Cita 1
Muchos de los que oigan el mensaje—la inmensa mayoría—no creerán la solemne amonestación. Muchos serán hallados desleales a los mandamientos de Dios, que son una prueba del carácter. Los siervos de Dios serán llamados fanáticos. Los ministros aconsejarán al pueblo a no escucharlos. Noé recibió el mismo trato cuando el Espíritu de Dios lo impulsaba a dar el mensaje, ya fuera que los hombres lo oyeran o no.—Testimonios para los Ministros, 233 (1895).
Cita 2
Algunos escucharán esas amonestaciones, pero la gran mayoría no les prestará atención.—En Lugares Celestiales, 345 (1897).
Cita 3
Los ministros populares, como los fariseos de antaño, airándose al ver que se pone en duda su autoridad, denunciarán el mensaje como si viniese de Satanás e incitarán a las multitudes dadas al pecado a que injurien y persigan a los que lo proclaman.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 665 (1911).
Cita 4
No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Filipenses 3:12.
Para pelear con éxito en la batalla contra el pecado debéis manteneros cerca de Jesús. No habléis de incredulidad; no tenéis excusa de hacerlo. Cristo ha hecho un sacrificio completo por vosotros para que podáis estar delante de Dios completos en él. Dios no se complace con nuestra falta de fe. La incredulidad siempre separa al alma de Cristo. No es digno de alabanza el hablar de nuestra debilidad y desánimo.
Que cada uno diga: “Me aflige el que yo ceda a la tentación, el que mis oraciones sean tan débiles, mi fe tan débil. No tengo excusa por ser un enano en mi vida religiosa. Pero estoy tratando de lograr un carácter completo en Cristo. He pecado, pero todavía amo a Jesús. He caído muchas veces, sin embargo él ha extendido su mano para salvarme. Le he dicho todo en cuanto a mis errores. He confesado con vergüenza y dolor que lo he deshonrado. He mirado a la cruz y he dicho: Todo esto él sufrió por mí. El Espíritu Santo me ha mostrado mi ingratitud, mi pecado al exponer a Cristo a abierta vergüenza. El que no conoció pecado ha perdonado mi pecado. Me llama a una vida más elevada y más noble, y yo me extiendo a lo que está delante”…
—Manuscrito 161, 1897. (En los Lugares Celestiales – 25 de Abril).
*Las citas de este libro se actualizan constantemente
Un comentario