de una ventana que estaba en el techo. La puerta estaba al costado. Los diferentes compartimentos preparados para recibir a los animales estaban construidos de tal manera que la ventana superior los iluminaba a todos. El arca fue hecha con madera de gofer o ciprés, que duraba cientos de años sin deteriorarse. Era una construcción de gran resistencia, que la sabiduría del hombre no podía inventar. Dios fue el arquitecto y Noé su maestro constructor. HR 65.3

Todo estaba listo entonces para cerrar el arca, cosa que Noé no podía hacer desde su interior. La mofadora multitud vio un ángel que descendió del cielo revestido de un resplandor semejante al de un relámpago. Cerró la maciza puerta exterior, y emprendió de nuevo su viaje rumbo al cielo. HR 68.1

Nuevamente descendió un ángel y abrió la puerta. Noé podía sacar la parte superior, pero no podía abrir lo que Dios había cerrado. El Señor habló con Noé por medio del ángel que abrió la puerta, y ordenó a su familia que saliera del arca con todos los seres vivientes que había en ella. HR 72.1

Algunos de los descendientes de Noé pronto comenzaron a apostatar. Una parte siguió el ejemplo de Noé y obedeció los mandamientos divinos; otros fueron rebeldes e incrédulos, y ni siquiera creían lo mismo con respecto al diluvio. Algunos no creían en la existencia de Dios, y en sus mentes atribuyeron esa catástrofe a causas naturales. Otros creían que Dios existía y que había destruido a la raza antediluviana por medio de un diluvio; y sus sentimientos, a semejanza de los de Caín, se rebelaron contra Dios porque había destruido a los hombres que habitaban la tierra y la había maldecido por tercera vez mediante ese cataclismo. HR 74.1


Cita 8

Y Jehová dijo a Moisés y a Aarón: Por cuanto no creisteis en mí, para santificarme delante de los hijos de Israel, por tanto, no meteréis esta congregación en la tierra que les he dado. Numeros 20:12.

Algunos considerarían… que el pecado [de Moisés] debería pasarse por alto sin mucha atención; pero Dios no piensa como el hombre. Cuando las colinas de Canaán estuvieron a la vista, los israelitas murmuraron porque el arroyo que había corrido dondequiera ellos acampaban, cesó de hacerlo. Las quejas del pueblo fueron dirigidas contra Moisés y Aarón, a quienes acusaron de traerlos al desierto para que muriesen. Los guías fueron a la puerta del tabernáculo y se postraron sobre sus rostros. Nuevamente “la gloria de Jehová apareció”, y se le mandó a Moisés: “Toma la vara, y reúne la congregación, tú y Aarón tu hermano, y hablad a la peña a vista de ellos; y ella dará su agua, y les sacarás aguas de la peña”. Números 20:6, 8.. Los dos hermanos, ya ancianos, se dirigieron a la multitud, Moisés con la vara de Dios en su mano. Mucho tiempo habían soportado pacientemente la rebelión y la obstinación de Israel; pero ahora, finalmente, aún la paciencia de Moisés cedió. “¡Oíd ahora, rebeldes! ¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?” Vers. 10, el énfasis es nuestro. Y en vez de hablarle a la roca la golpeó dos veces con la vara.

El agua manó abundantemente para satisfacer a la muchedumbre. Pero se había cometido un gran error. Sus palabras habían sido el resultado de sentimientos de exasperación… “¿Extraeremos nosotros agua?”, interrogó, como si el Señor no cumpliría lo que prometió. Jehová declaró a los dos hermanos: “No creísteis en mí para santificarme delante de los hijos de Israel”. Ver. 12. Más que esto, Moisés y Aarón se habían arrogado el poder que pertenece sólo a Dios. La necesidad de intervención divina hizo que la ocasión fuera de gran solemnidad y los líderes de Israel deberían haberla aumentado para grabar en el pueblo la reverencia hacia Dios y fortalecer su fe en su poder y bondad.

Cuando clamaron airadamente, “¿Os hemos de hacer salir aguas de esta peña?”, se colocaron en el lugar de Dios, como si el poder estuviera en ellos. Con estas palabras deshonraron mucho a Cristo, su Dirigente invisible. Dios, no el hombre, debió haber sido glorificado. El Señor reprendió a estos guías y declaró que no debían entrar en la tierra prometida. Ante la hueste hebrea el Altísimo demostró que el pecado del dirigente fue mayor que el de quienes eran guiados.

—Manuscrito 169, del 12 de octubre de 1903,  “Palabras de amonestación contra los peligros actuales”. (Alza tus Ojos – 12 de Octubre).


Cita 9

ELISEO

La fe del presente nos conecta con el pasado y nos señala el futuro. Podemos aprender lecciones valiosas de la vida del profeta Eliseo. Eliseo fue elegido por el Señor como ayudante de Elías y, por medio de pruebas, demostró que era fiel y digno de confianza. Estaba dispuesto a ser y a hacer todo lo que el Señor indicara. No rehuyó el servicio más humilde, sino que fue fiel tanto en las tareas pequeñas como en las responsabilidades mayores. Estaba siempre dispuesto a servir en cualquier lugar que el Señor le señalara, aunque fuera desagradable a sus inclinaciones naturales. Y a cada paso aprendía lecciones de humildad y servicio… “Cuando habían pasado, Elías dijo a Eliseo: Pide lo que quieras que haga por ti, antes que yo sea quitado de ti. Y dijo Eliseo: Te ruego que una doble porción de tu espíritu sea sobre mí”. 2 Reyes 2:9. No pidió honores del mundo, ni un lugar elevado entre los grandes de la tierra. Lo que ansiaba era una doble porción del espíritu dado a aquel a quien Dios estaba por honrar trasladándolo al cielo. Sabía que solamente una doble porción del espíritu que había estado sobre Elías lo prepararía para ocupar el lugar que éste dejaba, porque Elías tenía la experiencia y la sabiduría de los años, que no puede ser impartida a los jóvenes por medio de ningún método. Si se le hubiera hecho a usted esa pregunta, ¿qué habría contestado? ¿Cuál es el mayor deseo de su corazón al entregarse al servicio de Dios?

—Manuscrito 114, del 13 de noviembre de 1901, “Lecciones de la experiencia de Eliseo”. (Alza tus Ojos – 13 de Noviembre).


Cita 10

DAVID

El salmista David cambió muchas veces de opinión a lo largo de su vida. A veces, al vislumbrar la voluntad y los procedimientos de Dios, se sintió sumamente entusiasmado. En otras ocasiones, al percibir el reverso de la misericordia y el amor inmutable de Dios, le pareció que todo estaba rodeado por una nube de tinieblas. Pero en medio de la oscuridad logró tener una visión de los atributos de Dios, lo que le dio confianza y fortaleció su fe… Al llorar y orar, tuvo una visión más clara del carácter y los atributos de Dios; fue educado por seres celestiales, y llegó a la conclusión de que sus ideas acerca de la justicia y la severidad de Dios eran exageradas.

—Manuscrito 4, del 4 de febrero de 1896. (Cada Día con Dios – 4 de Febrero).


 Cita 11

LOT

“Los ángeles de la misericordia apresuraron a Lot, a su esposa y a sus hijas tomándolos de las manos. Si Lot se hubiera apresurado tal como el Señor lo deseaba, su esposa no se habría convertido en una estatua de sal. Lot adolecía de un marcado espíritu de dilación. No seamos como él. La misma voz que amonestó a Lot a que saliese de Sodoma nos ruega: ‘Salid de en medio de ellos, y apartaos… Y no toquéis lo inmundo’ (2 Cor. 6:17). Quienes obedezcan esta amonestación encontrarán un refugio. Que cada hombre esté bien despierto y procure salvar a su familia. Que se ciña para realizar el trabajo. Dios revelará punto por punto qué debe hacer después.  (CC 7.4 De la Ciudad al Campo)

“Oigan la voz de Dios hablar a través del apóstol Pablo: ‘Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad’ (Fil. 2:12, 13). Lot recorrió la llanura de mala gana y con lentitud. Se había asociado durante tanto tiempo con la gente impía, que no pudo ver el peligro que corría hasta que su esposa quedó en la llanura convertida para siempre en una estatua de sal” (Mensajes selectos, t. 2, págs. 406,407 [1900]).  (CC 8.1 De la Ciudad al Campo)


Cita 12

LÁZARO

Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados. Hebreos 10:26.

La fiesta celebrada en casa de Simón atrajo a muchos judíos porque sabían que Cristo estaba allí. Y vinieron no solamente para ver a Jesús, sino a Lázaro, a quien había resucitado. La resurrección de Lázaro fue el milagro culminante de la vida de Cristo. La nación judía había recibido su última prueba. Lázaro había sido resucitado de entre los muertos para dar testimonio en favor de Cristo.

Muchos pensaron que Lázaro tendría un maravilloso incidente que relatar. Estaban sorprendidos de que no les dijera nada. Pero Lázaro no tenía nada que decir. La pluma que movió la inspiración nos ha dado luz acerca de este punto: “Los muertos nada saben… su amor y su odio… fenecieron ya”. Eclesiastés 9:5, 6. Pero Lázaro tenía un maravilloso testimonio que dar con respecto a la obra de Cristo. Era un testimonio viviente del poder divino. Con seguridad y poder declaró que Cristo era Hijo de Dios, e interrogaba a la gente acerca de lo que podría ganar si daban muerte a Cristo. Los sacerdotes recibieron evidencias contundentes de la divinidad de Cristo. Pero estaban decididos íntimamente a resistir toda luz, y cerraron las cámaras de la mente para que la luz no pudiera entrar.

El honor atribuido a Jesús exasperaba a los escribas y fariseos. Se consultaron acerca de la posibilidad de dar muerte a Lázaro también, “porque a causa de él muchos de los judíos se apartaban y creían en Jesús”. Juan 12:11. El testimonio de Lázaro era tan claro y convincente que los sacerdotes no podían resistir sus argumentos… Por lo tanto trazaron planes para dar muerte a Lázaro… Resolvieron eliminar a Lázaro en secreto, para que de ese modo la muerte de Cristo tuviera menos publicidad. Argumentaban que el fin justificaría los medios, pero que no invitarían a sus concilios ni a Nicodemo ni a José de Arimatea, para que no se opusieran a sus designios asesinos.

No tenían acusación alguna que lanzar contra Lázaro; no obstante, en lugar de admitir evidencias que no se podían negar, complotaron para matarlo. Así harán los hombres cuando se separen de Dios. Cuando la incredulidad toma posesión de la mente, el corazón se endurece y no hay nada que lo pueda ablandar.

Manuscrito 47, del 20 de mayo de 1887, “Judas”. (Cada Día con Dios – 20 de Mayo).


Cita 13

MARÍA

Durante la fiesta de bodas, de Caná de Galilea, a la cual asistió Cristo, se descubrió que por alguna causa la provisión de vino no había sido suficiente. Esto produjo mucha perplejidad y pesar. No era lo acostumbrado no servir vino en tales ocasiones, y su carencia podría parecer falta de hospitalidad. Como pariente de los contrayentes, María había ayudado en los arreglos relativos a la fiesta, y en esa ocasión le habló a Jesús para decirle: “No tienen vino”. Juan 2:3. Estas palabras sugerían que él podía satisfacer esa necesidad. Pero Jesús contestó: “¿Qué tienes conmigo, mujer? Aún no ha venido mi hora”. Vers. 4.

—Manuscrito 79, diario del 23 de diciembre de 1900. (Cada Día con Dios – 23 de Diciembre).


Cita 14

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